De esta agua, no beberé

The Silent Sea (The Sea of Silence , Sea of Tranquility , Goyoui Bada): Pocas producciones coreanas han elegido el tema de la sci-fi en el espacio. Que yo recuerde, sólo la de los basureros salvadores del universo. Será por la dificultad de la producción técnica, será porque con la ficción terrenal tienen suficiente… pero lo de andar dando tumbos en naves donde nadie puede oír tus gritos o explorar mundos con la cabeza metida en una escafandra no les mola. Además, lo de atenerse a las leyes de la física y la astronomía… ufffff, no es lo suyo, así que incluso en una serie de hard sci-fi (ese subgénero donde hay que agachar la cabeza ante los mandatos de la ingeniería) necesitan la varita mágica en el guión

Para empezar, que Corea mantenga un programa espacial con astronautas y una base lunar estable ya es mucho pedir de la imaginación

La idea original parte a su vez de una película corta (y tan corta, 37 minutos) de 2014 The Sea of Tranquility del mismo director Choi Hang Yong. Se le quedaría en el tintero alguna cosilla por lo visto, o falto de guiones recicló su propio trabajo para darle el gusto a Netflix -que ya sabemos que los productores americanos son alérgicos a las novedades, y prefieren rumiar algo que ya está visto-. Eso si, para volver a venderlo los timoratos yanquis le meten pasta y exhibicionismo. Como un cantante al cual, en vez de darle las partituras de buenas canciones y un arreglista concienzudo, le visten con el traje de más brillitos y lentejuelas del almacén y lo ponen a dar saltos con el grupo de baile espástico. Pues luego no te quejes si la cantinela sosainas que le has obligado a canturrear no vende ni una descarga en Spotify, y que nadie le toma en serio. A ver, que no digo que esta serie sea tan birriosa, simplemente que teniendo pasta gansa invertida en decorados y FX, plantilla de actorazos y promoción a lo bestia, les hayan dejado a los guionistas el cucurucho de pipas del presupuesto, y no se han molestado lo mas mínimo en buscar soluciones factibles a los disparates y jardines en los que se mete el guión.

Bueno, venga, aunque sean maquetas y CGI son muy resultones

Empieza la serie, y resulta que toda la Tierra sufre una sequía tremenda: han desaparecido los mares y océanos, las plantas están reducidas a cuatro manchas verdes, la gente tiene racionada el agua según su “categoría social”… Nadie explica qué ha pasado (es un fenómeno de brusca aparición y rápido desarrollo) ni a dónde ha ido a parar toda esa agua. Una de esas historias que, si las sueñas, tienen todo el sentido, pero en cuanto abres los ojos se deshacen en tu mente. Bueno, vaaaaaaale, alguien estuvo leyendo con ganas la novelita de La Sequia de JG Ballard. Hasta un gran felino sale en la primera parte, como en la obra del inglés nacido en Shanghái. La cosa es que, en vez de un apocalipsis con la descomposición del mundo en general y la sociedad en particular (¿con qué agua puedes cultivar plantas y criar animales para producir alimentos? ¿Cómo puedes fabricar cosas?) el gobierno coreano es capaz de tener un programa espacial. Lo dicho, el despiporre de la lógica.

Las escenas de la parte «técnica» están muy bien rodadas. Ahí, flotando como globitos

En plan muy misterioso, mandan una expedición a la Luna para descubrir qué ha pasado con la misión que estaba allí buscando soluciones al problema del agua. Está claro que, si no es por la sospecha de que algo habían averiguado, allí los dejan para los restos, que no está el secarral para tirar el dinero.

Como jugar al scape room, pero a lo bestiajo

Montan al equipo en un cohete, y allá que los mandan, hala, id a ver. Como es previsible, cada uno tiene sus propias motivaciones y sus órdenes particulares. Todos se callan lo que han venido en realidad a hacer, todos intentan ir por libre, y a todos les han ocultado información vital. Claro, aquello se lía de mala manera, y enseguida hay sorpresas. Para empezar, hay mas muertos de los que debería, y encima no se han muerto de lo que les habían dicho. Leñes, mercenarios patitiesos, esto no estaba en el dossier… o sea, algo hay en la base que todo el mundo está detrás de ello. Lo mosqueante es que los muertecitos se han ahogado. Así, sin más, tirados en pasillos y compuertas. Pero si en la Luna hay menos agua que en la superficie de Arrakis, de dínde ha salido el líquido y cómo se puede ahogar alguien sentando en un pasillo… intriga al canto, y nos quedamos clavados los ocho episodios siguiendo las tramas de traiciones, supervivencia y sacrificio.

Choprechaaaaaa

El colmo es cuando aparece una superviviente del desastre en la base, una chica salvaje que es como Kaspar Hauser: no puede comunicarse, se mueve de forma extraña, desconfía de los humanos y talmente se comporta como un animal agresivo. Que no os destripo la serie, tranquilos.

