Negra sombra que me asombras

Black (Beullaek, Negro): Fue mi sensei, como de costumbre, la que me recomendó encarecidamente este k-drama policiacofantástico, y después me ha perseguido durante meses para que me pusiera manos a la obra en escribir el post. Una y otra vez lo tenia en la reserva porque hacía como con el café goloso, que te dejas el último sorbito para ir alargando la experiencia, y así tenia yo los tres últimos capítulos sin ver, que me daba penita que se acabara. ¿Qué si lo he disfrutado? Mucho, si señor, de quedarme enganchada a la pantalla y hacer OOOOOHHHHH AAAAAAHHHH cada vez que daban un giro del guión. Aviso ya que la estructura de la historia es complicada, toca estar atento a lo que ocurre y recordar que el diablo está en los detalles. Menos mal que, por una vez, los nombres de los personajes son recordables para un occidental, y los actores muy característicos, porque si no el cacao mental podría ser impresionante.

Uno no se vuelve parca así como así, hay requisitos previos. Como que no haya aparecido tu cuerpo tras tu muerte, y te hayas quedado en el limbo currando: si en un futuro aparece tu cuerpo, aunque hayan pasado siglos, puedes promocionar a bienaventurado en el Paraíso (aunque alguno parece que se está tomando un tiempecito en el traslado, ahem, esa tercera parca punkarra). O que te hayas suicidado. Eso es un pecado gravísimo…La pedofilia y el asesinato de niños también se castiga con el servicio postmortem (apoyo incondicionalmente la moción). Te cambian la cara, te ponen una faz “inhumana”, te adormecen los sentimientos y la capacidad de disfrutar y te borran la memoria para que no puedas reencontrarte. Uno pensaría que no es para tanto, pero lo cierto es que los reclutados acaban muy frustrados. Según parece, un buen puñado de ellos acaban escurriéndose a nuestro mundo para recuperar al menos un rastro de la vida perdida incluyendo la capacidad de amar y ya el colmo, ser amados

Volveremos otra vez al género policiaco, esta vez con rebufos sobrenaturales, con las andanzas de una parca (esos ángeles de la muerte que recogen las almas de los fallecidos, y que en Corea son todo un argumento en sí) que está persiguiendo un alma fugitiva, otra parca que decidió renunciar al trabajo y esconderse en el mundo de los vivos. Como las parcas en nuestro mundo no puede ir por ahí en estado inmaterial, necesitan decomisar un cadáver reciente, “revivirlo” y hacerse pasar por humanos en activo. En algunos casos, parece que los cuerpos “okupados” adquieren ciertos superpoderes que les vienen muy bien, aunque desconciertan a quienes les rodean: superfuerza, traslocación usando puertas (entras en una habitación de un apartamento y apareces saliendo del armario en una tienda a varios kilómetros de distancia) e invulnerabilidad. Esto último parece tener cierta intermitencia en su efectividad, ya que lo mismo sobreviven a tres tiros a bocajarro en la cabeza sin un rasguño que son asesinados o se retuercen de dolor por un rodillazo en las pelotas. Igual depende de si en el momento del trauma están otras parcas para llevárselos a rastras… yo que sé… En resumen, que en los asuntos sobrenaturales de sombras aciagas, poderes extraordinarios y tal, si hilas fino acabas soltando un ¿WTF? como un trolebús. Lo mejor es desconectar y asumir las incoherencias con espíritu deportivo. Bastante lío es recordar la colección de piezas del rompecabezas policiaco que van soltando a lo largo de la serie como escenas inconexas (hasta el capítulo 16 no encajan la mayor parte de las piezas), distinguir entre trama principal y subtramas (los casos policiacos que aparecen de forma paralela, y que luego andan todos engranados en la trama principal de una manera u otra). Encima, la sensación es que era una idea pensada para 16 capítulos, alargaron hasta 20 cuando consiguieron presupuesto y luego tuvieron que meter tijera y dejarlo en 18, con lo cual algunas historias están alargadas y otras encajadas a pim pam pum, bocadillo de atún. El final, por ejemplo, parece un traje cosido con piezas sacadas de distintos patrones, mangas talla 44, espalda de la 48, canesú desigual… a mi sólo me encajó pensando en la teoría de la bifurcación de universos (los famosos “pantalones del tiempo” que tan bien supo aprovechar el maestro Pratchett en Jingo!, aquí traducido por ¡Voto a Bríos!), que aquí serviría para dar un happy end cual alivio emocional, porque deja mas desastres que resuelve (y a la trama de la pederastia comiéndose niños con patatas sin freno, vamos, como si esto fuera Bélgica o Alemania)

