Mondongos frescos con kimchi

Project Wolf hunting: Dos son los géneros en los cuales los coreanos han llegado triunfando a las pantallas occidentales: las comedias románticas y el terror mas sangriento. Cuanto más terror y más sangriento, mejor; el “Asia Extreme” de inicios de la década de los 2000s encabezada por el cine japonés. Ah, el Gore, ese género que ha pasado de los rincones para raritos que no se atrevían (aun) a ponerlo en práctica a estar casi hasta de moda, y que muchos presumen de ser connaiseurs de frikadas. Esta película, definitivamente, es del menú slasher. Aprovechando que la he visto antes de que se estrene en los cines españoles (upppsssssss…no os chivéis…) voy a meter la crónica del blog. Así os divertís con las explicaciones y, si no os gusta el género, os ahorráis la película. O se la recomendáis a algún degustador de casquería que os caiga bien, o a algún vegetariano escrupuloso que os caiga mal. La interacción social que le dicen

En los medios han destacado que. para rodarla, el director (o mejor dicho, el equipo de efectos visuales) usó 2.5 toneladas de sangre falsa para la producción. Vuestro blog más descacharrado ha tenido información privilegiada de cómo llegó el líquido al set de rodaje.

La historia empieza ya con aviso y justificación de lo que viene después. Partiendo de la misma idea que Con Air (película americana de 1997), esta versión se plantea qué puede pasar en una repatriación de criminales horripilantes coreanos desde Filipinas. Pues que va a pasar, que todo se desquicia: Un primer envío de criminales por avión es interrumpido por el familiar de una víctima que, ante la evidencia de que los malos de verdad se salen con la suya en un país corrupto y blandengue, decide actuar. Hala, no llevamos ni cinco minutos de película y ya empezamos BUMMMMM BUMMMM. Así que el segundo envío, en vez de hacerlo discretamente y sin dejar que la prensa lo convierta en espectáculo televisivo, no se les ocurre otra cosa que hacerlo en barco, con el razonamiento de que es mas fácil controlar el acceso a un puerto industrial y que un barco en una travesía de alta mar de tres días no es accesible. Excusas, excusa, ya veremos después porqué.

Salida del puerto filipino: ODIO los filtros de campo partido dorados subidos.

Hala, ya hemos dejado bien clarito que en todo el envío no hay nadie ni medio normal. Joer que colección de tarados. Ni las mujeres se salvan, y sólo hay un abuelo que no es que sea mejor, es que ya no puede con los calzones y es más manejable. Para llevarlos en custodia, han reclutado a un equipo de policías duros y los están siguiendo desde Busan con medios electrónicos, dirigidos por un tipo que a saber…. Ahora que ya tenemos el contenedor (el barco) y el contenido (los presos y los policías), la corrupción y la chapuza echan la chispa.

No hacía falta más para la película Grand Guiñol, pero a los guionistas les debió parecer poca cosa, así que la aliñan con una historia de un Alien digooooooo un zombie matagente creado por el Dr. Maligno

Ya sabes: cuando necesitas un supervillano, metes unos japoneses de la II Guerra Mundial y ya está. Uy, que este planteamiento es de Alien, o sea amenaza monstruosa en un espacio cerrado. Caray, que el tipo este hace que Freddy Kruger parezca Santa Claus, que barbaridad…ahhhh por eso necesitaban un barco, para pasarlo de contrabando… o sea, la culpa del desastre es de “los de arriba”, que están jugando con todos.

Muy logrado el aspecto reptiliano del supemalote, con el tatuaje de escamas y los ojos rarunos. No tiene mas personalidad aparte de ser un tipo diabólico que disfruta con la muerte y la violencia y tiene las neuronas haciendo de sonajero en la cabeza. Bueno, a veces los personajes mas delirantes son los mas divertidos

Para hacer el elenco, el director debió de regar de dinero a los actores reclutados. O son todos amigos y se han juntado para jugar a lo Viernes 13, porque es chocante que gente tan reconocida se haya apuntado a este asunto y hasta haya intentado hacer un trabajo decente. El malote tatuado (Seo In-guk, que esta vez no se ha dejado las lentillas en casa) juega con un perfil espeluznante en aspecto y maneras (se ha debido vengar de sus papelitos románticos y guasones) y nos tiene hipnotizados. Como el otro guapito de cara, esta vez sin disfrazar, que es puro demonio (Jang Dong Yoon, a todos los niños bonitos les da antes o después por jugar al muñeco diabólico). Sung Dong Il también se aburrió de hacer de buen psiquiatra y santo doctor y se mete a jefe siniestro. El resto del elenco también tiene un CV largo como una etapa reina, con personajes “benéficos”, “tóxicos”, “nefastos”… y saca adelante unos papeles que están cortados en gruesos trazos. Eso si, para la segunda parte que parece amagar el cliffhanger no va a repetir ni uno (errrr nope, uno si ha conseguido salir de ahí, y tiene faena). En la precuela puede que repesquen a parte de la lista

