Me dice mi buen Paco: para cenar, lo que sea, pero frío, muy frío. Que se están derritiendo los ladrillos de la pared. Bueno, pues como ya tenía en mente lo de probar esta receta, aprovecho para usarlo de conej… de catador avezado, y después de un análisis de lo que se puede y lo que no se puede replicar, saco mi propia versión del Naengmyeon, la sopa fría de fideos de trigo sarraceno. La habéis visto en algunas series que hemos comentado (es la golosina que se zampan los reclutas cazazombies después del partido), y ha llegado a ser asunto diplomático y símbolo de la deseada reunificación
Originalmente, esta receta es norcoreana (de hecho, se llama también Pyongyang Raengmyon , 평양랭면), y se consumía en los fríos días de invierno: francamente no me imagino tomando un caldo frío viendo caer la nieve en la calle. Los surcoreanos tampoco, y cuando los del Norte empezaron a salir por patas de sus pueblos y bajar a buscar un lugar bajo el sol en mejores prados, rápidamente convirtieron esta receta en un refrescante platillo de verano canicular. Llena la barriga, aporta sales y agua, quita la sed, evita el “encharcamiento” del estómago por pérdida de la acidez (de tanto beber líquidos, se reduce el pH del estómago, y eso da nauseas y malas digestiones) … una maravilla, vamos. Imagen: Korea.net
Esta vez he probado la versión mul-naengmyeon: 물냉면, o sea los fideos sin picante y con caldo de carne, que así también nos hidratamos. A partir de la receta fundamental (originada en la dinastía Joseon), hay cientos de variantes: pongo esto, quito lo otro… dependiendo de los gustos y productos accesibles.
El caldo básico es un caldo de carne, que en principio se hace con hueso y carne de vaca, un poco de cebolleta, un diente de ajo, un trocito de jengibre fresco, una cucharada de soja, un poquito de azúcar… Un caldo así, helado, era un clásico del verano en Lhardy, servido desde el segundo samovar (ahora no se si seguirán teniéndolo, nos hemos vuelto muy tontolabas).
Como no tenía ganas de hacer caldo con el calor que tenemos y los precios de la electricidad, compré una caja de caldo de carne, puse una taza en un cazo, corté en laminillas un trozo de2 dedos de raíz de jengibre y unos rabos de cebolleta fresca, añadí una cucharada de soja, un pellizco de azúcar moreno, lo herví un par de minutos y le dí un escaldado a un filete de carne de chuleta de cedo que esperaba su momento en el frigorífico. Lo justito para que no quedara cruda. Saqué la carne, la puse en un platillo, devolví la porción de caldo hervido y reforzado al resto de líquido, y dejé toda la noche que infusionara en el frigorífico.
Empecemos por los fideos.
Los que se utilizan son de trigo alforfón, y hasta en los paquetes encontraréis que la principal receta indicada es la que hoy reseñamos. O sea, son estos, seguro.
Siguiendo las instrucciones del paquete, puse a hervir agua, añadí los fideos y ya puestos puse el huevo a cocer, todo junto.
Mientras se cocían los fideos, corté en laminillas medio pepino y media pera conferencia. Lo ideal sería haber usado pera nashi, claro, para otra vez será. En su lugar de origen, también se añaden laminillas de nabo de agua coreano o rábano brevemente adobado. Tampoco tenía, me lo apunto para la próxima
Cuando el trozo de carne está frío, ya podemos cortarlo en trozos. Esta vez hemos usado chuleta de cerdo, pero hay versiones con ternera, pollo y hasta pescado. Normalmente se usa la carne de morcillo de ternera que pusimos en el caldo. Supongo que los restos del asado o la brasa del domingo también valdrán
A estas alturas ya están cocido los fideos, así que los colamos, los refrescamos y los ponemos en un cuenco con mucha agua fría y cubitos de hielo
Mientras, vamos pelando el huevo, que estará hasta cremosita la yema. Rico ricoooooooo
A emplatar se ha dicho. Ponemos un puñado de fideos en un cuenco, añadimos las rodajas de pepino y de pera, los trozos de carne, el medio huevo y el caldo de carne colado cn una cucharada de vinagre de manzana y dos de líquido de kimchi. Ah, que tampoco, que tenemos que ir a la tienda… bueno, pues un poco de líquido del chucrut del supermercado. Un pellizco de semillas de sésamo tostadas, y a disfrutar. El toque dulzón de la pera le da un regusto estupendo, los fideos están en su punto, y como no lleva ni grasa ni picante se duerme de maravilla con esta cena
Le hemos echado mucho caldo que tenemos sed, era eso o apretarse un botijo entero. Pues tampoco está tan mal presentado… algo se parece al original
Apasionada por la fotografía. Mas de 40 años viendo cine de todo tipo y últimamente decidida a hacer sus incursiones en el asunto. Viajera siempre que puede, pudo y podrá. En la mesa lo mismo puede haber una tortilla de patatas que un wok de verduras o una selección de mezzes... Con semejantes antecedentes, solo podía organizar un blog ecléctico entre la curiosidad y el desparpajo
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