Hasta entonces, como estamos tan mal-acostumbrados (y digo mal porque luego otras producciones nos saben a sosainada), se mezcla la tragedia (con asuntos que tocan temas bastante sórdidos… prostitución infantil, violencia doméstica, corrupción inmobiliaria con resultados catastróficos y tal y tal) con momentos de comedia ligera, suspense y mucha acción.

Para algo el drama es ante todo un thriller con aderezos, y la evolución del personaje principal empieza en una frialdad, rigidez e insensibilidad propia de una piedra berroqueña a la compasión y hasta el amor altruista que pocos humanos parecen capaces de mostrar. La locomotora de este cambio es la profunda necesidad de justicia de la parca protagonista, y por traerla a este mundo es por lo que acaba interfiriendo (bueno, por eso y porque la coprotagonista le tira de la chaqueta y le pone ojitos llorosos)

Que ojazos, por Buda, que ojazos tiene NUESTRO Black.. la chica es mona, para que negarlo, aunque tanta cara de sufridora… y eso que cuando está relajada y contenta es una persona muy divertida y de buen llevar

Si a las damas (y algunos caballeros) no les convence el aspecto del noir, les ofrezco otro contundente argumento: el actor principal (Song Seung-heon), morenazo que como de costumbre es modelo, actor, cantante y lo que le echen. 1,80 de belleza masculina multicultural, con unos rasgos que siendo orientales resultan deliciosamente atractivos para los occidentales de buen gusto. El tío es guapo a rabiar, y el y su director lo saben. Muchas escenas están planteadas para lucimiento del mozo, que con sus 44 añitos está estupendísimo. Encima como actor no es malo, tiene cierta vis cómica medida según cual de los dos personajes interpreta (el patoso, enfermo y descuidado detective original Han Moo-gang o la supercool Parca 444). Lo hemos visto antes luciendo patillazas en aquel saeguk de Time Slip, dr Jin (si si, el del neurocirujano viajero en el tiempo reinventando la medicina). Si entonces estaba majo, aquí está para ponerse el babero. Aun no he visto la película de Obsessed, donde según me dicen no se limita a castos piquitos con la chica, y que me regalaré algún día que pueda mandar a mi señor marido de farra con los amigotes para disfrutar sin miraditas de reojo y comparaciones

Una bonita escena resuelta con gusto: en medio del follón, la protagonista está «aislada», tan invisible para todos como un fantasma. Rodado a cámara lenta y con efecto estroboscópico y desenfocado, todo pasa como un torbellino alrededor de la figura central enfocada. La música melancólica y suave juega con el contraste con la imagen

La protagonista femenina… bueeeno… no es que la actriz (Go Ara, también modelo) sea mala (no lo es), es que el personaje en sí se me hace bola. A ratos la entiendes, qué mal rollo crecer con ese síndrome de Casandra, viendo las sombras en la gente que te rodea que anuncia su muerte cercana, y en otros es demasiado sensiblero, como que se pasa de frenada, una llorona que no sabes si intenta evitar la muerte de los que percibe perseguidos por los tétricos vapores por verdadera compasión, para sentirse mejor o por un narcisista Complejo de Mesías. Y esa fijación con el detective… no entendemos cómo es capaz de reconocer a su primer amor/amigo del alma de la infancia, ni mucho menos cómo le aguanta los desplantes y bufidos que le pega, cuando es obvio que es el detective quien la necesita mas en su asociación, imprescindible para localizar al espíritu fugado. Ella se limita a buscar cualquier indicio de bondad (o simple educación) para reinterpretarlo y agarrarse como una lapa, en una relación tóxica de dependencia emocional donde las haya. Esto no es amor, esto es la droja en el colacao

El grupo de detectives de la comisaría son un conjunto mas o menos típico (vagos resabiados y aburridos intentando hacer un trabajo que no les motiva) con algún elemento destacado, como ese “Perro Loco” que tiene más de un recoveco en su alma (¿Quién era su pareja? ¡Sorpresa!) y ese “Abuelo Paticorto” que parece abandonado a la decadencia.

