
Happiness: Para animaros un poco la existencia con lo de los kilos ganados en las navidades, y si no podéis ir al gimnasio a rebajar el resultado del buen yantar, hoy traigo un poco de terror y supervivencia. Venga, otra de zombies donde los monstruitos son lo menos malo del asunto. Basado en la pandemia de COVID (a la que hay referencias como de haberla supeado pero con algunos coletazos en la población), esta vez el patógeno no es un virus respiratorio que te llena de trombos la sangre y te bloquea los pulmones, sino algo que parece ser de la familia de los Rhabdoviridae, virus infectivos para animales, plantas, hongos y protistas, dentro de los cuales están los Lyssavirus. Si, esos, los virus de la rabia: De hecho, en la película se menciona que lo han identificado como un virus muy similar. Comparte en la serie características de la rabia en humanos: agresividad, sed insaciable, contagio por saliva o mordeduras, fotofobia, parálisis de las cuerdas vocales… sólo que en la serie no parecen morir en quince días por el avance inexorable de la enfermedad, sino que aguantan correteando por aquí y por allá sin presentar el resto de síntomas que tiene la rabia típica (espasmos, fatiga, parálisis, convulsiones, vómitos…). Vaya, este neolyssavirus ha aprendido a no matar a su huésped tan deprisa, sino a convertirlo en un quintacolumnista de los ejércitos de las Tinieblas que puede pasar mas o menos como normal hasta que ve algo que lo excita (agua, otros seres humanos a los que morder y beber su sangre…) y empieza a comportarse como un comecerebros. Y puede transmitirse por… uy, no os lo destripo…

Por todo el mundo aparecen brotes de esta plaga, y claro, Corea no va a ser menos. Como ya han hecho las prácticas de pandemia, se recurre a las estrategias que han funcionado: se deja el ejército al mando y se identifican y aíslan los infectados, mientras se estudia cómo tratarlos. Los personajes secundarios que vamos conociendo nos dan penita, a ver si consiguen una solución y los salvan también -Bueno, a todos no: a los villanos les decimos aquello de “tu te lo has buscado, sufreeeeee mamonnnnnn”, mientras nuestros acompañantes levantan la vista del móvil y nos miran de reojo a ver a quien estamos deseando la peor de las suertes)

Documentación en la mano, la estrategia que parece que ha funcionado en la anterior epidemia es la de aislar los focos… pues hala, encerramos a todo el bloque residencial, y que vayan pasando los días: o se mueren los infectados, o muta el virus a algo más llevadero, o alguien desarrolla inmunidad efectiva. No kidding. Dentro del cercado dejamos a la pareja protagonista para que mantengan el orden y el contacto. Carreras arriba y abajo por las escaleras, estrategias survival, limitación de alimentos… por eso os decía yo lo del plan de adelgazamiento radical: os hacéis la idea de que sois los propietarios de un apartamento de la urbanización escapando de los zombies, los maridos tramposos, los ladronzuelos avariciosos, la bruja piruja de la presidenta…

Que por terroríficos que resulten los enfermos, más miedito dan los habitantes del ecosistema social. Esta serie parece una mezcla de Parásitos, A Puerta Cerrada y La Divertida Noche de los Zombies para dar color, porque los semovientes son excusas para mostrar a los espantosos inquilinos: realmente “el infierno son los otros”. El que haya sufrido una comunidad de vecinos conflictiva, reconocerá sin dudar algunos de los personajes y personajillos que prosperan en la comunidad. Incluso sin crisis, esas reuniones de vecinos han tenido que ser explosivas. Aquí comprendemos por fin el título de la serie: Happines, felicidad… Para algunos la felicidad es poder tener un piso en propiedad (recordemos la enorme problemática de la propiedad inmobiliaria en Corea), para otros el poder, para otros el dinero, para otros ascender en la escala social…

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El protagonista masculino es una figura sólida (en todos los sentidos, porque el mozo tiene las pintas de exjugador de beisbol, que se supone es su ocupación antes de meterse a policia, nada de los etéreos donceles de otras producciones), y se echa en los amplios hombros lo que haga falta. Park Hyung-Sik, el actor, está muy convincente, y está claro que haber tenido al tiempo una carrera de cantante de K-pop no le ha impedido trabajar la interpretación, donde ha acumulado premios. La chica, una badass de aupa, es de los GEOs, y reparte al alimón con el compi unas ostias como panes. A esta actriz (Han Hyo-Joo, más trabajo en películas que en series, aunque tambien tiene su CV) la vimos de protagonista en aquel k-drama de los dos mundos entrecruzados tan bien hecha, solo que aqui reparte mas leña y hace menos comedia. No está el microondas para pizzas, entre otras cosas porque el bloqueo les ha dejado sin agua, sin electricidad y sin comida.

