Los hombres duros no deberían enamorarse

A Bittersweet life: La tenía pendiente hace tiempo, por aquello de que es una película de culto, que descubrió el género “violencia gansteril coreana” al resto del mundo y porque, que diablos, Lee Byung Hun tiene ese je ne sais cuac, que hace que cuando vemos su nombre en un casting, nos apuntemos a ver lo que sea. Aunque sea una película “antigua” (venga, del 2005, más viejo es el Pilar y seguimos bajando a verlo). Hala, sesión de cine clásico coreano, marchando una de sopa de tripas coreana (Gopchangjeongol).

A los diez minutos se me encendió la bombilla de mi cinemateca mental y pensé: rayos, esto es una revisitación de una película francesa… si, si, la he visto hace poco… Le Samouraï, de Jean Pierre Melville, año 1967. Aquí se tradujo como El Silencio de un Hombre. Veamos… Asesino solitario que vive discretamente y malduerme: CHECK. Abducido por el encanto de una mujer por la cual pierde el oremus y renuncia a su asesinato por encargo: CHECK. Tipo estoico que nunca sonríe: CHECK. La chica toca un instrumento con el que seduce al tipo: CHECK. Persecuciones del protagonista: CHECK … Caray, es que hasta en la caracterización del personaje se parecen, mira ese flequillo y esos pómulos tallados en granito. Pues no me extrañaría que la película francesa hubiera sido fértil sustrato para la asiática. Eso si, si Melville hubiera podido disponer del mismo presupuesto en actores secundarios y atrezzo (sobre todo, balas y sangre falsa) quizás hubiera rociado de hemoglobina de guardarropía sus desaturados fotogramas… o no, vaya usted a saber. Por eso, cada una en su estilo, son tan disfrutables.

Hala, al lío: Erase un empleado de confianza del jefe de una banda, un fiel pistolero que lo mismo hace de gerente de un garito que vigila a sus gansters, al cual le encargan vigilar a la novia del susodicho mandamás, con la mosca detras de la oreja de que la dama está engañándole con un caballerete más joven y más guapo, mientras le vacía la billetera. Bueno, para eso están los hombres de confianza, para hacer encargos delicados cuando te vas de viaje. Tu me controlas a la moza, y si ves que se refrota con un doncel, me avisas y yo te digo qué hacer, pero oyes, si eso me los liquidas en el acto. Es que yo la quiero mucho… Pues vaya amor mas deletéreo, oyes.

Cuidadin, cuidadin, que te estás quedando colgadísimo

Así que le toca al protagonista andar del coro al caño y del caño al… enfins, detrás de la doncella que, delicada y espiritual, escamotea al mancebo que le hace suspirar de gustito. Tanto va el cántaro a la fuente que al final los pilla en harina metidos, no hay escape posible. Que llamo, que no llamo… pues no llamo, les ordeno despedirse para siempre y les hago prometer que no volverán a verse en la vida, que borren el asunto de sus mentes (-“¿que te has creído, me has salvado la vida o que?”- dice la listilla. Pues sí, merluza, te la ha salvado a ti y a tu noviete)

Desfogándose un poco del mosqueo que lleva

Ese acto de compasión y amor sacrificado (tan distinto al que excusa su salvaje jefe) le va a traer muuuuuchos problemas. La cosa es que la banda rival lo caza y, con las bendiciones de su jefazo, le mete una somanta de palos y lo entrega a su competidor en la jerarquía de la banda. Primero uno y luego otro, lo someten a una larga tortura que incluye colgarlo como una canal de ternasco, enterrarlo vivo, romperle una mano (detalle de fantasía: con las fostias que se lleva, debería llevar la cara hinflada como un balón de playa durante semanas… pues no, oyes, solo detallitos aqui y allá)… Echa un ojo a la barra de tiempo y dices uy, este tipo va a sobrevivir y la venganza será larga

Nunca pongas tu lealtad en alguien que considera a los demás herramientas u objetos de disfrute

Efectivamente, el apalizado protagonista consigue escapar y esconderse para ocupar la parte final en un agónico calvario. Que no sé de donde saca tanta energía, porque va regando de sangre la ciudad. Será que la sonrisa que le ha conseguido sacar la chavala le ha purificado y aportado un extra de vida

La escena con los traficantes de armas, tres desnortados chapuceros, parece metida con calzador, pero es curiosa. Me encantaría escuchar (o leer) la opinion de un experto sobre esa pistola (la rusa Stechkin automática) que le venden como «la pistola de la KGB») y se le desmonta entre las mano, saltando muelles y piezas

Los comentaristas suelen quejarse de que no entienden la escena final (sobre los títulos de crédito), en la cual se ve al protagonista en el club del que es gerente (y en el cual hemos comenzado la película) disfrutar la panorámica de la ciudad nocturna y jugar con su reflejo a hacer un poco de boxeo sombra, sonriendo para sí. Yo también tengo mi propia teoría: el director grabó la escena pero, en el montaje, no encajaba con el discurso cinematográfico (si le ves sonreír desde el principio te quedas sin la sorpresa de ver cómo se le ilumina la cara al oír ensayar a la moza), así que la colocó allí (realmente es una imagen muy bonita) para poder disfrutarla y que pensaras que sí, que realmente el hombre tiene un complejo mundo interior al que accedió por una puertita la música y se la dejó entreabierta.

