Será maravilloso/ volar hasta Pionyang (dicen)

Estaba pensando hacer una entrada de pelis y series que NO he podido ni empezar, o se me han caído del HD por duras. Y no es que sean malas, que va, es que mi estómago se ha enroscado sobre sí mismo. En vez de eso, os voy a preparar un mixto de dos pelis, una muy seria, otra muy cínica, pero ambas muy buenas y muy visibles. Hala puessss abróchense los cinturones, porque en ambas hay aviones, secuestradores y obsesión por volar a Corea del Norte

Hijack 1971 (Haijaeking , Hijacking): Empezamos con la más “formal”: casi un documental sobre el secuestro, el de 1971, de un avión Fokker comercial que cubría un vuelo doméstico entre Sokcho y Gimpo (210.6 km, como entre Madrid y Zamora). El pequeño aeropuerto de Zamora digoooooo de Sokcho no funciona desde 2002, pero en aquellos años era un aeródromo funcional en el cual los pasajeros embarcaban con una informalidad como el que se sube al tren de cercanías en Nava del Rey. La risa, oigan. Y en este vuelo embarca el grupo heterogéneo de pasajeros a cual más básico (incluyendo la abuela con la gallina, tal cual el llorado Paco Martínez Soria), los tripulantes (pilotos bregados de la aviación militar reciclados, alguna azafata…)… y el secuestrador.

Toda la historia transcurre en tiempo real con los pilotos intentando evitar el desastre (en 1969, otro secuestro con 46 pasajeros había acabado aterrizando en el Norte, y once de sus pasajeros y los cuatro tripulantes aun no han vuelto). Al copiloto, que entonces era militar, le dan orden de derribar el avión, pero se niega, y acaba de patitas en la calle.

En la película, se explican sus acciones como la rabia acumulada de un desgraciado que ha sido machacado en su pueblo sureño hasta el límite, y en su cabeza alucinada no se le ocurre otra cosa que secuestrar un avión y volar al norte para ser recibido en loor de multitudes. Semejante ida de olla no justifica sus acciones, sólo las pone en contexto, porque algo le tiene que haber ocurrido para que no tenga mayor discurrimiento neuronal que subirse a un avioncito, secuestrarlo con dos bombas de mano y empeñarse en llegar a la ciudad del mofletes

El meollo está dentro del cacharro, con un piloto sin visión, un loco armado y un agente de seguridad herido, cazas de uno y otro lado aproximándose (y disparando)…la cosa se complica que no veas

Aunque la película se ciñe bastante a los hechos reales en los que se basa, alguna cosa se ha cambiado para hacerlo mas “espectáculo”. La verdad es que engancha, cine de acción y sin complejos, ni romance ni humor ni nada (a excepción de la gallina como estrella invitada). Los actores, fenomenales, empezando por ese copiloto heroico (Ha Jung Woo, que la última vez lo vimos de padre agobiadísimo), el pobre piloto escalabrado (Sung Dong Il, hoy bueno, mañana malo, a veces fantasma, siempre llenando la pantalla), el chiflado secuestrador(Yeo Jin Goo, diosssss yo me quedé pillada con su voz aterciopelada de investigador torturado y sus trasfondos infantiles)…

Good news: Si con la película anterior nos hemos quedado convencidos de la seriedad de un secuestro aéreo, con esta le vamos a dar la vuelta al calcetín. Aunque el punto de partida sea muy similar (el hecho real del secuestro de un avión comercial japonés en 1970 llevado a cabo por un grupo terrorista japonés -la Facción del Ejército Rojo-, que pretende desviarlo a Pionyang). Desde aquí, abandonad toda esperanza de salir de este embrollo de acción y mucho, mucho, muchísimo humor negro. Porque la película no sólo se dedica a los secuestradores y pasajeros, sino a todos los que, desde fuera, están intentando “solucionarlo”. Porque esta comedia negra chicharrón se cisca en todo, EN TODO. El comunismo, el capitalismo, la democracia, América, Japón, Corea del Norte y del Sur, los líderes, la religión, la ambición humana, los militares, los políticos, los servicios secretos, la vanidad, la gloria… Humor en los diálogos, humor en las imágenes (ese director de los servicios secretos que tiene siempre a sus “esclavos” en un nivel más bajo, con la cara a la altura de la entrepierna, “chúpame la minga, desgraciao”), humor en la BSO (poner una canción de LOUIS Amstrong y estar hablando de la Luna para recordarnos a NEIL) y hasta en los ruidos de fondo (atentos a la “mesa de crisis” y sus ruidos masticadores zampando sushi)… Si ponemos a Berlanga a hacer una peli sobre la TIA y le metemos de quintacolumnista a un tipo con un botafumeiro de sigarrito de la risa, no sale tan desopilante

