La historia de nuestra vida y la vida del vecino

Imagen: bl.uk.

Un poco de estadística puede dar idea del volumen de producciones de cine y series de Extremo Oriente. Esta minitabla hecha al tuntún tuntunero está elaborada con el número de series y películas que son colgados en la página donde (ahem, ahem) correteo en desenfadada y alegre investigación (que no faldicorta; no está una para ir enseñando las innombrables cual colegiala japonesa en un manga Ecchi), así que seguramente faltan una cuantas del recuento real. Y nos dejamos en el tintero muchas realizadas en otros países del entorno, pero para hacernos una idea del volumen de trabajo de los guionistas ya es bastante. Ojo, que muchos A-dramas puede que solo tengan ocho, diez o dieciséis capítulos (duración standart para un k-drama de cierta entidad), pero también hay culebrones interminables (los famosos taiga japoneses, que duran un año,  o los seriales familiares chinos o coreanos)

Series/Películas

AñoCoreaJapónChina
2021109/100126/94135/121
2020110/109114/93126/118
2019104/75121/98112/67

Aunque algunos de los dramas estén contados por duplicado, y no todos los contabilizados lo sean realmente, siguen siendo montones, MONTONES de guiones apilándose sobre las mesas y esperando agazapados en los discos duros de los creadores. Lo primero que se me ocurrió investigar, al empezar a navegar por los extractos y resúmenes de las series, es de dónde sacaban los guionistas ideas para tanta producción.

The King of Dramas. Imagen: drama.fandom.com

La primera fuente y la mas respetada, claro, es la propia mollera. Desarrollando ideas que surgen de la imaginación del escritor desde 0, y que pueden costar años en madurar. Igual que cualquier otra creación literaria, la suma de lecturas, visualizaciones, estudios etc que un escritor acumula durante su vida se va depositando en su mente (consciente e inconsciente) y transformando alquímicamente en un fértil sedimento, como bien explicaban en un c-drama llamado Moonligth (localizado en el mundo de la edición, ). Un proceso difícil y áspero pero muy respetado, y en Corea muy bien pagado y considerado. En este país, los guionistas son igual de famosos que los actores estrellas y los directores. Si los espectadores ven anunciado que un k-drama tiene un guión escrito por las hermanas Hong, Kim Eun-sook (la autora de Goblin) o Kim Soon-ok, van a apuntar en el calendario los días que faltan para el estreno.

Y así convencieron a Gong Yoo de ser un tímido y enamorado Goblin: con un guión que ha hecho historia. Imagen: pohonphee.blogspot.com

En Japon, los guionistas han sido y aun suelen ser también directores (como Akira Kurosawa o Mitani Kōki), novelistas (Gen Urobuchi) o mangakas y guionistas de anime (Kazuyuki Fudeyasu o Rumiko Takahashi) En China, actualmente hay menos de 20 personas que escriben guiones para películas, y si pueden se pasan al mundo de la TV, que paga mejor.

Mentes Criminales a la coreana. Imagen: kpopmap.com

La segunda fuente de donde sacar guiones es la enorme producción anterior propia y ajena, la cual puede ser reelaborada de distintas maneras. Algunos productos son reciclados con mínimos cambios: una pequeña puesta al día, y hala, a grabar. Otras veces se echa mano de producciones extranjeras, a base de comprar los derechos y reescribir más o menor parte de la historia. Así ocurrió con So I Married an Anti-Fan, que ha hecho viaje de ida y vuelta por China, Japón y Corea, así han hecho con muchas series americanas, y así supongo que ocurrirá con la supuesta versión coreana de la Casa de Papel, que la van a dejar que no la va a conocer ni el autor original (igual así, hasta la veo, jajjaajaj).

