
Perfect World: No es la época de la canícula la mas típica para el despertar de los sentimientos solidarios y compasivos. Mas bien, con el calor (¡la caló!) nos entra una mala virgen tremenda, y acabamos sacando el colmillo a la menor provocación. Si el termómetro sigue subiendo, se monta Puerto Hurraco por una tontería (de hecho, la matanza ocurrió en una noche agotadora de verano tórrido). Pondremos, pues, esta producción japonesa en la lista de “fuera del calendario”, y nos imaginaremos que estamos en Navidad, Ho, ho, ho. No hago spoiler si os digo que es una historia con final feliz, porque desde el cartel de presentación nos avisan que tranquilos, esto va a acabar bien. Será para evitar los soponcios y llantinas excesivas. Lloriqueas lo justo, pero te consuelas pensando que, en diez capítulos, todo se arregla, y la pareja protagonista va a conseguir superar todas las dificultades para llegar al grand finale: el bodorrio.

Complicado lo tienen, desde luego. El protagonista lleva diez años en una silla de ruedas por un accidente, y está paralizado de cintura para abajo. Con todos los problemas asociados que nos podamos imaginar, y que uno se sorprende que aun conserve el buen humor y un carácter agradable. Ella nunca se ha relacionado con el mundo de la discapacidad (normal, hasta hace poco tiempo era tema tabú, y los afectados eran sometidos al ostracismo social), y aterriza de morros casualmente al retomar el contacto con su antiguo compañero de estudios, con el cual tuvo en sus años de pimpollo un enamoramiento platónico (el era el ídolo del equipo de baloncesto) y del cual perdió el contacto al acabar el instituto. Como ella es muy buena persona (y porque si no, no hay historia), en vez de salir disparada con un “ya te llamaré si eso”, le hace un hueco en su vida. Un hueco que en un pispás se hace un socavón, y vuelve a enamorarse como una becerra. Que mira que el mozo le avisa, le pone caveats, la mantiene a raya… pero chico, cuando el querubín de las flechitas te acierta la diana, se te recablean las neuronas y el corazón se convierte en una cabeza tractora que me río yo de los Scania tirando de los remolques. Anda que no te cambia y te hace madurar a tortazo limpio…

Justo después, y viendo que el público había gustado del tema, se produjo este J-drama, exponiendo lo que en el magna se había visto en detalle: los problemas de accesibilidad de los discapacitados (la eterna venganza de las escaleras, los aparcamientos, los baños…), las complicaciones médicas (la cara de la chica la primera vez que ve la gran úlcera que se le ha hecho en la espalda al caballero no tiene precio…), el rechazo de las familias (“ni se te ocurra empezar una relación con ese enfermo, te vas a destrozar la vida”), el peligro de los cuidadores convertidos en carceleros que infantilizan a los discapacitados, la necesidad de formar redes de apoyo, la compasión mal entendida (que en la vida real a vces ha llevado a crímenes que han repugnado a la sociedad)… repetidamente se hace referencia a las Olimpiadas y ParaOlimpiadas de Tokyo como impulso para lograr mejoras en las instalaciones y en general el urbanismo de las ciudades, pero el primer cambio debe estar siempre en el corazón de las personas.

Como producción, tiene los mismos “defectos” que tantas series japonesas: un aspecto falsario en la fotografía, una BSO ñagoñago, una realización que parece cosa de corto de aficionados…claro, comparada con los exquisitos productos coreanos, cualquier cosa sabe a sushi del Mercachona o del Litl (que malo es, por dios). Quizás por eso resulte mas meritoria la actuación de Matsuzaka Tori, (actor y modelo con una lista de trabajos en películas y series extensa) , muy expresivo y natural. Demos también un voto positivo a la chica, Yamamoto Mizuki, que no se despega mucho de la escuela japonesa de interpretación, con mucho “ehhhhh” y “ooooohhhhh” y ojos muy abiertos. El resto funciona bastante bien, dentro de lo habitual, sacando adelante personajes tirando a clichés (el pagafantas chofer, el amputado kawaii, el padre sieso, la madre llorona…). Pero vamos, yo la recomiendo para sufrir un poco, para torcer el morro si hay experiencia en el mundillo, o para incluirla en un debate tipo La Clave, aquella gloria de la TVE que tanto hemos recordado los que aprendimos a debatir con el insigne JL Balbín

Nos quedamos con la duda de cómo resolverán el asunto de la sexualidad en la pareja, tema espinoso donde los haya, porque el mozo ni con la mejor voluntad puede enderezar el sistema hidráulico, y eso de que la dama va a aceptar permanecer virgen y casta sin perder el oremus, conformándose con besos y abrazos… ahem ahem, es una receta para el desastre. Esperemos que acepten que las parejas tienen muchas maneras, muuuuuuuchas maneras de practicar sexo, que un orgasmo es un orgasmo es un orgasmo, que el sexo oral no es un sucedáneo del coito y que afortunadamente la industria de los juguetes sexuales ya no es algo sórdido. El que lo tiene complicado en este caso es el caballero, que lo tiene muy difícil para llegar al orgasmo y deberá explorar otros disfrutes. Con un poco de suerte, y como el órgano más importante en la búsqueda del placer es el cerebro, quizás se beneficie del empujón definitivo a las investigaciones sobre el Orgasmatrón. Bienaventurados los que pueden tirar de catálogo de venta online, porque suyos serán los gozos y los suspiros de los campos de sábanas

Muy interesante tanto el asunto como los comentarios, aún hay mucha chicha que cortar, sobretodo en el corazón humano que aún rechaza a personas con minusvalías, esa falta de empatía dice mucho de la persona pero los peores son los que te dicen que te van a apoyar y no hacen más que poner palos en las ruedas, cinismo en estado puro y realmente perverso. Menos mal que hay de todo en el universo y nos encontramos con gente de buen corazón, todo depende de la persona y sus circunstancias, aún hay esperanzas y si las olimpiadas paraolimpicas sirven de ejemplo de superación y también de buena humanidad.
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La buscaré. Por cierto, muy bien expresado lo de cuidador «carcelero»,que si te ayudo es en mis términos, se hace lo que yo digo por que tu lo quieres hacer todo mal, y si no me voy y te quedas sin ayuda (y es q no te dejas ayudar). Dios bendiga a la junta y las ayudas por dependencia…
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