A ver… Para meter este asunto en el blog me lo he pensado mucho. Unos diez minutos. Pero al final he pensado que rayos, este es un blog sicalíptico y con rebufos eroticofestivos, así que adelante con los faroles. A ver si a estas alturas vamos a andar con pudibundeces de la Regenta. Todo viene porque ví una película anunciada en mi cibernético Mar de los Sargazos (errrrrr no me lo tengáis en cuenta) y dije ah, pues venga, por curiosidad, y si no me gusta la quito y no pasa nada. Anda, fenomenal, que pone que es erótica, pues igual la vemos para no tener que poner el botellón de agua caliente en la cama que anuncian frío.

Un estudiante universitario con menos nervio que un caldo de papel estraza que no sabe que hacer con su vida. Lo único a su favor es que es joven, educado y muy mono, y que tiene un complejo de Edipo rampante, y por ello es captado para trabajar en un servicio de escort de chicos: caballeretes de alquiler para satisfacer la demanda de mujeres que pagan. Pueden llevárselos a cenar, a pasear, a tomar copas…con final feliz o no, depende de lo que les apetezca. Y lo bueno de tener un Edipo en este negocio es que no tiene reparos en trabajar con señoras mayores, es más, el mozo se pone como una moto cuando la usuaria es madura.

La película la anuncian como “una mirada fascinante a los roles de sexo y género en un país donde el sexo mayormente provee a los hombres (mostly caters to men)”. No tengo claro que esto se refiera al mercado mercenario o al sexo en general. Porque vamos, por muy avanzado y chachis que lo pinten lo cierto es que esto es prostitución masculina pura y dura. Todo el rollo de la evolución del pánfilo protagonista a través del crecimiento personal conociendo (y satisfaciendo previo pago a señoras con “requerimientos especiales” -que luego no son para tanto-) es una excusa bastante leve. Y para eso nos filman escenas de sexo que justito, justito les viene para no ser calificadas de pornográficas (porque no llegan a verse los genitales, siempre están tapados por una sombra, una tela fina, una mano…). Sexo sin muchas florituras, todo sea dicho, que con la excusa del realismo salta del 0 al 100 en dos minutos cronometrados, deprisa deprisa. Que digo yo que para el supuesto argumento no hacía falta tanto chapachapa, y ya puestos mete algo de novedad técnica, o de adorno, caray, que parece el salto del conejo. Ya que has metido pasta en el director de fotografía (aunque el etalonaje me parece feisimo, con esos tonos magenta y rosa chuchurrío), en el de arte, y hasta has intentado ser novedoso con los personajes femeninos, cúrrate un poco los preliminares. Hasta el compañero de trabajo con sus “clientes rarunos” tiene mas detalles a la hora de hacerle una demostración, y eso que se supone que los intercambios de las parejas BL es mas de “aquí te pillo, aquí te mato”. Si os choca que el protagonista no le meta un sopapo cuando empieza, recordad que en Japón el sexo no tiene género, y que lo importante es el placer

Lo que me chocó es el actor principal. Esa cara, esa, cara… ondia, es que es Tori Matsuzaka el protagonista de Perfect World. Y verlo así, después de un papel tan de “buenecito” (y obligado a la abstinencia) haciendo de semental concienciado… pues como que te vuela la neurona. Ojo, y luego no ha quemado su carrera, ha seguido haciendo papeles fuera del género erótico. Como su compañero de reparto Izuka Kenta (este si, este se ha quitado los pantalones mas veces) o Tomite Ami, que han seguido añadiendo trabajos a su CV a pesar de haber regalado sus jadeos pr todo el mundo, festival va, certamen viene (por ejemplo en el Toronto Japanese Film Festival en 2019, no se que idea habrán sacado los canadienses de la película o si se habrán dedicado a alabarla como arte y ensayo para disimular el calentón de bajos).

Ya he comprobado que en Japón las series y películas de corte erótico son mucho mas explícitas que las occidentales, y visionadas sin complejos. O sea, pasan de Sin-Chan en el autobús de la mañana al Imperio de los Sentidos cuando llegan a casa, y a veces con los mismos actores metido en casting. No es el único ejemplo de actor que salta de hacer papeles “ligeros” o “benéficos” a meterse en jardines espinosos. Lo mejor es que suelen salir indemnes e incluso alabados por la crítica, al haber dado “un giro sorprendente a su perfil”, ni el único país.


Otro ejemplo es Seo Young-Joo, que aunque ha hecho menos papeles de pasta de azúcar estuvo metido en los barrizales del incesto y la violencia doméstica en Moebius y ahora va hacer de trasunto de una película inspirada en las biografías de los cantantes de BTS, el grupo de K-Pop que las tiene locas. Y sin despeinarse, oyes. Si eso no es reciclaje…


Se abran documentado en el manga ero-porno tan abundante y por eso lo tengan tan asumido y no tengan problemas de juicios morales.
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mas bien el manga hentai y estas pelis están enraizadas en la cultura japonesa, donde el sexo es mucho mas «diverso». Como decía Eduardo, en caso de guerra todo agujero es trinchera. De todos modos si realmente esta película es un intento de explorar y poner sobre la mesa (o en la pantalla) el mundo del deseo femenino… caray, a cada cual mas escogida.
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Su es que el hambre lo es todo y por eso se pasan la vida comiendo de todo, desde carne a pescado , de p.ll.s a Ch.ch.s, si es que es un sin vivir
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