Mira que os lo tenemos dicho, si queréis sobrevivir hacedle caso al capitán… excepto si hay ballenas blancas por medio, entonces ni caso

Como digo, el elenco es de campanillas. Empezando por el capitán, que es ejemplo de buen mando y gobierno y que encima desde que asoma en pantalla ya sabemos que va a hacer algo heroico (Gong Yoo, que fue un tímido Goblin, un reclutador repartidor de bofetadas y varias cosas mas) y siguiendo por un avieso teniente que va con su propia hoja de ruta (Lee Joon, que últimamente hace de malo malote, esta vez con menos muecas y chulería que cuando era un bulgasal pero la misma voz grave del investigador con afición a la sangría, rodó recién licenciado de la mili por la vía exprés a cuenta de su cuadro mixto de bipolaridad e insomnio – mala combinación si estás cerca de armas y fuera de casa – ). Poniendo cara de susto tenemos a la astrobióloga que ha subido para entender qué demonios estaba haciendo su hermana allí (Bae Doo Na, la conocimos correteando delante de los zombies, y cuando le dan un respiro se dedica a la fotografía). Además, caras conocidas aquí y allá

Ay que mal te ha sentado la luna, colegaaaaa

Técnicamente, como esperábamos, muy bien realizada, y al menos intenta ser realista cuado puede (por ejemplo, esas imágenes en blanco y negro de la luna, sin tonos intermedios), aunque en realidad es una fantasía mágica que hace saltar por los aires la ley de conservación de la energía y la materia, y normas básicas de la fisiología y la biología (¿de dónde sacan moléculas para tanta agua?¿te pego un mordisco y te paso la resistencia mágica al agua lunar en todas y cada una de tus células de forma instantánea?). En español el doblaje es muy pobre, con las retumbantes voces de barítono originales perdidas en unos diálogos monótonos de sonido y tirando a insulsos. Pena, penita, pena, con lo bien que modula las frases nuestro malvado más sexy…. Paco se divirtió con la historia, aunque de vez en cuando su mente racional le hacia exclamar HAAAAAALAAAAAAAA (¿plantas creciendo sin abono ni luz en los conductos?¿salir a la superficie lunar sin traje?¿agua milagrosa?¿vivir sin consumir alimentos?¿cadáveres de hace cinco años conservados por la falta de oxígeno/aire que no se han desecado?). Pero si el disfrutó de la serie, cuando es el mas difícil de contentar de los dos, me sirve como piedra de toque de que, una vez puesta en standby la neurona del raciocinio, os divertiréis

Aaaagua de la Indiaaaaaaa (lo siento, no he podido evitarlo jijiji)

Lo de la sequía tremebunda no les ha tocado de cerca en el Sur, pero en Corea del Norte llevan unos añitos de hambruna a cuenta del desastre metereológico. O no llueve o lo hace todo de golpe. Con el seco invierno, se les han ido a feir puñetas las cosechas, y sin dinero para comprar fuera se van a tener que comer las piedras. Todo se suma a las anteriores sequias y hambrunas varias, que llevan así años. Las soluciones del mofletes pasan por lo de siempre: poner a trabajar a sus hackers para robar online y falsificar lo que haga falta, fabricar y vender drogas sintéticas y las perrerías habituales, mientras se hace la exhibición de chulería armamentística. El Mal, eso si, en plan discreto: de cara a la galería, ha movilizado a todo el personal para trabajar en el campo. Pero chico, donde no hay fuente no hay mata, y sin mata no hay patata.

Las escenas en la resecada Tierra se basan en los tonos extracálidos, y en la luna, tonos fríos. Aquí se ha resuelto una imagen con una monocromía que podría pasar por una foto en B/N coloreada, rodada en un edificio moderno brutalista, y dejando que dos tercios de la imagen estén hundidos en las sombras (con un poquito de luz en una pared anodina y diseño de baldosas neutral) para evitar seguramente otros elementos anacrónicos o distractores. La escalera del tercio izquierdo es la que recibe la luz exterior hacia la que se dirigen las dos figuras, siluetas anónimas en contraluz y llenas de misterio, encuadrados en líneas rectas. El sentido de la imagen, esos personajes que no sabes si van o vienen, da sensación de ambiguedad, muy adecuada para los turbios manejos gubernamentales. Casi parece una imagen de los grabados de Escher, escaleras imposibles en edificios caóticos

Publicado por directoraymas

Apasionada por la fotografía. Mas de 40 años viendo cine de todo tipo y últimamente decidida a hacer sus incursiones en el asunto. Viajera siempre que puede, pudo y podrá. En la mesa lo mismo puede haber una tortilla de patatas que un wok de verduras o una selección de mezzes... Con semejantes antecedentes, solo podía organizar un blog ecléctico entre la curiosidad y el desparpajo

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3 comentarios

  1. Pues me pareció muy entretenida aún con los dislates de turno, se deja ver si quieres entretenimiento y el suspense esta logrado.

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