Y como no, la coreografía de la gran pelea contra los maloes es una delicada obra de planificación e iluminación, incluyendo la parte con fuego y maderas encendidas

Técnicamente, aunque el aspecto parezca un poco anticuado, sigue siendo excelente, con peleas bien coreografiadas y mejor filmadas. A diferencia de la peli francesa, aquí no apuestan por el desaturado, y a ratos los colores parecen demasiado “subiditos” para algo tan sórdido. Eso si, la música fenomenal la mayor parte del tiempo, me encantó esa piezas morosas y delicadas (ele ahí, hasta rasgueos de guitarras tiene) cuando está granizando plomo por todas partes (ay ese valsssss ese valsssss) . Piezas no solo nostálgicas, sino austeras en su instrumentación.

Y total, que como reconoce el jefazo, habia aplicado un castigo excesivo para una minucia. Pero la manera de actuación de un ganster es así: cuanto ma brutal y desatado es tu mando, mas firmes se mantienen los subordinados, prietas las filas

De Lee Byung-Hun que os voy a decir, un actorazo como la copa de un pino que nos alborota las pajarillas y con una voz auuuuuuuu cómeme lobo miooooooo, encima licenciado en literatura francesa y teatro. Yo creo que se divirtió haciendo un trasunto de Alain Delón. La sirena destructora de hombres que quiso picotear en la mafia sin mancharse es Shin Min-A, que con esa carita de inocentona tuvo una clínica dental desde la cual veía el barco de chanquete. El tio del gorrito con gafas es Lee Ki-Young, que lo hemos visto liado con brujas, zombies, pirómanos, curas cabreados… esos ojos huevones son inolvidables. Y todos están estupendos, incluyendo los desnortados vendedores de armas en el mercado negro y su vengador hermano, (Moon Jung-Hyuk / Eric, aunque dedicado sobre todo al k-pop y programas televisivos, ha hecho sus trabajitos en cine y series) que pondrá el broche final tirando al tuntún.

En otro momento, en otras circunstancias…

Sobre el tema de dónde conoció la chica al jefe mafioso… no se dan detalles, pero supongo que por el sistema habitual: encuentro en algún evento social (no le veo yo muy orientado al yayo para retorcer el esqueleto haciendo clubbing), el viejo que se le van los ojos detrás de la niña, una tarjeta de “si necesitas algo, pídemelo”, la chica que se deja querer… y ya tenemos al sugar daddy refrotandose la cebolleta con la joven piel. No es una excepción, porque en Corea del Sur hay 7,000 tipos que entran en esa categoría (y aun son pocos: en Japón hay 32,500 28,600 en Hong Kong, 27,300 en Taiwan, 12,000 en Vietnam…). Las enormes diferencias económicas, la falta de futuro para las mujeres, la existencia de hombres muy poderosos económicamente y muy miserables, la tradicional cultura confuciana machista (que ríete tu de la cultura occidental, ja ja y rejá) pueden volver atractiva la “carrera” de “amante jovenzana de un viejales ricachón”. Vale, que de eso también tenemos por aquí en carretadas, y con larga tradición, aunque no se les llamara así. Pero el concepto es idéntico, juventud vendida al mejor postor. Hay hasta páginas para poner a ellos y ellas en contacto, que no digan que no hay facilidades. El caso inverso, mujeres mayores y poderosas con bel amis, es mucho mas raro (y discreto), porque hay muchas menos mujeres en las élites económicas, generalmente pertenecen a familias de chaebols, y los hombres de la familia no van a permitir que puedan divertirse a su gusto

Nada, hoy no me apetece hablar de fotografía, os pongo el vals

Publicado por directoraymas

Apasionada por la fotografía. Mas de 40 años viendo cine de todo tipo y últimamente decidida a hacer sus incursiones en el asunto. Viajera siempre que puede, pudo y podrá. En la mesa lo mismo puede haber una tortilla de patatas que un wok de verduras o una selección de mezzes... Con semejantes antecedentes, solo podía organizar un blog ecléctico entre la curiosidad y el desparpajo

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  1. Avatar de Desconocido

4 Comments

  1. pues sí, parece un clon de la peli francesa de Alain Delon, con algunas similitudes, la francesa la he visto y me gusto mucho aun siendo viejuna pero tiene fuerza y ese blanco y negro le da un aspecto dramático que no se si la coreana lo tiene, basandose en un guion firme, con sustancia, alejado de peleas y con tensión en persecuciones y final casi sorprendente cosa que la coreana busca la espectacularidad y los efectos, no se poco he visto la coreana tampoco puedo juzgarla pero si mi chica dice que está bien la creo.

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