Tira p’al monte, treparriscos

Jirisan (Mount Jiri , Jiri Mountain , Jilisan , Cliffhanger , Mountain Jiri): A veces pasa: te vas a la tienda, eliges los mejores ingredientes, sigues la receta, vigilas el horno con el termómetro de sonda… y cuando sacas el bizcocho, simplemente, se ha hundido. Así, sin mas explicaciones. Conque decides esconder el desastre en montañas de nata montada y decoración variada, que si fideos de chocolate, que si obleas de colores, que si purpurina de azúcar… pero nada, el desastre está ahí debajo, con su bollo en la masa que se ha quedado mazacote.

Que mira que la idea general de partida era buena, caray: las historias de éxitos y fracasos de guardias forestales de un Parque Nacional que tienen que lidiar con los turistas, los saqueadores, los idiotas, los malos, los desastres naturales… Sólo con eso ya tenían para hacer una serie de aúpa. Pues les debió parecer poca cosa a los guionistas (o a los productores) y la complicaron con la historia larga de un fantasma en el parque que no sabes si protege a los rangers, es el espiritu de lo asilvestrado, anda ligado por una venganza, está en una Misión Divina o pasaba por allí. Bueno, hasta ahí podía haber funcionado: las montañas son entornos que siempre tienen magia, hostiles y protectoras a un tiempo. Y si vives en ellas o pasas mucho tiempo, siempre pasan cosas raras: voces extrañas, encuentros dudosos, presencias sobrenaturales, restos de antiguos cultos que igual no eran tan “supersticiones” como bramaba el párroco en el púlpito, fenómenos físicos mal conocidos… Como para aburrirse. Ah, y asesinatos. Que no falten los crímenes, por dios, que les debía saber a poco tanta tragedia natural que hay que echarle mas picante

Porque los actores son buenos (muy buenos), los escenarios fantásticos, la parte técnica más que solvente, y seguro que a la hora de rodar toda la organización de Parques Nacionales coreana les dio facilidades a tutiplén. Caray, menuda loa y alabanza a los guardias, heróicos y sufridos. Hoy rescatan a los visitantes que se pasan de listos metiéndose en zonas prohibidas (para trampear, rapiñar o simplemente hacerse los chulos), mañana sacan del apuro a los excursionistas sorprendidos por la súbita crecida de un barranco, al otro colaboran con la policía, otro más se meten de cabeza en un incendio para sacar a unos niños…

Buah, la caña. Yo creo que los productores dijeron: tenemos unas historias que van a tener el apoyo institucional y particular de la gente en los parques, un escenario fabuloso, un presupuesto de casting generoso… ¿guión? ¿Que guión? Ah, bueeeeno… oyes, que igual habría que asegurar la jugada… a ver, señor guionista (que ya está harto de que le metan mano a un guión ya de por si flojito), meta unas escenitas de “sabor popular” para que la gente haga conexión emocional y tal… (hala, meto cosas que dan vergüenza ajena, como el concurso del episodio 7), y alárgueme las escenas, que hemos decidido irnos de los 12 episodios a los 16 (algunas escenas se estiran como chicles para rellenar minutos),  y pon algo que parezca muy histórico (lo de los palitos y las piedras no mentero…pos vale), esto hay que hacerlo más cañero y mas superchachisguays (los que saben de trabajo de los rangers dicen que está mal documentado, yo veo cosas que ahem, ahem). El final consigue encajar y explicar la cadena de crímenes, menos mal, y resulta de lo mas creíble sabiendo cómo se las gastan en los pueblos,. Esa parte de la trama se entiende a la perfección

Total, que los personajes acaban haciendo o diciendo cosas absurdas que no tienen ni pies ni cabeza, o directamente son disparates propios de destalentaos: que si meto en un sendero de montaña una silla de ruedas, que si salgo a la cellisca a cara descubierta y sin gorro…

