Un dios tenebroso, bajito y enfurruñado

Kokdu: season of deity (The Season of Kkok Du): Después de un post culturetas (que espero no se os haya hecho muy árido), otra entrada sobre series natillas. Suaves, bonitas y de trago agradable. Si, algo de bellas imágenes y que se dormita sin machacarse la cabeza.

Ay mi chatooooooo que esta vez se muere desde el primer capítulo. Y la versión 2.0 llega con una mala ostia de aúpa (por cierto que bien se distinguen con la interpretación y el vestuario ambos personajes. el estirado y gris cirujano estrella y el dinámico y modernillo dios vengativo)

Pues érase que se era una médico del pelotón, graduada en una universidad de tercera y a duras penas aguantando el puesto en un hospital. Erase que se era un médico estrella, que por unas cosas y otras acaba estrellado en un coche. Y érase una vez un semidiós del Inframundo que una vez fue humano, pero arrastrado por una tragedia de celos, amores frustrados y muertes, ha reenganchado en el puesto de trabajo como Kodku: además de acompañar a las almas en su paso al Hades, cada 99 años baja a este mundo una temporadita para castigar a los malvados de acuerdo a las invocaciones y maldiciones que las víctimas de sus maldades susurran en sus divinos oídos. Lo de venir en misión a este plano espiritual, siendo un espíritu psicopompo, lo maneja tomando posesión del cuerpo (que no de los recuerdos) de un reciente fallecido, que da la casualidad que es el del médico del pésimo aterrizaje. Y oh casualidad casual, resulta que la médico en problemas tiene una tarea a medio resolver con el propietario original del cuerpo. Desde esa premisa, desarrolla toda una comedia de enredos, desencuentros, tropiezos, confusiones y alborotos, intentando arreglar los problemas de ella, los encargos de él, los intereses conjuntos de ambos, los problemas de los personajes secundarios y si te descuidas, hasta los embrollos del sistema sanitario coreano.

Al pobre Kokdu me lo lleva loco de un lado a otro. Que si a preparar kimchi, que si a firmar papeles, que si ahora estamos festejando, que si ahora me enfado…

 No os cuento más, porque os destripo el argumento. Que tampoco es que sea muy novedoso: Es como Doom, pero en petardero cruzado con chachachá. Bueno, algo había que hacer para distinguirse, así que al dios vengador le han puesto dos ayudantes a cual más divertido en animado tándem: el dios de los cotilleos y un semidios dedicado a ganar dinerito para que su jefe tenga un buen pasar. La segunda pareja cómica (el hermano poli de la protagonista y la ex del difunto médico) ni bien ni mal, se dejan ver, pero nos quedamos bastante fríos.

Por cierto, la planta cuya flor en forma de joya es la conexión entre los dos protagonistas es el bog laurel (lo exlican en la serie, no me lo invento) o sea Kadmia Polifolia, de América del Norte… O sea, difícil verla en el reino de Goryeo, cuando se supone que el se la regaló en amoroso gesto y que ha sido conservada a través de los siglos a cargo de la sospechosa ancianita joyera. Si esto no es una fusilada descarada del anillo de la Parca

En general, los cambios de sentimientos de los personajes son absurdos, los discursos presuntamente emotivos bastante plastas, los últimos episodios se hacen (aun más) morosos, y no soy la única en opinar que parece que una serie originalmente pensada para diez o doce episodios con un final melancólico la han estirado a 16 a base de meter escenas cliché y soplarle un final feliz que me río yo del deux ex machina de los griegos, incluyendo la aparición divina que todo lo resuelve. Meh, ya se lo podían haber currado todo un poco más… Mira, si te descuidas hasta podrían haberse quitado de en medio toda la trama romántica, porque el personaje de la médico pavisosa se nos hace bola. Firmamos sin dudar haber convertido la serie en las aventuras de un ser mitológico atrapado en sus dilemas  de las zonas grises de vengador justiciero con las ambigüedades de un posible cuadro mental de esquizofrenia y complejo de salvador (oír voces, violencia desatada, cambios de personalidad, impulso justiciero…)

«¿Y ahora quien dices que eres, Totoro?». Para mi que los actores se están riendo de la referencia

Que porqué me he visto la serie y os lo comento aquí en vez de haberla puesto en la lista de “infumables” desde el primer capítulo… pues por tres motivos: uno es la preciosa fotografía con escenas de álbum de bodas bien pagado. Para estudiarlas y disfrutarlas. Dos, los golpes de humor que salpican y chaparronean toda la trama, y que van desde golpes de humor con pinta de “nacidos en el rodaje” y chascarrillos (“Para ser grande en corea hay que ser un Goblin, un Zorro de nueve colas o el gran Rey del inframundo”: casi me caigo de la silla de la carcajada) a citas completas de escenas de otras películas

La pareja de ayudantes comiendo palomitas mientras chafardean los flirteos de la pareja protagonista. Si es que hay que quererlos…

