Calabazas y candelas para un día (una noche) con la puerta abierta (II)

Sigue siendo tiempo de ánimas: eso de relegar el tiempo de difuntos a un día al año es un invento moderno, que parece que tiene prisa por sacar a las góndolas de los supermercados polvorones y turrones (pues anda que no vamos a acabar hartos de dulces). Así que seguimos haciendo repaso de producciones fantasmales, siguiendo con las japonesas modernas. Es que Japón ha sido, desde hace años, quien ha marcado el rumbo de un género que parecía atascado en un pim, pam, pum, espectro y gritito. Hala pues, una de yureis (que por cierto, tienen pies, no van por ahí flotando,y el sonido clon clon de los kotos es característico)

Ju-on (呪怨; Juon). El director Takashi Shimizu se inspiró en sus propias vivencias y miedos personales infantiles (y la leyenda de Oiwa y Iemon, a su vez basada en el mito de Onryo, del s VIII) para hacer el guión de dos breves cortos (Katasumi y 4444444444). A la gente le gustó tanto que sacó de ahí para hacer la primera película, y de ésta (un éxito bocaoreja) toda una saga de películas basadas en la maldición de una casa en Nerima, Tokio, donde el marido asesina a su mujer, su hijo y su gato (miau!), en un ataque de celos. Luego, todo es la descripción de la maldición, que sigue arreando a todo el que entra en contacto con la casa. Como tenían un presupuesto de risa pero mucha imaginación, todo se sugiere, se deja abierto, se juega con la complicidad del espectador, al que se le pide una participación activa (lo cual puede resultar desconcertante para un espectador occidental, más acostumbrado a otro tipo de narración). Ocho películas japonesas, tres remakes americanos (muy malos), una serie de televisión… anda que no les ha cundido. De la hitoria troncal tambien se ha derivado las obras de teatro de la leyenda de Oiwa y Iemon, con versiones de todo tipo, incluyendo una de teatro Kabuki y uno de los cuentos del anime Ayakashi: Japanese Classic Horror, y como no, 10 películas. Que chungo es esto de los celos

The Ring (Ringu): que tiempos aquellos en que los fines de semana recorríamos los tres videoclubs disponibles, y triunfaba esta película con cimientos en la variante “mito urbano – reto de adolescentes”, que a veces eran las tijeras de Verónica, a veces un espejo (Bitelchús Bitelchús… ay no, que no es esa), si no el videojuego Polybius… la cosa es que era uno de los vídeos que había que reservar en el videoclub, porque toooodo el mundo decía que le había dado muchísimo miedito, pero tooooodo el mundo quería ver. La película es la más rentable entre las películas de terror en Japón, y también es considerada como la mejor horror movie. A la crítica internacional le gustó bastante (no como el remake americano, que lo ponen de hoja de perejil), y destacaba que cuando se acaba la película, vas a seguir muerto de miedo mirando con aprensión tus VHS (“Ahora, si no os importa, voy a estar en la esquina de mi oficina en posición fetal, balanceándome lentamente»)

Tras el éxito inicial de la novela Ringu, escrita por Kôji Suzuki, se sacó la película original, seis secuelas, una precuela, una saga americana de cuatro películas, un remake coreano, tres chinos… anda que no le ha cundido a Sadako, la tipa del vídeo maldito que se salía de la pantalla con las greñas por la cara arrastrándose cual araña descoordinada (por cierto, el truco estaba en que la grabaron andando hacia atrás y montaban su escena al revés. A destripar el making of… Gracias, yo tambien os quiero, )

Cambiando de país, traigo aquí material coreano, rico rico, que bebe a buchadas en su folklore. Nosotros encantados, claro

Revenant (The Demon; The Devil; Demon): Una historia casi canónica de fantasmas que poseen a las personas y las controlan cual toxoplasma enredando con ratas y ratones. La hija de un profesor de antropología especializado en folklore que vive con estrecheces y cuidando de su presuntamente viuda madre (que tiene cuadros de ansiedad, es presa fácil de timos y estafas, y se niega a explicar qué pasó con la familia paterna). Bueno, ya nos iremos enterando. Y ella tambien, porque padre y abuela fallecen de forma sospechosa y nadie le cuenta nada. La policía asegura que son suicidios clariiiiiisimos… si, ya…. La dama en peligro contacta con un colega de su padre (que no llegó a conocerlo en vida), al cual ha sido encomendada en una carta póstuma. Encima el profesor, desde niño, tiene la capacidad de ver fantasmas (motivo de cotilleo entre sus alumnos), y detecta que aquí hay tomateeeee, tomateeeeeee (y fantasma hambriento). Tres eran tres, porque un policía que hace tándem con un veterano (al que apodan en el departamento “el chamán novato”) empieza a investigar desde el otro lado del hilo, y evidentemente se acaba cruzando con los dos raritos (asociados a su pesar). Idas y venidas, sustos y tensiones mientras buscan la verdad y, sobre todo, como exortizar al dichoso fantasma. Hay que estar atentos a los detalles: mi medio pomelo a ratos se perdía en la trama, pero un poquito de Wikipedia y arreglados

