
Que si, que todos hemos vuelto de las vacaciones con los deberes de relajación a medio hacer. Damos vueltas en la cama sudando y preguntándonos dónde se fue eso de “Agosto, frío en el rostro”, porque el calor no afloja, y si lo hace es para volver con los subidones de termómetro. Va a ser que la única manera de soltar adrenalina nefasta es tirarse en el sofá y ponerse a ver pelis de esas que el departamento de maquillaje ha agotado la sangre falsa. Marchando un miniciclo de estética violenta (o violencia estética)

I Saw the Devil: Para empezar, una peli vintage de esas que nos descubrieron otro mundo, el de las producciones coreanas a tortas, y un actor que nos dejaba clavaditos al asiento. Que joven que guapo, que maravilloso estaba (está) Lee Byung Hun, ay que la última vez que lo vimos en este blog andaba también jovenzano por las Manchurias. Da igual, si veis que está en el reparto sabéis que es buen producto. En este caso, un policía que da caza a un asesino psicópata, sádico y brutal, que entre otras víctimas ha depredado en su novia.

La bestia humana es Choi Min Sik, el geomante aterrado. Y el frustrado suegro, Jeon Gook Hwan, un veterano que hemos visto en muchas producciones, id haciendo memoria. No es una peli para todo el mundo, tiene un chorretazo de gore que puede revolver un estómago delicado, pero si podéis superarlo, os encantará, con su buena fotografía, sus personajes complicados (el malo no, el malo es malo sin pausa ni dobleces), su música paradójica, su montaje trepidante…

Nameless Ganster (The War Against Crime , War against Crime: Golden Age of the Bad Guys): Venga, si, esta también es vintage, y habrá quien la encuentre lenta, pesada (más bien densa), pero si os lo tomáis con paciencia (¿que tal partida en dos sesiones?) disfrutaréis de una película que fue pilar de muchos tópicos posteriores en las pelis de gangsters. Ambientada en los años 80 y 90 en Busan, Esos pelazos, esos trajes… El Gobierno ha decidido abrir la guerra contra el crimen organizado y los matones, y dos mindundis deciden aprovechar un golpe de suerte (un alijo de droga “despistado”) para montar un chanchullo que los saque de pobres. Poco a poco, entre extrañas lealtades, traiciones a porrillo y amaños con los corruptísimos poderes del Estado, el aduanero pringaíllo (otra vez Choi Min Sik, transformado en esforzado paterfamilias con los dedos pringosos) va trepando por la escalera hasta convertirse en padrino mafioso, a veces aliado con otro basurillas (Ha Jung Woo, que tenia la niña desaparecida, correteó por Oriente Medio y andaba de parca) y a veces… pues nope.

Otro punto es ir localizando las caras conocidas: Kim Sung Kyun (poli listo, poli tonto), Ma Dong Seok (nuestro idoloooooo dales fuerteeeeeee), Lee Hee Joon (paradojas de asesinos), Park Byung Eun (uffff lo que cunde este perfilador), Ko Kyu Pil (estabas mas delgadito, eh chaval… debió darle hambre andar con el cura feroz o corretear cazando bandidos…)…

Kill Bok Soon (Gil Bok Soon , Gil Bok Sun , Gilbogsun , Kill BokSoon): dejamos a los brutos chocar testuces y nos vamos al mundo de las matanzas con firma. Esta vez, una asesina profesional que quiere cambiar de empleo (entre otras cosas, porque cada vez es mas difícil esconder a su hija adolescente su desempeño). A ver cómo lo negocia con su mentor y empleador, que también es un tipo muy, MUY peligroso, y no digamos su hermanita (aunque lo de esta tía es mas en el tema de manejar los hilos).

No es la única empleada de la empresa, que gobierna con mano firme a otros negocios de la muerte al por mayor o al retail. Esta tiene como base a los asesinos que educa y entrena dentro de la propia organización, como la alumna que ponen junto a la protagonista en su supuesta última misión.

Los personajes son un poco toons, pero los actores lo llevan con mucha dignidad y ejercicio físico (con decir que en la ficha técnica el maestro de artes marciales, Jang Jae Uk, sale por delante del director…). La primera, Jeon Do Yeon (gran historial), que a pesar de ver superveterana se mueve que no veas. Y ojo al jefe de puño de hierro, Sul Kyung Gu (a ver si lo reconocéis en la peli de antes). Esom, la hermana tóxica, os suena, a que si… claro, era la telefonista de la compañía de taxis en la primera temporada. Y coincidió en la Zona Desmilitarizada del paralelo 38 con Koo Kyo Hwan (también director, productor, guionista…), que la última vez lo vimos haciendo de agitador sociocultural con una abogada defensora autista, y cuando estaba cazando desertores coincidió con Lee Yeon, la novata. Kim Shi Ah se bajó de la luna para ser la adolescente espabilada a tortas. Y pumba, mira quien es el camarero manco… Kim Gi Cheon, que sale por muchos sitios, ayer paciente mental, director de escuela, ladrón con alienígenas… Aunque solo salga como invitado, te quedas con su cara.

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