Mención especial a Jo Woo-Jin, con un personaje que es un lujo: Bajito, cabezón y cabreado de fábrica, nos fascina la capacidad de disparar a bocajarro a un tiparraco, dar una orden tremenda o pelearse por enderezar los actos infames de los villanos. Sólo nos hemos quedado con la mosca en la oreja de cómo funciona exactamente la extraña simbiosos que parece existir entre empresarios y ejército, ya que siendo militar en activo y alto mando parece estar contratado por la empresa causante del desaguisado. Por lo demas, el actor ya lo conocimos desmayándose en la casa del Goblin en una breve aparición, y tenia el buen hombre experiencia en lo de los correteos delante de los zombies con aquella película -Rampant- devorada por la serie de Kingdom así que novato, no era. Ademas ha currado en muchas producciones de todo tipo, la cara no se nos despista. Con el resto de personajes podemos jugar al bingo de «esta jeta ya la he visto antes», como el mafioso de medio pelo de Vinzenzo, el hermanastro de la pobre rica perdida en Corea del Norte… otras caras nos costrará ir a comparar castings a Internet, pero bueno, en algo hay que entretenerse si te has tenido que confinar por culpa del dichoso virus. Eso si, todos los secundarios son buenos actores, y sus personajes muy sustanciosos. Con una localización centrada en el edificio (apartamentos, terraza, aparcamiento, escaleras…), los pisos complementan y redondean a cada uno de ellos. El guión es muy irregular, con diferentes niveles de accion y sustos entre episodios. Menos mal que sólo tiene 8 episodios: no han caído en la tentación de estirar el chicle hasta lo inmasticable. Eso si, técnicamente impecable: etalonaje de color brillante y claridad en la luz natural, jugando con las sombras en las escenas nocturnas e interiores; estilismo de los personajes decisivo (chandal y ropa de casa cómoda para los protagonistas, ambos muy distintos de los inquilinos de las apariencias, traje de tres piezas o uniforme militar para el teniente coronel…); cámaras en alegre combinacion de ángulos y planos, evitando el sepiterno objetivo de angular y gran angular que parece obligatorio en las películas con interiores y que produce deformaciones grotescas…
Ya hemos comentado que la serie hace referencias explícitas a la aun presente covidpandemia. Hasta agosto de 2021, el crecimiento de nuevos casos fue bastante controlado, y solo desde entonces ha empezado a dispararse el crecimiento logarítmico. Igual que la cifra de muertos, que en Noviembre empezó a subir y ha hecho un subidón a 75 casos diarios masomenos en Diciembre, pico del que parece empieza a bajar. Las coclusiones dee los estudios son que se manejó muy bien hasta Octubre, sobre todo comparados con otros países del entorno. Claro que la estrategia estaba muy bien pensada de acuerdo a las características geográficas, poblacionales y hasta sociológicas-psicológicas de este país. Los factores de la estrategia coreana se detallan aquí: vigilancia estricta desde que «algo» asomó en China, respuesta temprana y contundente, limitación radical de los desplazamientos, grandes esfuerzo en mejorar la atención social a la tercera edad empobrecida, coordinación del sector público y privado elaborando tests y realizando investigaciones, e información rápida, directa, clara y veraz a los ciudadanos. Y es que los coreanos habían aprendido ya la lección con el anterior primo maligno, el MERS, que se comieron con patata mientras aqui los gobiernos varios se sacaban pelotillas del ombligo y se reían de las barbas peladas del vecino
(De Corea del Norte no tenemos ni idea… salvo que rechazaron tres millones de vacunas y que cerraron completamente la frontera con China, con lo cual la crisis alimentaria y de bienes ha sido catastrófica)

Me ha encantado, películas, no te deja indiferente, te atrapa desde el minuto uno, y te transporta a mundos maravillosos, esos diálogos con chispa, esos encuadres perfectos, los paisajes tan zen que te dejan con tranquilidad de espíritu, eso si, que no falten las comilonas que te hacen salivar y los colores tan bien aplicados a cada escena, si señor, películas, se merece un premio
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cielo… tue te has columpado de post verdad? porque lo de los mundos maravillosos con los zombies correteando como que no pega…
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🤣🤣🤣🤣.
Bueno, que yo me lo pase muy bien viéndola, y me encanta la moza repartiendo leña 😊😊😊
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