A ver… tenemos una o varias películas coreanas o varis k-dramas dispuestos para visionar, el sofá está bien provisto de almohadones y mantitas, el respetable se acomoda…está claro que una sesión de kimchicine no se puede acompañar de refresco, pizza y palomitas cual blockbuster yanqui. Hay que elegir algo que nos ponga en ambiente. Porque caray, viendo k-dramas y cosas así se abre el apetito, que se pegan el día y la escena en un pienso. A poco que tengas curiosidad gastronómica, se te pone en el morro probar esas cosas que salen en la pantalla o mencionadas en los diálogos. Sólo nos frena la supuesta imposibilidad de conseguir los ingredientes o las técnicas culinarias. Serán cosas demasiado exóticas o necesitarán equipamiento especial…. Nada, no hay excusas, dejad de escurrir el bulto, porque muchos platillos son fáciles de conseguir, o al menos podemos imitarlos de una u otra manera.

Empecemos por la materia prima de los menús…hace diez o veinte años muchos productos eran inencontrables. Ni internet teníamos para comprar alimentos rarunos. Ahora tenemos más facilidades para encargarlos y cultivar nuestra estrecha relación con el repartidor de mensajería. Algunos productos incluso pueden encontrarse en los lineales de los supermercados en la sección “cosas importadas del mundo mundial» o directamente (¡oh, glotonería globalizada!) en los de referencias normales y habituales. Si en el hipermercado más surtido de la zona no conseguimos pillar algo especifico, nos queda la opción de investigar las tiendas de alimentación asiáticas (esos reductos de la diversidad cultural donde practicar el turismo de aventura). Armados de unas fotocopias o un pantallazo, te pones a rebuscar en el congelador (que parece un casting de Star Trek con especies de toda la galaxia), el frigorífico o las estanterías de las conservas. Hasta productos frescos podemos encontrar, ahora que algunos agricultores han plantado semillas de variedades de hortalizas y son ya habituales como productos de la huerta

La vajilla es fácil y muy asequible, además de poder utilizarse sin problemas en la mesa diaria. Unas ensaladeras grandes para los platos a compartir, cuencos generosos para la pasta o las sopas, algún platillo para los acompañamientos… y si queremos cuidar el detalle, palillos metálicos (los encuentras en los todo a cien), cucharas cortas y hondas, vasitos de chato de vino, algún cubierto y cucharón de servir… y ya está.

Digamos que nos hemos mentalizado de ambientarnos con full inmersive experience. Empezaremos por esos omnipresentes y casi obligatorios fideos de Ramyeon (라면) que los personajes sorben ruidosamente. Slurpppp slurpppp. Hay decenas de variedades dependiendo de la harina, aditivos como huevo o verduras, el grosor… para debutar, elegimos los sobres ya preparados. Esos hay de dos tipos básicamente: los de tipo instantáneo y los de «cocinar». Los primeros son esas cajas que se ven en las escenas de comisarías, despachos…. En todas partes hay fuentes de agua fría y caliente, o teteras eléctricas para hervir el agua. Abrir bote, verter el agua sobre los fideos, añadir los sobrecitos, volver a tapar y esperar unos minutos. Hala, ya está. Te sacas los palillos de la oreja y a comer y hacer ruidos, que allí no son pecado de malas maneras en la mesa

El colmo ya es cuando les añades vegetales frescos, o carne salteada, o tofu, o salmón ahumado, o gambas cocinadas… depende del sabor que hayamos elegido, que si carne de ternera, que si marisco, que si pollo… en cada sobre viene indicado cómo prepararlos

Vamos bien hasta ahora… ya veis que no es difícil y siempre podéis adaptarlo a vuestros gustos y disponibilidades