Los tres personajes tienen un reborde cómico que a veces sobra, a veces pasa desapercibido. El profesor de buena familia y mala conciencia (Oh Jung Seel autista! El astronauta! El rescatista!) que se pega todo el tiempo poniendo cara de estreñido… un poquito de humor negro no le iría mal a su personaje; la heroína a la carrera que una y otra vez acaba larga en el suelo por un tropezón y repite asomarse al puente (Kim Tae Rila heroína de la independencia! La capitana estelar! La de los alienígenas!) y lleva cierta urgencia por resolver el asunto: el policía joven escéptico (Hong Kyungel controlador aéreo!) al que llevarías de la oreja al peluquero a cambiarle el corte y la mentalidad. Y para completar el asunto, dos superveteranos que nos chiflan: el poli viejo (Kim Won Hae, otro con un CV enorme, pero siempre Vladimir Gozhaev o el abuelo gruñón para nosotros), el padre angustiado (Jin Seon Kyu, el poli oscuro! Mas alienígenas! Mas espacio exterior!); la abuela malvada (Kim Hae Sook, malaaaaa… bueno, aqui no). Si con esto no os convenzo para echar un ojo, al menos hacedlo por el asunto folklórico, que os motive para buscar información

The Haunted Palace: después de tanta intensidad, vamos con algo mas blandito, con mucho colorín, humor y soluciones azucaradas. Esta vez en época Joseon, que luce mucho. Pues empezamos con un funcionario que trabaja en el palacio, guapito y formal, que tiene una relación estupenda con el rey. Al pobre se lo cepillan en un complot de palacio (cosas de los perversos, peeeeero… andaba por ahí un Imoogi -un ser mitológico tipo gusano o serpiente de agua que ha sido frustrado en su ascenso a los cielos para transformarse en dragón-. Oye, que al imoogi le viene fenomenal el cuerpo del funcionario, y decide tomarlo prestado para sus propios planes.

Chiste va, chiste viene

Aquí aparece la única nieta de un famoso chamán, con un don divino, que lo lleva fatal y trabaja como fabricante de gafas. La óptica entra en el palacio -que está lleno de poderosos fantasmas femeninos y espíritus malignos (pfff como si fuera no hubiera tambien un montón)-, y le toca (con la reticente colaboración del imoogi) desfacer entuertos, que si el principito heredero poseído, que si fantasmas que guardan rencor contra la familia real (en algunos casos, muy merecidamente)…

Lo mas divertido, ustedes perdonen, son los fantasmas. La chica del pozo en su estilo es una referencia directísima a The Ring, aunque el origen es el Cheonyeo Gwisin (ahem, esta fantasma… virgen, lo que se dice virgen… no es… o era…)

El fantasma saltarín es un clásico del folklore coreano (el Oedari-gwi, siempre un muerto rencoroso). Tambien tenemos los benévolos fantasmas infantiles (Dongja si son niños, Dongnyeo si son niñas). Eso si, el terrible Fantasma de Ocho Pies es nuevecito para la serie (una “armadura” de casi 30 kg de peso que el actor, de 1,87 cm de alto, aguantaba como podía)

Los actores cumplen, y en algunos casos, brillantemente. Bueeeeno, es una serie de “chicos guapos”, lo admitimos.

Como Yook Sung-Jae, que ya nos reímos un montón con el haciendo de secretario tarambana del goblin y la parca. Ahem, si lo vuestro es más al lado “carne madurada”, echaréis ojos golosinos al pobre rey, anda que no sufre el pobre reformista… Kim Ji-Hoon, mooooola con barbitas. O al hermanito imoogi, Bi-bi (Cho Han-Gyeol), que está currándose lo de ascender. Tambien cumple Bona (del grupo K-popWJSN”). Por aquí encontraréis mas caras conocidas, venga, son secundarios que garantizan el buen hacer. Lástima que el final es un chapuz de guión, un ladrillo metido a martillazos. Perdonadle su último episodio y divertíos con el resto

Light shop (Light Shop: Entre a Vida e a Morte , Lighting Shop , Lighting Store , Lightshop Keeper , Shop of the Lamp): Aquí los fantasmas, mayormente, lo que dan es mucha pena. Los Muertos están atados por conflictos para resolver, y los vivos atados a los muertos.