Esta le gustó mucho a Paco. Si, tambien está en la lista de «posteables». Imagen: kpopmap.com

La tercera fuente es la adaptación de productos literarios, partiendo de novelas más o menos populares, comics y webtoons: los mangas (japoneses), los manhwa (coreanos) y los manhua (chinos) son un granero de manejable acceso. A veces, de un manga surge un anime que su vez da lugar a un Live Action, o incluso a todo un J-drama. Los trasvases de las historias entre los géneros pueden ser tan radicales que del material original apenas queda un rastro en el producto final. Claro, adaptar series gráficas (que pueden rondar los cien o doscientos capítulos y que han tenido tiempo de desarrollar arcos de complejos argumentos, desarrollo de personajes etc) es complicado, y mas en producciones de bajísimo presupuesto. Y no digamos si encima la parte gráfica es detallada y visualmente impactante. En China suelen aprovechar con gusto las novelas, sobre todo en producciones que rondan los 36 episodios (por ejemplo, Rattan, una novela de fantasía que tengo en lista para comentar), y en Japón un manga no se considera triunfador hasta que no tiene su propia adaptación con actores, con ocho o diez episodios, y que tanto me recuerdan a aquellas Joyas Literarias de Bruguera, que resumía los textos y ofrecía intercalados con los mismos unos paneles de comics a modo de ilustración del relato. Ejemplos sacado del enorme montón de casos es Takane to Hana, manga que de 115 capítulos lo reducen a 8 episodios. O Uncle Cool, un manhua que se plantó en los 73 capítulos y se adaptó en una miniserie de 12. O The Sensual M, un manhwa que va por el capítulo 123 y en su adaptación peliculera (Love & Leashes, ya hablamos de ella) ha perdido no sólo personajes y acontecimientos, sino también la enorme complejidad de los caracteres principales (y el perro adoptado en el bar). Mas radical ha sido la adaptación de The Heartbeat at the Tip of the Tongue, novela ligera china en la que se basa el c-drama Cupid’s Kitchen, y que del original no conserva apenas los palos del sombrajo (y durante cuyo visionado me dedicaba a investigar los platos y platillos que salían en la serie, tengo que hacer una entrada de alta gastronomía con mis experimentos)

Explicación gráfica de la sinopsis de un k-drama. Imagen: culturainquieta.com

Por último, está la opción “cadáveres exquisitos”, esa divertida herramienta de los surrealistas en la cual se meten en una caja trozos de papel con palabras sueltas y sin relación entre sí, se revuelve y se van sacando por grupos, a ver qué mezcla sale. “Vampiros” + … es una combinación muy popular (vampiros+detectives, vampiros+fiscales, vampiros+cirujanos…). Imaginación al poder, y a fusilar sin compasión otras series. Igual que las ciudades antiguas crecen sobre todo sobre ellas mismas, los a-dramas reutilizan los materiales una y otra vez. Eso si, los argumentos básicos son contundentes como el cemento romano en un puerto del Mediterráneo, aquí se pega todo a golpe de mortero salado.

Imagen: dreamstime.com

Si a esos sumamos que en los tres países se trabaja a contrarreloj, que en no pocas ocasiones se empiezan a emitir episodios antes de grabar los últimos, y que los guionistas (o mejor dicho, las guionistas, ya que el 90% son mujeres en China y Corea) deber ser flexibles no sólo ante los imponderables, sino también adulando las veleidades del público (personajes secundarios que se vuelven muy interesantes, aumentos o caídas de presupuesto, actores que se largan con viento fresco…) la cosa se vuelve delirante. Generalmente, en Corea se trabaja en equipos con un escritor principal y varios ayudantes en equipos jerarquizados: muchas productoras (se producen unos 5 k-dramas al año) tienen alrededor de 35-40 escritores en plantilla, que son reforzados con contrataciones a destajo. En China, la mayoría de las veces son los propios escritores los que adaptan sus historias o manhuas, y se refuerzan con colaboradores y consultores que ayudan a ambientar correctamente la historia. Los machacas japoneses de los j-dramas, en general, sobreviven como pueden, además de tener márgenes de tiempo más apretados, ya que cada episodio generalmente se filma solo unas pocas (dos o tres) semanas antes de su emisión (ni os cuento el estrés en el laboratorio de montaje y etalonaje). Normal que tengan que poner anuncios a cada poco buscando guionistas, dialoguistas etc, porque acaban mas quemados que la moto de un hippie buscando Katmandú

Imagen: barnesandnoble.com

Publicado por directoraymas

Apasionada por la fotografía. Mas de 40 años viendo cine de todo tipo y últimamente decidida a hacer sus incursiones en el asunto. Viajera siempre que puede, pudo y podrá. En la mesa lo mismo puede haber una tortilla de patatas que un wok de verduras o una selección de mezzes... Con semejantes antecedentes, solo podía organizar un blog ecléctico entre la curiosidad y el desparpajo

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