
Este post hace un 2×1, porque realmente el eje central de las dos series (ambas coreanas) es clavadito, clavadito. Podría ser un caso de espionaje industrial en la fotocopiadora del estudio, o bien un concurso de “tomados estos elementos centrales, saquen ustedes la versión para nuestra productora”. Ambas tienen el mismo andamiaje, o sea: a) una pareja protagonista en la cual el hombre es un personaje sobrenatural y mucho más venerable, aunque tenga aspecto de adulto treintañero deliciosamente degustable b) una protagonista femenina de armas tomar que lo lleva al retortero c) un conflicto básico por el cual el personaje masculino aspira a convertirse en humano, aunque su condición de salida aparentemente le ofrezca ventajas d) dinámica que oscila entre el encuentro-desencuentro-reencuentro, y que según el atrevimiento del guionista tiene escenitas más o menos calentitas e) unas casas alucinantes, de las que salen en Masions du Monde, para que se nos caigan los ojos.


Hala, pimpanpun, bocadillo de atún, a partir de ahí organiza el asunto. Las variaciones (y a veces lo realmente interesante) son los personajes secundarios que acompañan a uno, otro o ambos protagonistas, y que desarrollan sus propias historias con libertad. Total, bien mirado estos dos k-dramas no son los únicos que funcionan con este esquema…pero es que se fusilan hasta escenas, oigan, como la de endosarle un delantal con volantes al prota y ponerle a hacer kimchi casero

Doom at your service (Myeolmang; One Day, Destruction Entered the Front Door of My House; One Day Destruction, Cama To Our Door; One Day, Destruction Came In Through My Door; Destruction): este sería el mas “serio” del par, con un personaje masculino que es nada menos que una entidad sobrenatural antropomorfizada, o sea la Destrucción en persona. No está encarnado en un esqueleto de mas de dos metros de alto, sino en un varón bien formado y musculado (Seo In Guk, el actor, mide 1,80, gasta gafas de miope y no puede hacer mucho el cabra porque tiene un tobillo cascado, o sea que su mirada seductora y su andar solemne tienen truco).

ni adora a los gatos (aunque cuando pilla a un envenenador de felinos se enfada MUCHO), y tampoco HABLA EN MAYUSCULAS. Pero sí tienen en comun la soledad como dolor enorme, y pueden llegar a coger cariño a los humanos (hasta formar una familia o enamorarse) a fuerza de observarlos, disfrutar con algunas actividades a las que podrían dedicarse en caso de dejar el trabajo (la restauración rápida en Ankh-Morpork, o ser doctor de Urgencias) y se autodefinirían como “el que recoge las sillas y barre el suelo al acabar la última fiesta”, o sea el Ragnarök antes de que le pusieran el final regenerador despues de los títulos de crédito

Lo que nos preguntamos es si el puesto de Observador de la Máxima Entropía se ocuparía por otra entidad en caso de que esta presentara la carta de despido. Y en ese caso, si habría un periodo de “disgregación” hasta la reordenación,

La protagonista está en la línea de las heroínas con graves problemas (aquí, una vida desastrosa y para colmo un tumor cerebral), que al final tienen que resolver solas con una ayudita de los demás. No sólo de un tipo antipático reconvertido en novio (que una se pregunta cómo se ha enamorado ella, porque vive Dios que es un jasco de narices… aunque visto cómo se las gastaba el anterior maromo, está claro que a la chica le va el barro) sino sobre todo de su familia, incluyendo el tiastro canadiense que anda mas perdido en medio del guión que un pulpo en un garaje (no sé qué justificación tendrá para el personaje, como no sea pasarla como producción internacional). La actriz Park Bo Young defiende el personaje y llora que da gusto.