Otro plato fácil rápido y barato es el Bibimbap (비빔밥). Filosóficamente, es el equivalente a las ensaladas yaquelim (-piolanevera) de la casa bien aprovechada. Consiste en una base de arroz al vapor con cosas, cuantas más mejor. Para el arroz, se recomienda una variedad algo glutinosa, tipo arroz para sushi. Yo suelo usar arroz integral. Porque no sólo es más sufrido en caso de sobrecocción, y si se guarda ya cocido no se degrada tanto, sino que aporta más vitamina B y fibra, y los hidratos de carbono son de absorción lenta (ideal para diabéticos) y encima tienen más textura y sabor, lo que preferimos en nuestra mesa. Sobre el arroz del cuenco se añaden todos los extras que queramos. En teoría hay que añadir alimentos de diversos colores para crear un plato acorde al equilibrio y el Ching y tal, pero en la vida real, se echa todo lo que quede por el frigorífico y no da ni para un platillo: tofu carnes, verduras, setas.. todo muy bien colocado. Encima de todo se añade un huevo, bien frito, bien crudo, o solo la yema -depende de la confianza en el sistema de vigilancia veterinaria y seguridad alimentaria-, y lo bautizamos con salsa de soja, cucharada o cucharadita de Gonjuac (una pasta picante de pimientos, esta hay que buscarla en la tienda oriental o sustituirla por unas gotitas de tabasco suave y pasta de pimiento choricero) y otra chorretada de aceite de sésamo.

Espolvoreamos con semillas de sésamo y apañados. Se presenta todo muy bien colocado en el cuenco y a la hora de comer, se revuelve todo, zaca zaca zaca, si no te pillo con los palillos uso la cuchara.

Aprovechando un filete de ternera huérfano de la apoteosis de fideos, haremos bulgogi. Estos platos de proteínas animales y salsas oscuras suelen ser bien recibidos por los caballeros que descienden, no ya del mono, sino directamente de los velocirraptores. La carne se corta en tiras y se pone en adobo con una marinada. Para un kilo de carne, mezclamos 6 cucharadas de salsa de soja, 2 cucharadas de jerez seco, 1 cucharada de aceite de sésamo, 3 cucharadas de azúcar, La carne hecha puré de una pera ( sin piel ni pepitas), 2 dientes de ajo picados, 1 cebolla tierna picadita, un trocito de jengibre fresco sin piel (o media cucharadita de polvo) y una pizca de pimienta negra molida. Metemos la carne y reposamos mínimo de seis horas en el frigo

Para beber también es fácil. No podía faltar la botella verde de soju. No he podio hasta ahora compararlas con el sake, ni puedo decir si es más o menos alcohólico, pero las dos marcas que he probado hasta ahora me han sabido buenas. Suaves en el paladar, van bien con estos platos dulzones. En los k-dramas, los bebedores usan vasitos de vino o de cortado bien llenos, y zas se los beben de un trago. Lo de ponerse de perfil y taparlo con la mano creo que es cuestión de rango: entre iguales no hay necesidad, y en caso de haber comensales con distintas categorías sociales o edades (por ejemplo, jefes y subordinados), los inferiores o más jóvenes se tapan el vasito. El más joven o subordinado sirve al de más edad primero, y siempre apoyando la mano izquierda en su brazo

Ojito que el makgeolli es traidor un rato largo, entra suavecito y dulce, muy rico y con un poquito de aguja, fresquito bebes y bebes y vuelves a beber, pero cuando te quieres dar cuenta tienes que ir a cuatro patas hasta la cama para dar por finiquitada la sesión.
ole sesión de comida y recetas. Lo de girarse a beber y el servir si es por rango de edad o de posición social como dices. Una de las cosas que me sorprendió la primera vez que estuve en Corea del Sur es que lo primero que me preguntaban al conocerme (después de de donde era) era mi edad (que mal educados, jaja) pero les pregunte y me dijeron que era para saber si han de tratar de una manera u otra, ya que a los mayores se les muestra respeto. Y luego al servir (siempre era yo la mas vieja de la mesa, jaja) me servían con la mano que no servía colocada en el brazo, en función de donde la coloquen muestra también el respecto a esa persona. Porque es romantica sino te diría que te vieras «Dinner Mate», la comida presente y el prota de «Black».
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Ñam ,ñam y quien hace de esforzado catador de comidas por si acaso? No se que esté pasada la carne o el picante abundante o mejor un orujillo sabroson que también hay que cuidarse
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pues yo no te he visto quejarte de las experiencias culinarias… mayormente metias el morro en el cuenco y hala a aspirar ramyeon como un oso hormiguero
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