No soy la única que se queja de que la trama es confusa (como la subtrama de las bombas- patata o los saltos temporales, a pesar de que el departamento de arte, el de vestuario y el etalonador ha intentado diferenciarlos lo mejor posible), la dirección floja, y parece como si hubieran partido de un guión literario chapucero y una plantilla hecha de cualquier manera, con un montaje poco cuidado: mejor no hablar qué pasa con el eje de acción en las escenas de diálogos, que se lo saltan a la torera. Enfins, que el trabajo actoral sale adelante porque el reparto es sólido: Joo Ji Hoon, esta vez también entre dos mundos, como cuando hacía de parca refunfuñona, y corriendo de aquí para allá esta vez sin zombies pisándole los talones. Ah, Jun Ji Hyun también estuvo pisando nieve y cazando zombies… Sung Dong Il ha estado en toooodas partes: de doctor cirujano fantasma, de psiquiatra en la casa de los locos, de “liquidador”, de dios de ultratumba con la parca gruñona… Con ver que está en el casting, ya sabes que eso pinta bien. Oh Jung Se es el siempre efectivo feo resalao, como cuando tenía que compartir casting con un guaperas gumiho, un guaperas vampiro… ¿y la yaya Kim Young Ok? A ver yaya ahora, que la señora lleva trabajando desde 1957, antes de que yo naciera, normal que ahora la conozcamos más por repetir siembre el mismo perfil (básicamente el de abuela) con o sin pantalones de colores. Y el resto… jopes, que listado…

El epílogo (ese final que parece marca de la casa en los k-dramas) pretende dar una pincelada sobre cómo son las vidas de los personjes una vez resulto el asunt policial. Realmente, la historia acaba con la captura del asesino, y podín haberlo dejado ahi y tan contentos. Perro ay! había que dar un happy end de Disney moñas a los personajes principales, y un poco de cancha al secundario afligido. Total, una chapuza ridícula con aspecto de pegote. Bufffffff

Una de las tramas relata las trapicherías de un empresario que esta dispuesto a poner un teleférico hasta la cima del sagrado, SAGRADISIMO Monte Jirisan para “que los turistas disfruten de las vistas”. Que noooo que noooooo, que llegar allí es parte de la experienciaaaaa, pon una live webcam y que el que quiera vistas sin sudar que se enganche a la página, pero no me destroces Canal Roya digoooooooo Jirisan…uppsssss se me ha ido el pensamiento a una situación en la que empatizo

Y es que la posible audiencia es enorme. En Corea, lo de irse al monte es el deporte nacional. Pobres y ricos, viejos y jóvenes, en grupo o en solitario, en cuanto pueden los coreanos se ponen las botas (otra recomendación de la serie, USAD CALZADO ADECUADO) y se suben a algún sitio con arbolitos y tal, aunque sea en la propia Seul . Dos terceras partes de los ciudadanos del sur tienen botas de montaña, y una tercera parte se suben a algún lado al menos una vez al mes. Y aunque patear monte es barato, los coreanos del sur se gastan de media uno 1000 dólares al año en equipamiento (el doble si también salen en invierno). Ah, pero es que lo que mola es salir al monte con ropa de marca y tal, nada de humildades. Que por eso hay montones de clubs de montaña y senderismo a los cuales apuntarse, y la competitividad es altísima. Y como buenos coreanos, lo importante no es tanto disfrutar del paisaje o cuidar la salud sino comer al aire libre. En un país montañoso y con 30 parques nacionales que reciben 45 millones de visitantes cada año, ya tienen donde elegir.

Si os gusta eso de trepar riscos, os pilláis un billete para corretear por los montes coreanos y elegís Jirisan, que sepáis que, aunque no es el mas grande de los Parques Nacionales, el pico Jirisan es la montaña más alta del territorio continental de Corea del Sur y la segunda más alta de todo el país, superada solo por Hallasan en la isla de Jeju. Es una montaña sagrada y mítica con abundantes leyendas, salpicada de templos (a algunos podréis acceder, a otros no), y en algunas zonas donde está prohibido acceder, un de las razones es porque hay flora y fauna en protección especial, y otras veces porque aun quedan restos de las guerrillas norcoreanas de los años 50, que se hicieron fuertes en las montañas y no fueron abatidas hasta 1955. Que lo mismo te clavas unos pinchos roñosos que estalla un explosivo