En la Luna no hay áreas de servicio

The Moon (Deomun , Deo Mun): Hay que volver a la disciplina de los lunes, que ya está bien de remolonear, que si una cosa, que si otra… pues hala, aquí os dejo, entre piscinas de polvorones y montañas de turrones clásicos y postmodernos, una película que podéis ver estas Navidades (o antes, si de una vez se acaba el extraño calor de este raro Noviembre y por fin apetece acurrucarse en el sofá con el tazón de chocolate). De la que nos gustan, una peli de catástrofes sin cuento donde el romance está descartado (no da la ocasión) y todo son escenas tremebundas con chorreo de héroes a su pesar. Hala, al lío

Si, por eso lo están intentando por segunda vez. La primera acabó en desastre desastroso. Pues otra vez, que «las probabilidades de que ocurran dos problemas técnicos seguidos son muy bajas» (JAJAJAJAJAJAJAAJJAJ). El equipo incluye a dos veteranos que se dedican a darle de capones al novato, un exSEAL al que se le supone preparación física y resistencia mental. Falta le hará, porque a los cuatro minutos escasos de película les pilla un ramalazo de viento solar que les deja medio desmontado el sistema de paneles solares, y a los quince, se queda el novato solito en la nave por un accidente. A partir de ahí, ya vemos por donde va la historia: el novato tiene que a) cumplir la misión de alunizar para que Corea cuente en la carrera de los recursos lunares b) intentar volver a la Tierra. Complicado asunto, porque se sucede Una Serie de Catastróficas Desdichas: las consecuencias de las rachas de viento solar, un lunamoto, una lluvia de meteoritos…

Para resctarlo, mucha gente está dejándose los nervios en los ordenadores: El jefe del Centro Aeroespacial de Corea (que no va a dejarlo solo), el antiguo director (al que han traído a rastras para que eche una mano), la ex del exdirector (que ahora es jefa en la NASA), la hija del exdirector (el guiño adolescente)… y toooooooodo el mundo que se sienta en el centro de mando. Aparte del asunto puramente ingenieril, está el temita económico (a ver cuanto les cuesta la bromita) y sobre todo político. Y que los americanos, uno a uno y en corto, son gente maja, pero su Gobierno una panda de malas bestias. Menos mal que el amor al kimchi tira mas que los jueguecitos de los mandamases

Y encima, hay que arreglar el tema “dramas personales”. Que si yo te dije, que si tu padre no te dijo… Pseeeee la verdad es que somos unos puñeteros, y los dramones psicológicos nos la refanflinflan. Aquí lo que mola es descubrir cómo va a salir de los líos el pobre astronauta. Que aunque sepamos que la peli va a acabar bien (por dios, es superpeli coreana, estilo jolibú) queremos saber el proceso. Porque vaaaale, el guión es tirando a lacrimógeno y angustioso, con todo el mundo soltando discursos tremebundos (excepto el ministro, jijiji , real como la vida misma) y haciéndose confesiones a micrófono abierto, pero nosotros hemos venido a ver lo nuestro, o sea los meteoritos, el vehículo espacial, el módulo lunar, la estación espacial y tal. Chaval, me importa un carallo porqué has subido, lo que quiero saber es cómo vas a bajar

Es evidente que, después de rodar la película de los coreanos en el Mar del Silencio, esta producción ha aprovechado todo lo que ha podido reciclar. Me parece perfecto, oyes. Sólo le pongo un “pero” a la parte “científica”, y es que EN EL ESPACIO, NO SE TRANSMITE EL SONIDO. O sea, puedo llegar a admitir que los ruidos de impactos y explosiones de la lluvia de meteoritos se transmitan a través del suelo, las ruedas y al resto de la cabina del vehículo lunar (y mas bien como retumbes), pero nada más. Y desde luego, desde el espacio es imposible oír los pepinazos en la superficie.  Claro, igual es demasiado complicado ese asunto, y es posible que de cara a los espectadores sea menos “espectacular”. Cachis, con lo bien que íbamos

Lo dejaremos para las clases de física de Educación Primaria, localizad el gazapo y explicad el por qué. Los actores le echan energía y lagrimones: Doh Kyung Soo (el infeliz astronauta) sigue con la misma cara de susto que cuando hacia de alucinación del escritor o correteaba con los dioses (a ver, que es el cantante D.O. reciclado en actor, el chico cumple); Sol Kyung Gu (el superestresado exdirector) es actor de principio a fin, y ha hecho casi exclusivamente películas, ganando premios aquí y allí. Como Kim Hee Ae (la ex del ex), que ha trabajado muchísimo en series, pelis y programas de tv, y acumula premios, y encima ha hecho de modelo. El director de las gafas (Park Byung Eun) si que lo hemos visto por aquí, ey, es el analista de la policía y correteó con los zombies (otro que sale ahí). Y el político estresado (Jo Han Chul) antes fue ranger en Jirisan, tenia un café en un pueblecito marinero y trabajó de abogado…

Si, es cierto que Corea del Sur está metiendo la cabeza en la carrera espacial. Y el primer cohete es una sonda que cartografió y analizó la superficie lunar, realizó mediciones de la fuerza magnética y de los rayos gamma, puso a prueba el «internet espacial» (una tecnología experimental, transmitiendo fotos y videos a la Tierra) y demostró que los coreanos ya no dependen de otros países para ponerse en órbita. Ah, muy bien, oigan. Pero eso si, a partir de aquí que se lo curre el sector privado. El Gobierno se reservará una participación, dejará encargos (la vigilancia de los norcoreanos enredadores) y tan contentos. Evidentemente, tiempo le ha faltado al mofletes para quejarse, indignarse y jurar que a Dios pone como testigo (o sea, al abuelo Kim) de que va a montar su propio programa aeroespacial. Con casinos, ¡¡Y FURCIAS!!Es más, ¡pasa del programa!