
Descendants of the Sun (The Sun’s Descendants; Descendientes del Sol): pues que me puse (por fin) a ver este clásico de los k-dramas, que por todas partes leía que fue un hito en la historia de las series de tv orientales, y me lo plimplé de un tirón, a episodio al día (descansando los findes, que tenía faena). Con esto, voy tachando deberes de mi lista de super pendientes. Y es que te guste o no, obviar esta producción en el blog es dejar un agujero.

Empieza con dos militares de Fuerzas Especiales (el prota y el amigo del alma) que se ven envueltos en un asalto callejero, como es de suponer les dan p’al pelo a los atracadores, y para recuperar un móvil robado tienen que ir al servicio de Urgencias del hospital donde han llevado al destalentao que pretendía dar el palo. Allí conocen a la protagonista, una buena cirujana cardiovascular en un gran hospital, a la que el director tiene enfilada porque no se deja tocar la teta (la chica es muy mona), y para domarla, le va poniendo piedrecitas en su día a día (que si te obligo a bajar a urgencias, que si pongo a una petarda en la plaza a la que aspirabas…). El guapo queda pilladísimo con la guapa, y empiezan un tira y afloja, que si tenemos una cita, que si lo nuestro no funciona, que si flirteamos otra vez, que si nos separamos, que si nos juntamos, que si nos enfadamos, que si te salvo la vida, que si me la salvas tu y luego me echas una bronca, que si el prota es una máquina de hacer bromas tontunas… … así se van a pegar los 16 capítulos, supuestamente para dar “interés humano” (?) y mover la trama.

Porque se supone que uno de los argumentos básicos es mostrar lo difícil que es tener una relación de pareja con un tipo que, cuando menos te lo esperas, viene un helicóptero a buscarlo, desaparece una temporada y a la vuelta (si vuelve) no puede contarte nada de lo que pasó. Cachis. Y encima, ella es una esforzada médica que se desayuna todos los días con café y juramento hipocrático, y el un mandado en uniforme que mata diligentemente. Vale, que si, que lo hace por defender a la gente y a su país, pero la cuestión es que pega más tiros y cuchilladas que nadie (y con destacada eficacia)

De todo les toca, de-to-do. Desde atender a los militares hasta ayudar a la población civil, poner tiritas y meterse entre temblorosos cascotes a rescatar supervivientes de un terremoto en unas instalaciones surcoreanas, pelearse con traficantes de armas, salvar políticos de gran importancia… Con su hospital de campaña y sus quirófanos montados en contenedores, sacan adelante la faena

A la vuelta del luminoso Mare Nostrum y ese país de fantasía que parece hecho de retazos de Malta, Creta, Grecia y Somalia, la pareja principal ha acabado aceptando que mejor juntos que por separado. Yep, esta serie mezcla de forma un pelín alborotada tres géneros “clásicos”: drama militar (con sus bromas de muchachotes y su bromance, sus loas al sacrificio, al patriotismo y la lealtad), drama médico (entre bisturíes y pacientes, sirve para aligerar el asunto, aunque parte de sus hilos son directamente ridículos) y drama romántico (que generalmente funciona como adhesivo firme con otros géneros). Os diría que mucha acción, pero también hay mucho impasse. Lo mejor, sin duda, es cuando militares y médicos están haciendo su faena en el extranjero, y el resto baja en intensidad. Sobre todo el último episodio, que es un pegote de narices. Yo lo hubiera cortado con esa última escena sin mas explicaciones, y tan contenta.

Técnicamente impecable, visualmente excelente, fantásticas localizaciones, buena BSO (aunque la cancioncita leivmotiv se hace un tantico pesadita), y que chico, no soy la única a quien la pareja principal le interesa mucho menos que la secundaria, con ese mozarrón tan impasible y tan enamorado de la médico militar, que encima es su superior. Que no es que el protagonista sea feo o soso, que vaaaaaa , es una delicia verlo, pero ñec ñec ñec… algo chirría. Da igual, podéis disfrutarla sin problemas, bien provistos de palomitas y toallas (por las babas que se os van a caer, ay cuanta testosterona lucida para el solaz de damas y algunos caballeros)