El objetivo final de la película es mostrar la hipocresía de los políticos y bur(r)ócratas, parásitos del sistema que utilizan cualquier situación o desgracia para adquirir PODER. Los secuestradores, en el fondo, son unos ilusos que hacen cosas reprobables, pero no son los peores villanos. Pringaos, eso es lo que son, unos pringaos

La lista de actores es para abrir los ojos como platos, y cuando ves sus actuaciones, aplaudir con las orejas. Empezando con ese “Nadie”, el mismo nombre que se da Ulises cuando se presenta ante el Cíclope, y como el griego es un superviviente de ingenio rápido y afilado que utiliza todo a su alcance. Ay, Sul Kyung Gu, actorazo de mil matices, ojos de perro apaleado, ojeras de mapache, temple de acero… jefe de mafiosos, y mil cosas mas que ya iré sacando. El teniente guaperas que pasa de los clarines de la gloria al pelotón de fusilamiento nos hipnotiza (Hong Kyung, que estuvo liado con desertores), el director del servicio secreto bailarín, cobarde y desnortado (Ryu Seung Beom, ay que elemento), el fuera-de-órbita jefe de los terroristas (Kasamatsu Show… ¡ostras, Sato!¡y jefe del clan de los caníbales!), el Miles Gloriosus enmedallado (Hyun Bong Sik, buenooooo este sale por todas partes, pero lo recordaréis del monstruito), la terrorista loca del coñ… (Yamamoto Nairu, tambien caníbal), el controlador norcoreano (Park Hae Soo, desde que jugaba con fuego nos gusta y lo seguimos), la primera dama manipuladora (Jeon Do Yeon, asesina despiadada esta vez sin jugársela), el director de cine, el copiloto, el piloto, el de las bombas… por dios lo que se han reído todos (juraría que en una escena he visto al ministro japonés disimulando una carcajada a cuenta de un bailecito)… Y si no os convence el reparto, os insisto: la cinematografía es fantástica, con innovadores ángulos de cámara, rotura de la cuarta pared, escenas de fantasías y delirios, brillante edición y etalonaje… y todos ellos cargados de una mala leche que, si se cae al suelo, corroe la baldosa. Así que haceos un favor, la buscáis y la disfrutáis

Que a ver, no todos los personajes son retratados con crueldad. Sólo los que se lo merecen. Se salvan tres tipos que con su dignidad torera acaban con el peso de las decisiones sobre sus hombros: el pobre teniente (asumiendo tareas y funciones que están muy, muy por encima de sus cabezas, el “solucionador” (con una patética historia en su haber) y, al final, el ministro de transportes japonés, que da un paso adelante. Movidos por su humanidad y empatía con los rehenes (y ese momento “comunión otaku”… diossss). Los terroristas son unos corderitos gritones y delirantes comparados con las hienas y los lobos que manejan el cotarro

Que ya es tarde. Venga, que os dejo deberes con los enlaces a los hechos reales en cada peli. Y sabéis que no soy de colgar vídeos pero este se lo merece

Publicado por directoraymas

Apasionada por la fotografía. Mas de 40 años viendo cine de todo tipo y últimamente decidida a hacer sus incursiones en el asunto. Viajera siempre que puede, pudo y podrá. En la mesa lo mismo puede haber una tortilla de patatas que un wok de verduras o una selección de mezzes... Con semejantes antecedentes, solo podía organizar un blog ecléctico entre la curiosidad y el desparpajo

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