
Forecasting Love and Weather (Love Affair Cruelty; Cruel Story of Office Romance; Meteorological Administration People: Office Romance Cruelty; KMA People: Office Romance Cruelty; Office Romance Cruelty; Weather People; Las Inclemencias del Amor): Para armonizar con el post anterior, algo de rom-com que no tenga demasiada angustia y hasta nos podamos identificar (o podamos pitorrearnos) con los personajes. Ya se sabe, una de esas producciones que unos se pregunta que comen estos guionistas para sacarle juego a materiales de partida aparentemente inanes. Porque vamos a ver, con los años que llevamos de rodaje a nosotros nos sueltan la frase “el Hombre del Tiempo” y se nos aparece Mariano Medina en blanco y negro, gafas y tupé bien peinado, con el puntero golpeando el panel pintarrajeado explicando lo de la pertinaz sequía o los misterios de anticiclones y borrascas entrantes en el Golfo de León… y no nos entra en la cabeza que se pueda hacer de eso una serie de 16 capítulos. NI_DE_CO_ÑA

No es precisamente original asimilar los vaivenes del amor en todas sus expresiones (eros, filia, ágape) y todos sus momentos (fases de adrenalina, dopamina y serotonina) a las materias metereológicas. Que si las tormentas de celos, los rayos fulminantes del enamoramiento súbito, la calma chicha de la rutina, las bonanzas de las buenas temporadas… Los cambios de humor y los sentimientos se asocian a los fenómenos atmosféricos, y como estos pueden ser positivos y fructíferos o destructores. Los personajes de este k-drama, como es de prever, sufren sus propias inclemencias y de rebote las de los demás, incluyendo los efectos mariposa. Normal, puesto que toda la historia se desarrolla en las cuasiendogámicas relaciones de un equipo de “hombres del tiempo” (uno de los turnos del servicio de metereología de Corea del Sur), que tiene no sólo que facilitar el pronóstico a los medios de comunicación, sino que es responsable de declarar emergencias o limitar las actividades en el territorio (por ejemplo, prohibir salir a los pescadores a faenar). Siempre en el filo de la navaja de equivocarse por exceso o por defecto.

Entre pronóstico del tiempo y parte meteorológico, se cuelan tremendos discursos moralizantes sobre las relaciones humanas: vamos, que parece un libro de autoayuda para funcionarios, porque encima caen filípicas sobre la responsabilidad de la administración y el servicio civil. Por el contrario, los medios y la prensa quedan retratados como carroñeros irresponsables. No es la primera vez que los guiones de las series los dejan pingando.

Los actores sacan la faena con elegancia. Empezando por el recién trasladado a la central “nene pitagorín” (Song Kang, madre que tío estirado en caliente, actor, modelo y presentador) con menos habilidades sociales que la pata de una mesa, y que cundo (¡por fin!) deja de estar en las nubes y baja la cabeza, la mete de lleno en el aguabenditera de su jefa (Park Min Young, con lo guapa que es esta mujer aquí no sale muy apañada), que no sólo es mayor que el (y su superior en el puesto de trabajo, mal rollito), sino que acaba de partir peras con su novio en vísperas de la boda por constatar que estaba adornada de una soberana cornamenta, o sea que para un esparcimiento, vale, pero mas… uffff. El novio defectuoso (giiiiilipollas, giiiiiiilipollas…) trabaja también en el servicio meteorológico (Yoon Park, a este flaco narigudo lo vimos cazando zombies en la zona desmilitarizada, y tiene bastante CV. Ah, también toca la batería), y acaba pasando por carros y carretas en la segunda mitad de la serie, justo castigo a sus trapacerías del inicio, empezando por la coronación de cuerna de su casiesposa. Por cierto, la cómplice necesaria en el asunto TAMBIEN curra en el servicio… y es la ex del pitagorín larguirucho (¿veis porqué os decía yo lo de la endogamia?). Así que en alegre jacaranda tenemos amantes, esposos, novios, adúlteros, padres, hijas, hijos, madres, exparejas, protoparejas… La BSO le da muchísima gracia a las escenas de comedia. Unas buenas elecciones.

El punto agrio lo dan un padre que más parece castigo del Señor Buda para ir purgando vidas anteriores (pero esta es una comedia y aquí los padres chupócteros acaban despejando el camino, porque en la vida real un padre garrapata no se muere oportunamente, sino que sobrevive a todas sus víctimas), el matrimonio al borde del divorcio, la esposa curranta y agotada que mantiene a la familia…

Lo del clima en Corea no es cosa de poca importancia: el invierno es frío debido a la prevalencia de las corrientes de origen siberiano (la temperatura puede bajar hasta -20 °C en Seúl y en las zonas septentrionales del interior, y alrededor de -10 °C en el sur), y en verano prevalecen las corrientes meridionales de origen tropical, afectado por el régimen de los monzones. Corea del Sur tiene un régimen pluviométrico opuesto al mediterráneo: los meses más secos son los de invierno, mientras que los meses más lluviosos son julio y agosto. Además, en verano y a principios de otoño pueden llegar al país tifones: esas peazo tormentas tropicales que arrasan con todo. Encima, en invierno y especialmente en primavera (de marzo a mayo) puede llegar a Corea del Sur (pero especialmente al área de Seúl) polvo amarillo (HwangSa en coreano), originario de los desiertos de Mongolia y China, que forma una neblina característica y puede provocar problemas respiratorios e irritación ocular (y fastidiar bastante la vida diaria). Como para no estar todo el día echando un ojo al barómetro y con la oreja puesta en el parte metereológico…

Muy amena la verdad, esta bien lo de los cambios de edad en las parejas, para q se vaya acostumbrando to el mundo a ver q no pasa nada, aunq sea mayor y la jefa. (y divorciada, q aquí no parece q importe mucho, pero allí si)
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Y el paraguas que no falte tanto por la lluvia copiosa como de sombrilla para el abrasador sol…lo tienen todo estos coreanos
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