En su momento, la serie triunfó en Corea e internacionalmente. Se emitió en 32 países, y fue el pistoletazo de salida para la ola Hallyu, disparó el turismo y descubrió ese pequeño país para el resto del mundo. Se llegó a ver en Corea del Norte, no sé si emitido “oficialmente” o sintonizado subversivamente (nota: a escondidas y por Internet). El Gobierno chino la alabó por su exposición del espíritu nacional y la cultura comunitaria (¿eins?). Bueno, imaginaos a que altura llegaron los babeos de los políticos locales: hasta la ex presidenta Park Geun-hye se hacía lenguas de su patriotismo, destacándola como un “ejemplo de los efectos positivos de los contenidos culturales en la industria manufacturera” (aquí me he perdido con la neoparla política), y se produjo un repunte de candidatos a alistarse en las Fuerzas Especiales. El Primer Ministro de Tailandia en ese momento animó a los ciudadanos a ver el film por sus mensajes de “patriotismo, sacrificio, disciplina y valores ciudadanos”.

Los sets en Camp Greaves, campo military americano cercano a la Zona Desmilitarizada (DMZ) en Paju, se restauraron como Parque Cultural y Natural, y el set de Taebak se conservó como lugar turístico; los visitantes pueden alquilar el vestuario de los actores para pasearse por el “campamento médico” y el “militar” vestidos (apuesto doble contra sencillo que si el complejo sigue funcionando, los coreanos ya han pergeñado algún invento para grabarse e insertarse en la serie original cual figurantes. Vamos, yo lo haría)

Se les ha acusado de exceso de emplazamiento publicitario, que a ratos no tienes claro a que leñes vienen a cuento las escenas excepto para sacar en pantalla tal o cual marca de coche, bebida, franquicia… ya explicaron los productores que era el peaje necesario para conseguir financiación, porque además la serie se hizo totalmente grabada y montada desde antes de la emisión, lo cual en ese momento era novedoso en Corea. Lo que realmente abuuuuurreeeeeee a los coreanos es la sobredosis de comercialización de la serie y sus derivados de marketing, con anuncios directos e indirectos inundando marquesinas, televisiones, pantallas, periódicos…

Y que lo siento mucho, pero la actriz principal, Song Hyae-Kyo, no se cómo tiene tanta fama porque guapa, es guapa, pero soooooosa sooooooosa y floja como actriz. No es demasiado joven para el papel (nadie se podría creer a una curtida cirujana con aspecto de yogurín), pero chico… ni haciendo ropa nos gustó ni aquí nos convenció. A Song Joong Ki se lo perdonamos todo, ayyyyy nuestro mafioso favorito, ayyyy nuestro barrendero espacial… mas visto aun tenemos a Jo Jae Yoon, que hoy es villano, ayer parca, anteayer probo funcionario del metro… Jin Goo y Kim Ji-Won funciona perfectamente como pareja secundaria, aunque tengan un CV mas corto que los anteriores. Y David Lee McInnis funciona estupendamente como villano perverso, teniendo a su favor que, siendo de ascendencia coreana, se defiende en un rodaje coreano (si todo falla, puede volver a su negocio de especias, la estableció un negocio de especias, McInnis MasterBlend)

Se montó algo de alboroto en Vietnam porque Tran Quang Thi, un periodista del Tuổi Trẻ, argumentaba que mireusted, una serie que ensalzaba a los militares surcoreanos con la cantidad de crímenes de guerra que perpetraron durante la Guerra de Vietnam, esparciendo el terror en varias regiones del país y arreando contra militares, guerrillas y civiles sin distinción, con pueblos completamente borrados del mapa, que si los espíritus de las víctimas vieran con que alegría las nuevas generaciones seguía la serie se les rompería el corazón”.


De pronto, se ponen a hablar de infecciones a cuenta del virus M, que es como el Ebola pero en respiratorio, y que mata por la tormenta de citoquinas, canallita patología en la cual ser joven y sano es un factor negativo… ahhhhh caramba, es que en 2015 los coreanos se comieron el MERS, ese COVID con preaviso que en vez de murciélagos asaltaba dromedarios para afectar a los humanos sibilinamente, que de manera misteriosa apareció, arrasó y frenó en seco en Arabia Saudí sin que aprendiéramos nada del susto


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