
Pipeline (Ductos; Paipeulain): Que si la DANA, que si el Dadone… Agua y viento, chaparrones y granizo, y otra vez con el jersey y el paraguas, el tiempo de Mayo y Junio intercambiados. Estamos de un plof tan gris como el cielo nublado, con las luces encendidas dentro de casa y sin ganas de cocinar. La tele, para que contar, un pozo de aburrimiento dando vueltas a los mismos temas insustanciales o directamente depresivos. Tampoco nos apetece andar de terraceo, ni siquiera un ratito, y francamente el sofá tiene un yoquesé que quemeseyó. Pues nada nada, manta en las piernas, taza de chocolate si estás merendando y para cenar, unas pizzas de esas que se improvisan con una base congelada y lo que pilles, a una mala ajo y aceite, si no un bonito ejemplo de “esto que sobra, esto que queda” tapado con salsa de tomate y queso rallado. Y te organizas el nido del hámster para ver una película como esta, con mucha acción, chicos guapos y peleas a tutiplén.

Cervecita en mano, vamos a disculpar que el argumento es flojete, y que desde luego, original, lo que se dice original, no es, a excepción del punto de partida (robar un oleoducto). Un señorito de despacho intentando dar el pelotazo capta a un experto en pinchazos, y este reúne a un grupo de pringaos que son muy buenos en lo suyo, pero muy malos en vivir la vida, personajes típicos de estas historias (el moribundo intentando sacar dinero, la pava que hace bulto, el guaperas líder…), que han ido dando tumbos a ver si de una vez se sacan la tripa de mal año.

Lo típico, una película de “atraco al banco” (heist film) donde lo interesante es ver la planificación, las crisis, el “casi te pillo” y el humor entre negro y desastrado (aunque aquí sea poco efectivo). Recuerda mucho otras pelis clásicas, mezcladas con las de “cavadores de túneles (“Un túnel hacia la libertad”, o la grandiosa “la Gran Evasión”) pero bueno, hay acción y tipos duros, el elemento romántico no existe (ni siquiera un revolcón rápido con la chica) y con eso nos vale. Ademas, técnicamente es muy correcta, la fotografía bien resuelta, y la música cañera, con un aire a lo Pulp Fiction…
Por no decir que filmar en espacios tan estrechos (aunque estén hecho en decorados con paredes móviles) es muy complicado, sobre todo con peleas por medio, y eso tiene mérito. Pena que el director no supo o no quiso ser más original, porque los actores son buenos y encima trabajan bien. Divertida para una tarde de domingo lluviosa.

Si, aquí está claro que el actor (Seo In Guk, que también canta con éxito) está estupendo y lo sabe. Buenorro totalmente degustable, por diosssssss. Con un personaje machote y explotando la parte cómica (ya os tengo dicho que este actor tiene una facilidad para la comedia destacable), hizo aquí el pregrado para ese gore a bordo que montaba el lío con los presos y los pasajeros escamoteados (en la que desde luego de comedia, nada).

Lee Soo Hyuk, que fue el vampiro más morboso, debió cogerle el gusto a ser el malo y a las explosiones subterráneas allá en Joseon. Sigue siendo un tipo muy guapo y muy ambiguo. Vamos, que hay tensión sexual no resuelta pero no precisamente con la única chica del reparto (Bae Da Bin, bueno, vale, ahí está). Apuntemos: encontramos a Tae Hang Ho (que trabajó con el acupuntor viajero del tiempo y alborotó el barrio para demolerlo, pero sobre todo hizo un papel precioso protegiendo a un escritor esquizofrénico), a Eum Moon Suk (que aguantó a un cura feroz y ha hecho muchas cosas aquí y allá, sobre todo en tv) y a Yoo Seung Mok (anda que no ha currado este tío… también le tocó hacer personajes de apoyo con el cura abofeteador, y ha sido poli cazando almas recicladas, y buscador de psicópatas…).


Que resulta que Corea del Sur no tiene pozos de petróleo, pero importa crudo a tutiplén para tratarlo en sus refinerías y exportarlo una vez satisfechas sus necesidades domésticas. Y cuando hay un oleoducto, hay sanguijuelas. Claro, es mas sencillo robarlo y revenderlo que comprarlo y refinarlo. Será que no han aprendido de los desastres en Nigeria, donde el día menos pensado se va a montar una tremenda y va a arder el país de cabo a rabo por culpa de los ladrones de oleoductos o simplemente por los accidentes que se producen por la mala calidad de los materiales o el nulo mantenimiento. Caray, que muchos simplemente le meten un hachazo y recogen el líquido en cubos… El que crea que la película es fantasía, solo necesita echar un ojo a las noticias locales. En Castellón, oigan, para animar unas Fallas. Y en Sevilla… Versión minimalista para una conducción fácil de acceder.



Grabar en un tunel de verdad sería misión imposible, así que podemos apostar que han utilizado un plató convenientemente tuneado. El equipo de utilería fabrica un tunel falso en una enorme nave industrial. La ventaja es que puedes diseñarlo con todas las paredes móviles para retroceder las cámaras y poder usar focales normales (mas de 55 mm, para que no deformen la imagen) y hasta abrir el techo para hacer escenas con tomas cenitales. Colocamos los focos donde queremos y controlamos las iluminaciones: en este caso, en la primera foto metemos focos en la parte de atras para hacer un contraluz, y otros fuera de plano para resaltar esos cuerpos sudorosos y musculados, y llenamos todo de un polvo difusor (están taladrando, es lógico) que evite las luces duras. En la foto de abajo, un solo foco lateral está sacando todo el rlieve de la figura. La luz azul de la pantalla, aunque pequeña, ofrece el contraste con la luz amarilla principal, y basta para recordarnos que esa masa negra es una herramienta e iluminar la tubería. Las composiciones están claramente organizadas en simetría vertical: a un lado el oleoducto (que es el macguffin d toda la película)y al otro la figura humana

La vi en su momento y me gustó mucho, muy de domingo lluvioso. Casualmente ayer vi una con el de taxi driver de prota, que me recordó mucho a esta , por los escavadores , te la recomiendo mucho, se llama collectors y es de 2020. Como casi todas, llena de conocidos ( también sale mr/ms Queen 😊)
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