La serie es una adaptación de un webtoon, «Shop of the Lamp», pero no literal.

La cosa gira sobre un grupo de extraños que tienen una experiencia horrible (cada una la suya, o compartida) y que orbitan atraídos como polillas nocturnas, hacia una tienda de luces en un oscuro callejón, abierta de día y de noche.

El tendero es un tipo extraño siempre con gafas de sol, educado y servicial, y que atiende con delicadeza a sus clientes

Los actores son muy, muy conocidos. Empezando por el vendedor de lámparas, el papuchi Ju Ji Hoon (mucho mas tranquilo que cuando se subía al helicóptero). Park Bo Young repite como enfermera. Kim Seol Hyun mmmm claro, entre el grupo musical femenino AOA y la tele no tiene tiempo de mucho… Bae Sung Woo ha hecho sobre todo películas, y no hemos coincidido. No como Uhm Tae Goo, gánster blandito, gánster durísimo, con esa voz oscura y rasposa que te baja las brag… digoooo las gafas, las gafasssss. Lee Jung Eun es la mater amantísima ideal, que lo mismo lleva la tienda del pueblo fantasma que trabaja en el hospital con la actriz anterior.

Para ser estrictos, los festivales de Fantasmas -o de conmemoración de los muertitos- en su lugar de origen (festival Obon de Japón, festival Phi Ta Khon en Tailandia, Festival Qingming en China o los rituales de veneración a los ancestros como el charye, -incluido en las fiestas de Chuseok y Seollal, o en los aniversarios Myosa en Corea-) se celebran en fechas más temprana. Quizás los coreanos se acercan más a nuestros Días de Difuntos occidentales y mexicanos típicos del final de Octubre.

Un personaje que sale en el folklore asiático son los Fantasmas Hambrientos (mencionados en la serie de Revenant). De los seis reinos o niveles que pueden ocurrir en el ciclo budista de Samsara (muertes y renacimientos), el de los fantasmas hambrientos, que no es ninguna tontería. Si caes ahí, es que llevas encima un karma que tienes que trabajarte . Perteneciente al budismo y el hinduismo, son entes espirituales que sufren hambre y sed insaciables como castigo por su codicia y egoísmo en vidas pasadas. Se les describe con cuerpos delgados y vientres hinchados, muchas veces con cuellos estrechísimos o incluso anudados, simbolizando su tormento constante. Pero tambien es hambre de algo: poder, amor, riquezas, estatus… o sea, fantasmas envidiosos. Se categorizan 36 clases de fantasmas hambrientos

Imagen: gccmedia.co

Para los budistas y taoístas, la festividad es el Yulanpen (budista) o Zhongyuan Festival (taoísta), que se celebra el día 15 del séptimo mes lunar chino (Julio o Agosto). Realizar ofrendas a estos fantasmas es una manera de acumular méritos (punya), como las obras de caridad, puesto que se alivia su sufrimiento y se les ayuda a abreviar el trance. Las ofrendas son tambien una muestra de devoción filial (muy confuciano todo). Los fantasmas de los ancestros son bienvenidos como huéspedes que regresan para una visita. Es de mucho valor ofrecer comida y bebida a los fantasmas ajenos, pobrecitas almas que no tienen quien les levante altares (y de paso tenerlos contentos para que no se vuelvan maliciosos). Porque ojo, un fantasma malicioso puede llegar a “disfrazarse” de un familiar querido, un dios o una diosa (de cualquier religión), y liarla parda

Para que os lo pongáis de hilo musical la próxima vez que pidáis comida china. Si a mi me sangran los oídos, a vosotros tambien (madre que manera de desafinar)

Publicado por directoraymas

Apasionada por la fotografía. Mas de 40 años viendo cine de todo tipo y últimamente decidida a hacer sus incursiones en el asunto. Viajera siempre que puede, pudo y podrá. En la mesa lo mismo puede haber una tortilla de patatas que un wok de verduras o una selección de mezzes... Con semejantes antecedentes, solo podía organizar un blog ecléctico entre la curiosidad y el desparpajo

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