Y tercera y mas poderosa razón, los actores que lo han dado todo en el rodaje. De unos personajes más bien poquita cosa, han sacado interpretaciones brillantes y han cedido carne y sangre y humor, mucho humor. Ovación y vuelta al ruedo para mi chato, digoooooo Kim Jung Hyun, que nos dejó enganchadísimos haciendo de pillo domasuegras en Corea del Norte y fue el rey mas enamorado y atormentado y maravilloso con una reina ahem ahem… rarita. Este chico tiene una vis cómica tremenda, y creo que clases de mimo o danza (por la forma de vestir la ropa, la manera de moverse ..). O quizás hizo patinaje artístico, o gimnasia rítmica… Brinca, salta, gira… literalmente, baila muchas escenas. El encargado de vestuario lo ha cubierto con trajes amplios y muy armados, abrigotes y chaquetones, holgados pantalones… todos muy de diseño, para darle mas volumen. Porque el chico está flaco como un silbido. A poco que se le pega la ropa al cuerpo, parece una cerilla andarina. Y otros dos actorazos que llenan la pantalla son los dos ayudantes, Cha Chung Hwa y Kim In Kwon. Los tres coincidieron en la corte del vigésimo quinto Rey de Joseon, ella de dama de la corte Choi (“maaaaaamaaaaa maaaaamaaaaa”) y el como cocinero al borde de un ataque de nervios (“mi cocinaaaaaa mi cocinaaaa”). Se comen la pantalla, ya os lo digo yo. A la protagonista, Im Soo Hyang, atrapada por un personaje insulso y sinsorgo, no le dejan ni las raspas. Y eso que la dama tiene un CV largo y variadito. Su rival en amores y trabajos es Kim Da Som o sea Dasom, que ha trabajado sobre todo en programas de tv y como cantante. Bueno, siempre es mas agradecido ser una zorra despiadada con motivos que una parva.

¿Otra vez en la ambulancia con el oxígeno como en Crash landing? Tranquilo, que de esta sales

El que empezó el rodaje y se dio de baja involuntariamente fue el finado Lee Ji Han, que apenas estaba haciendo su estreno en esto de las series y se lo llevó por delante la Tragedia de Itaewon. Tuvo que sustituirlo rápidamente Lee Jung Jun, mucho más bregado, y que entre otras cosas cazó calamares. Supongo que tirar de chequera para pagar a un actor con mejor caché y volver a rodar escenas (nuevos permisos, mas gastos…) debió hacer un roto importante en los presupuestos, porque a veces se nota un poco… cómo decirlo… de producción outlet. Que ojo, lo que han cobrado el resto de actores más veteranos (como Kim Young Woong, que lo conocimos haciendo de gánster de blanco en el centro comercial mas estrafalario y ya tenia un CV importante) tampoco ha debido ser poco. Por todo el reparto, salpicón de caras conocidas.

¡Anda, la nevera de Link!
Imagen: indigomemoirs.wordpress.com

Esto de andar guiando a las almas recién despegadas en su último paseo no es exclusivo de las escatologías orientales. Aquí hemos tenido a Apolo (luego sustituido por Hermes) en las mitologías griegas y romanas; el dios Anubis con su cabeza de chacal en el Antiguo Egipto; valquirias galopando y cantando Ayatoyaaaaaa ayatoyaaaaaa para llevarse a los muertos del Norte; el arcángel san Miguel o el ángel Azrael en el cristianismo, el islam o el judaísmo… y si no tenían nombre, representados en diferentes épocas y diferentes culturas como caballos, venados, perros, chotacabras, cuervos, buitres, búhos, halcones o cucos. Cuando se les interpreta como aves, se les ve a menudo en grandes masas, esperando fuera del hogar del agonizante. Los coreanos tenían a los Kokdu o Kkoktu, las esculturas en miniatura creadas por los artesanos de los pueblos desde el siglo IV hasta el final de la era Joseon para guiar y proteger, guardar, cuidar y entretener a los asustados y frágiles espíritus de los fallecidos desde su casa hasta el lugar del entierro. Generalmente se acompañaban de figuras de dragones y fénix como símbolo de renacimiento. Lo de asignarles misiones vengadoras de los vivos no entraba en el contrato

De hecho, hay incluso obras de teatro infantil donde los coloridos y divertidos personajes acompañan a unos niños al inframundo para cumplir una misión. Y creo que la referencia a un perrazo blanco (el Dios creador jefe de Kokdu) de la serie tiene que ver con la obra de teatro
La foto de análisis es doble, si, en ambas conservando la paleta de colores. Un filtro rosa unificador y romántico (esta vez no se han columpiado con el campo partido, toda la escena se tamiza con el tono rosado) que nos hace creer que es el mismo momento de la tarde… hasta que nos fijamos en las sombras de los pies del personaje. Ayyyyy que columpiada. Con lo cuidadoso que ha sido el encuadre, en la primera foto la pareja a la derecha para que la figura resalte sobre el fondo de la escollera al otro lado de la bocana, con sus detallitos azul celeste y rojo tomate que se repiten en la segunda foto en forma de tejado en el muelle, los pantalones vaqueros y en el faro. Que lo hemos usado de fondo para la pareja y asi nos evitamos complicaciones en posibles interferencias en la costa. Venga, esta vez los ponemos en el centro de la imagen. Bien rodeados de formas geométricas, como encajados. Y ellos dos a su vez encajados uno en el otro. Como foto del album de bodas, una imagen que seguro les encanta a la pareja que trabaje con un fotógrafo que se haya estudiado esta serie

Publicado por directoraymas

Apasionada por la fotografía. Mas de 40 años viendo cine de todo tipo y últimamente decidida a hacer sus incursiones en el asunto. Viajera siempre que puede, pudo y podrá. En la mesa lo mismo puede haber una tortilla de patatas que un wok de verduras o una selección de mezzes... Con semejantes antecedentes, solo podía organizar un blog ecléctico entre la curiosidad y el desparpajo

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2 comentarios

  1. A mi me gustó. No tremendamente, pero me entretuvo. Sorprendida con las parrafadas a hipervelocidad del prota, y encantada con la secundaria, de la q no me pierdo nada de lo q consigo hechar mano.
    No sabía que el falleció en Itaewon salía aquí, ¿Que papel hacía?

    Me gusta

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