Es la “superior” del protagonista, ya que ejerce de jardinera del jardín-mundo donde los humanos son plantas y flores (definitivamente, hay gente que serían abrojos, zarzas y plantas parásitas), pero intuímos que hay “alguien” por encima. Su condición de moribunda en sesión contínua (que tampoco nos explican porqué es necesaria) tiene un retintín que recuerda a un Cristo sufriendo por los pecados del mundo, cuya agonía es necesaria para la redención de los hombres, o una Virgen María Dolorosa. Tiene cierta autonomía, pero no tanta. Parece mas bien una divinidad intermedia, con funciones de cuidadora o vigilante: ella misma reconoce haber surgido de la imaginación humana, pero ahora es totalmente independiente de las creencias

Todos los diálogos están trufados de frases y sentidos trascendentes, así como muy filosóficos, y las partes “de comedia” son mínimas. Vale, no es que la cosa esté para echar cohetes, con una protagonista muriéndose a chorros (y amenazada de hacerlo entre grandes dolores) y su círculo de familia y amigos intentando sacar fuerzas de donde sea. Se hace un poquito densa en ese aspecto, parecida a la de The Game: Towards Zero, que acabas con ganas de meterle un zapato en la boca al vidente por agonías. Pues a este también le estrellarías una de las cerámicas de la estantería, y bien a gustito te quedarías.

. Para animar el asunto, hay un triángulo amoroso entre una escritora de novelas web y dos tipos que aun no tengo claro si son hermanos (hermanastros), primos, amigos, expareja bitensión que por inercia siguen juntos… porque no sólo es que compartan piso, es que se llevan un rollo muy raro entre ellos dos. En una escena aparece un hombre maduro (propietario del edificio) que los compara, y está claro que los conoce desde hace mucho tiempo y los ha visto crecer juntos (y es al menos el padre de uno de ellos), o sea que cada uno puede hacerse la componenda mental de su gusto. Al moreno que sin empacho reconoce que es un raro de narices (Lee Soo-hyuk) ya lo vimos juguetear con la bisexualidad en el papel de vampiro morboso en Scholar Who Walks the Nigth, y en el propio drama hacen alguna referencia jocosa a ello (a lo de vampiro, no a lo de gustarle la carne y el pescado en el mismo plato). El contratipo, dueño de la cafetería, se puede llevar los guantazos que sobren de sacudirle al Doom, porque es un manso de narices. Si fuera mujer, no tardamos ni un segundo en etiquetarlo de tóxico y egoísta, dejando a la gente colgada por el camino y quedándose pegoteado en las suelas de los zapatos. También aquí hay una bromita de “cázala al vuelo si puedes” al final, donde hacen referencia al hermano pequeño de la protagonista cuando gimotea porque no tiene pareja, y le toman el pelo con que “parece que está ennoviado con su jefe”, y la escritora hace un chiste sobre “un amor que debe superar la barrera del género”. Tela, telita, tela…

Aparte de eso, aunque técnicamente está muy bien hecha, con FX cuidados (p.e. el efecto de las gotas de agua suspendidas en el aire) y buena fotografía, y se esfuerzan en justificar los cabos sueltos del argumento aunque sea con explicaciones traídas por los pelos en el episodio final, sigue teniendo cada agujero de escritura del tamaño de un socavón en Isla Cristina

En el k-drama, han traducido el personaje como un dios menor o algo parecido, no nos lo aclara demasiado (hala, bujero al canto). En la mitología oriental, muchos de estos personajes sobrenaturales entran en la categoría de epíritus o demonios, los cuales recordemos que en cosmogonías como la budista no siempre son malignos -en no pocos casos, son colaboradores de las divinidades- y mas bien simbolizan las energías básicas de la naturaleza, peligrosas y lesivas si se descontrolan, beneficiosas si se encauzan. Una buena parte de los así etiquetados se traducirían en la escatología occidental como ángeles (sombríos y teribles, pero ángeles), y en este caso serían Angeles de la Muerte. Nuestro Doom podría ser la versión coreana de Azrael (que no sólo ejerce de psicopompo, sino que se ocupa de mantener en su sitio a los muertos y las potencias infernales, no sea que escapen del Infierno y la líen parda), o en plan catastrófico, Abadón. Estos ángeles de ceño fruncido están sujetos a una autoridad superior, lo que los diferencia del destructor Shiva (en sánscrito, शिव), que forma parte en pie de igualdad de la trilogía hinduísta y sí es un dios de pleno derecho.

La semana que viene, hablaremos de los zorros de nueve colas y las chica tozudas. Id por la sombra y bebed mucha agua fria que hace la caló
No la he viso, y tras tu reseña se va a quedar ahí, en la lista de sin ver hasta no tener nada que catar.
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Otra al talego, ya la veré cuando no me duerma al lado de mi chica
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