Anda, ahora que llega algo que es mucho peor que vosotros ya no estáis tan chulitos con la policía…Para evitar que se vean los trucos, la iluminación de la película es mínima. A veces solo oyes lo que está pasando y de repente zas, chorreton de hemoglobina

Problemas que tiene la película, sangoneras aparte: Que la han complicado demasiado con volantazos en la trama. Que el personaje más interesante de la historia se lo cargan a la mitad. Que meten personajes interesantes y con historia de fondo y los usan como extras de papelito. Que algunos detalles son absurdos (un transporte de alta seguridad, y no le piden los papeles al equipo médico, manda narices), que en otros puntos directamente han metido la gamba (el equipamiento médico de los japoneses en la selva debe haber salido de la nave del Dr Who, qué moderno, los sangrados son disparatados…). Tecnicamente, pues mucho jolgorio con las iluminaciones de colorines (simepre escasas), mucha chorretada roja (me imagino a los actores duchándose con la manguera al acabar de rodar escenas), montaje apresurado… lo justito para el género

The Museum of Inhuman Atrocities, Harbin, China. Imagen: rnz.co.nz

El argumento zombie es un trasunto de un hecho muy, muy real: las actuaciones de la Unidad 731 en Manchuria mientras estuvo en manos japonesas. Fundada en algún momento de los años 30 del siglo XX, no pararon hasta verse obligados con dos bombas atómicas en suelo propio. Un horror con mayúsculas que organizó la muy imperial Armada japonesa antes y durante la II GM. Con la excusa de que “eso son cosas de orientales” todo el mundo miró hacia el otro lado. De todo hicieron en esas instalaciones en Harbin. De-to-do. Experimentos médicos delirantes, desarrollo de armas biológicas… Categorizando a los ciudadanos chinos de “cobayas” y que “total no son ni siquiera humanos”, fue un festival del espanto, barra libre para los sádicos y psicópatas con la excusa de conseguir información médica y científica necesaria para el triunfo de los ejércitos nipones. Murieron miles de civiles (hombres, mujeres y niños). Todo se censuró y eliminó tras la derrota japonesa, circulen circulen que aquí no hay nada que ver. Solo algunos flecos asomaron en los Juicios de Crímenes de Guerra de Khabarovsk (25-31 de Diciembre de 1949) en el cual los rusos pillaron a doce responsables, unos pringaos. Muchísimos otros, empezando por el General Shirō Ishii (organizador de la abominación) se fueron de rositas y murieron en su cama sin que nadie les molestara. Contra la realidad y la historia, la ficción palidece.

Las presas retenidas en una habitación «especial» (yo soy muy mala, hubiera propuesto juntarlas con los presos masculinos a ver si se entretienen echando polvetes y dejan de molestar). Hay que improvisar, asi que han usado una zona de uso comun de la tripulación abigarrada de objetos y detalles. El etalonaje verde-amarillo de la película (a veces se hace pesadisimo) uniformiza todo. Pocos contraluces, todo que parezca real: una lámpara en la pared para rellenar el espacio y dar una suave línea de luz en las cabezas, una ventana que llena de luz la imagen de la virgen (poco va a durar la leve imagen entre tanta maldad) que hemos puesto bien grande y de color claro para que se vea. Una composición en dos bloques siméticos: la zona de la puerta con las mujeres entrando y la zona de la virgen. El Bien opuesto al Mal que representa la presa, vestida de rojo como un demonio (menuda diablesa, oyes)

Publicado por directoraymas

Apasionada por la fotografía. Mas de 40 años viendo cine de todo tipo y últimamente decidida a hacer sus incursiones en el asunto. Viajera siempre que puede, pudo y podrá. En la mesa lo mismo puede haber una tortilla de patatas que un wok de verduras o una selección de mezzes... Con semejantes antecedentes, solo podía organizar un blog ecléctico entre la curiosidad y el desparpajo

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3 comentarios

  1. Eso, eso, mondongo, sangre, vísceras por los aires, comida para zombies y mucha accion, que no quede ni el apuntador

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