
I Hear your voice (I Can Hear Your Voice; La Voz de tu Amor): A veces me pregunto porqué seguimos aceptando sin dudas ese cliché por el cual las producciones de asuntos amorosos-románticos son solo de interés para las damas, mientras que la acción, la intriga y no digamos la chicha policiaca/legal es un asunto de caballeros. Craso error: a las señoras nos interesan también estas historias contundentes, y los señores no tienen porqué aburrirse en los recovecos del amor y otros desastres. Ejemplo de esta premisa será este k-drama, que si bien su espinazo es de puro romanticismo (chico se empifola de chica cuando son jovencitos, chico la sigue y la persigue hasta que la consigue, chica arisca que tiene que ir abriendo las ventanas del corazón), tiene la suficiente adición de otros géneros (misterio, fantasía, asuntos legales) para que no sea monotemática

Pues eso, que la historia gira sobre una abogada del turno de oficio, JASP volcada en su carerra, que ha tenido que pulirse los codos estudiando porque su familia no tiene dinero (su madre se deja la vida en una freiduría de pollos después de haber sido expulsada de malas maneras de su trabajo anterior). En el despacho convive con el jefe (abogado mayor que hace lo que puede con lo que le dan) y un novato recién estrenado que es bueno hasta la santidad, y aunque no es tonto le toman el pelo (la inocencia del estreno). Los tres les toca sacar adelante los casos en un tribunal donde cada vez que los ve entrar el juez, se echa a temblar. No siempre los defendidos se merecen sus esfuerzos (el joven defensor exclama en una ocasión:”¿Porqué me siento como el guardián del rey Demonio?”, al constatar la sinvergonzonería de su defendido), y en cualquier caso están agobiados y mal pagados. Y menos mal que, para sacar adelante la serie, se basan en juicios ultrarrápidos que ójala pudiéramos tener aquí en España, donde los procesos duran años en los despachos…

De todos modos, la investigación policial que rodea los casos está tan llena de agujeros y chapuzas que no hay por donde cogerlas, mayormente porque las autopsias y análisis forenses no están bien hechos (¿incapaces de determinar si una amputación es pre o post mortem? Inutilesssss). No es raro, pues, que las defensas tengan que rehacer dichas investigaciones desde cero, con esa caterva de pringaos con placa. Y a las investigaciones, los turnos de sala, los ratitos de tiovivo en la puerta del juzgado y los arrullos de palomo que el meritorio torpe dedica a la dama, se le suma el pipiolo estudiante de instituto que la sigue como un corderito mientras le jura que por ella será su amante, bandido, corazón, corazón malherido, y que será un hombre por ella y renunciará a ser lo que fue, yo y tú, tú y yo, sin misterio. Como para andarle con secretitos al nene, que tiene el don/maldición de poder escuchar los pensamientos ajenos. Eso puede ser una ventaja si tienes que enterarte de lo que de verdad piensan los investigados, claro. Lo del derecho a la intimidad y tal de los escuchados pues enfin… si eso te libra de algunas palizas o un susto gordo… lo dejaremos correr bajo el puente.

Ya, ya sabemos que muchos de los ladrillos de la trama (falsas acusaciones, prepotencia de los ricos y poderosos, amnesias convenientes…) son unos clichés de aúpa y se repiten de serie en serie. Bah, detallitos. También aceptamos que el aspecto visual de la imagen es muy “de teleserie” (hija, es de 2013, que mas quieres), que la música saca ronchas en la oreja, que a veces se pierde un poco la tensión, y que no es perfecta… pero es lo suficientemente aceptable para verse con agrado, se mueve con soltura en las subtramas legales y del instituto, técnicamente en los mínimos, no ha envejecido demasiado mal, y para mayor disfrute de las damas mantiene la tesis a favor de que en las parejas hombre/mujer, si es ella la que tiene mas años, no hay nada malo, y pueden ser tan duraderas o tan efímeras como aquellas en que ambos tienen la misma edad. Si ella no se ha fosilizado y el tiene la suficiente madurez, pues mira, a la porra lo que opinen los demás. Eso para el público femenino es un gancho. Mas alegría para el cuerpo eyyyyyyy macarena, ven p’acá bombón que esta noche no toca dormir

En el reparto, primero y principal (por su inclusión me bajé la serie) Lee Jong Suk, uno de esos actores que tienen la misma cara con 20 y con 60 tacos. Confieso, padre, confieso que esa párvula boquita me tiene abducida desde que lo descubrí saltando a ambos lados del monitor del PC. Ha jugado con el choque emocional de “cara de niño/alma perversa” en otros papeles que aun no he visto (y no se si me atreveré a ver). A Lee Bo Yeong no la tenia localizada, mira por donde; no lo hace mal, pero es que el papel está cortado a medida para ella, con esa agobiada defensora que cuando está frustrada o dudosa se pone a dar vueltas a la puerta giratoria del juzgado. Yoon Sang Hyun, la tercera pata, coincidió con los dos anteriores en otro k-drama (Pinocchio) que aún no he visto pero espero que le hayan dejado salir mas arreglado, que en esta parece un adán (con lo majete que es). Y aquí y allá, los siempre fiables secundarios…

¿Que si está aceptado eso de que la mujer sea mayor que el hombre en la pareja? Pues digamos que no es algo muy normal. Para empezar, ya se considera que un rango de 10 años (cinco por arriba de la media y cinco por debajo) es lo aceptable en grupos de amigos. Diez años de diferencia en una pareja ya es visto con el morro arrugado si el hombre es mayor, pero que encima la que va por delante es la mujer… les pone de los nervios. En la cultura coreana, como en el resto de culturas asiáticas, lo ideal en una pareja es que no haya un escalón de mas de dos años, y desde luego el hombre por delante. Con una diferencia de cinco años, ya hay morros arrugados. Bueno, si ya empezamos por recordar que el conocer la edad de los interlocutores es importantísimo para saber cómo dirigirte a ellos, y que las normas sociales exigen un total respeto a los que son mayores que el interesado (aunque sea por un año), entenderemos que cuando los coreanos se enteran de parejas que no encajan en sus esquemas sacudan la cabeza y murmuren “cosas de extranjeros”. Si se relacionan con mujeres mayores, las llamarán “noonas” (hermanas mayores) con cariño y se pensarán si eso las pone en la friend zone o es un indicio de que se les está despertando el interés amoroso (que no romántico). En el segundo caso, el resto de la sociedad les recordará constantemente que “eso no puede salir bien” (vamos, que cuando hayan leído lo de la colombiana y tal han debido decir eso de que “se veía venir, tu no piques que eres mu tonto”). Ya, pero las cosas de la hodienda no tienen enmienda, y no digamos las contundentes razones del corazón. Ahí si que no hay algoritmo que valga. Si en el caso de un análisis cuidadoso hay quien argumenta que las mujeres profesionales hoy en día pueden tener trabajos bien remunerados (que no necesitan el sueldo del marido para vivir, vaya), se cuidan físicamente, no tiene como único objetivo vital criar a la prole y tal y tal…, cuando las emociones toman el mando entra en acción el programa mental “contigo, pan y cebolla”, y adelante con los faroles. Como es el caso en algunas producciones que defienden estas combinaciones, incluída esta

Pues si que tienes antiguas en la lista. Pero la original mejor que los remakes chinos.
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Preguntárselo a los afectados oye te interesan los melodramas románticos o los de acción? Por que? Encuesta y resultados te parece bien que en una relación romántica la mujer sea la de más edad? Si, no por que? Y así haces el estudio y nos cuentas el resultado, sería interesante conocerlo
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