Mucho mas positivos nos resultan los dos personajes satélites que orbitan alrededor, sobre todo cuando vamos conociendo más de su historia: Oh Man-soo, el hijo natural del viejo empresario que demuestra ser un tipo estupendo y fiel (Kim Dong Joon, otro multiusos), y Yoon Soo-wan, la médico novia de Han Moo-gang que ha pasado un infierno (Lee El, buena actriz, la vimos en Korean Odyssey haciendo de secretaria y en Goblin como la diosa Samshin, preciosa voz bien educada )

Las escenas de acción/tensión son contundentes, y la persecución en el autobús en la mejor escuela de cine de acción de Kimchiwood.

Como digo, técnicamente bien hecha, algunas escenas sobresalientes… y un guion que se desinfla en un quiero-y-no-puedo final, lo que es una pena, como si se hubiera acabado a marchas forzadas en los últimos cabos, porque otros arcos argumentales están bien resueltos. A pesar de ello, debió tener bastante éxito en Corea, porque de vez en cuando se cuelan referencias en otros dramas, siendo los visuales los más fáciles de identificar. Como ese poster azul en la pared del representante de Oh My Ladylord, un juguete sentimentaloide y blandito que reconozco que seguí para poder disfrutar de las imágenes de la casa coreana tradicional (yo estaba inloooooooove con la mansión)

Toda la serie está llena de niños en peligro. Pedofilia, abusos físicos, violencia, prostitución infantil… con largas ramificaciones en todos los estamentos, desde el depredador solitario a los amigos de francachelas, donde una mano tapa la otra. En los países asiáticos se han lanzado campañas de concienciación sobre el problema, y uno de los símbolos es pintarse una uña de color. Si os fijáis en algunas series, veréis que alguno de los personajes tiene pintada una única uña de un color oscuro, sin razón que lo justifique: es el recuerdo de que uno de cada cinco niños sufrirá abusos, y que donde menos te lo esperas puede estar pasando. En Corea del Norte… ya os podeis imaginar lo que se cuece a fuego lento. Para dar, regalar y hasta exportar

La imagen en estudio: el etalonaje en colores cálidos le da un efecto de película antígua o foto pintada a mano. Un paisaje desolado como el diálogo entre los dos personajes, confesión y tristeza inconsolable. La desnudez del paisaje permite que las dos figuras humanas en el quinto inferior se destaquen en un efecto silueta. Bajo contraste y enfoque nítido hasta el infinito/horizonte (al contrario de lo que suele ser habitual en cine) para apreciar la línea de las montañas, que como un bloque oscuro cierran la separación entre el agua y el cielo

Publicado por directoraymas

Apasionada por la fotografía. Mas de 40 años viendo cine de todo tipo y últimamente decidida a hacer sus incursiones en el asunto. Viajera siempre que puede, pudo y podrá. En la mesa lo mismo puede haber una tortilla de patatas que un wok de verduras o una selección de mezzes... Con semejantes antecedentes, solo podía organizar un blog ecléctico entre la curiosidad y el desparpajo

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4 comentarios

  1. Como nadie más se anima aquí estoy yo para decir que aunque parece que no vale la pena, todo lo contrario, está muy bien, se podría haber mejorado el final, seguro, que es recomendable para ver, en mi opinión promueven series (asiáticas y no asiáticas) mucho peores a esta.

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    1. precisamente por eso animo a la gente a verla y disculpar el final… porque todo el resto es disfrutable a tope. Ya sabeis que si no me gusta, no comento, directamente. Es que tampoco quiero hacer spoiler jooooo

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