
The Great Battle o La Gran Batalla (La Batalla de Ansi): Hala, una de palomitas y hacer la ola en el sofá. Una gran producción que en teoría representa una batalla crucial en la invasión china del año 645. Y digo que en teoría porque las cosas no fueron así de simplonas. En realidad, es un episodio de la Guerra Goguryeo–Tang (645 y el 668). Que sí, los Tang eran chinos, pero estaban a pachas con el reino coreano de Silla, en el Sur (para algo escribí la entrada de historia de Corea… para usarla de referencia).

El resumen es que al reino de Goguryeo y al de Baejke se los acaban zampando con la tenaza chinosureña, dando fin al periodo de los Tres Reinos. Luego, los antiguos aliados (Silla y Tang) se dieron de tortas, enfin… la historia se repite…Aunque en la peli nos la vendan como “la resistencia coreana frente al invasor” (que en aquellos tiempos ellos no se consideraban así), en realidad fue una discusión entre peninsulares: los Tang y los de Silla estaban hasta el gorro de tener que aguantar el tapón norteño de Goguryeo en sus negocios, y se organizaron para quitárselos de en medio… Ondia, lo mismito que Troya…

En la historia, como en la película, la maniobra de Yeon Gaesomun (연개소문, 淵蓋蘇文) (A.D. 603-A.D. 666), militar de alto rango (hoy diríamos un espadón con el genio revoltoso que quitó un rey, puso otro e hizo una purga de narices) fue la excusa (como lo de Helena, la de Agamemón, pero con un señor de barbas y bigote) para montar un pifostio. Echad un ojo al tipo, que se les hubiera reído a la cara a los personajes de Juego de Tronos por pusilánimes y blandengues. Tiempos duros, tiempos salvajes. Ni budismo ni gaitas.

El guión se pierde un pelín y las supuestas “historias de interés humano” pseeeeee ni pa tí ni pa mí. Se han centrado tanto en la parte guerrera que quedan descolgadas. Vaya, que puedes aprovechar esos momentos para hacer una incursión a la nevera sin meter el pause

En varios momentos, el despiporre es heroico. Algún historiador con ganas de protestar ha señalado que por ejemplo, los chinos llevan ropas de la dinastía Han (no la Tang, que es la que toca) que es 400 años posterior. El guionista se viene arriba contando chinos, y menciona 200.000 asediantes (cuando como mucho debía haber 30.000, que ojo ya son muchos chinos para chinchar). En cuanto al armamento, también hay mosqueos: si los chinos habían inventado la ballesta, ¿Porqué solo la usan los coreanos? ¿De verdad nos creemos que unas bolsas de aceite pueden destruir toda una torre de asedio?. ¿Y ese montículo que los chinos tardan dos meses en construir -similar al que emplearon los romanos en Masada y Azaila- se lo machacan en un día? Y así todo…

Moraleja, que igual que tantas producciones americanas (y ¡glubs! españolas) que nos publicitan a bombo y platillo como hiperrealistas y fieles y bien asesoradas, se les escapa el continente por las costuras.

Pues eso, que para echar una tarde lluviosa, comparar tácticas de ejércitos del mundo y empezar a buscar en Internet con el móvil que pasó en realidad en ese momento mientras echas un ojo a la pantalla. Está entretenida si os gustan las pelis épicas y grandes movimientos de masas. Y puedes ponerte en modo heroico on y empezar a gritar «¡A las barricadas! ¡Ansi no se rinde!» cambiando la BSO por los Sitios de Zaragoza

Una de batallitas…para pasar el rato pero en coreano,con lo que les gusta a los asiáticos la épica desmedida y las luchas entre buenos y malos, el ying y el yang, pin y pon, tenis y demás deportes de unos contra otros. En fin, palomitas y a disfrutar una buena tarde en buena compañia
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