Volvemos a estar en la brecha

Si, hemos dejado el blog en animación suspendida durante unos meses. Es que la vida se complica a veces de forma exponencial, y mi tiempo, mis energías y mi materia gries andaba comprometido en proyectos ajenos a las crónicas con kimchi. Cosas de las circunstancias. Pero por fin me he sacado la faena de encima, y estamos dispuestos a dar nuestra indocta y escacharrante opinión sobre lo que nos pase por la pantalla o la sesera. Para ponernos al día, meteré una serie de críticas comprimidas sin orden ni concierto. Vamos con la primera, la primera, y marchando un refresco con mucho hielo

Trigger (Gatillo): el Tío Gilito (Kim Nam Gil) nunca nos defrauda. Si aparece en una producción, habrá energía y buena factura técnica. Aunque su personaje sea reciclado (un exmilitar de élite que un día se harta de pegar tiros y acaba, en este caso, en la policía, pero igual que cuando fue cura, cuidando de la gente de a pie), tenga unas cuantas incoherencias (que yo sepa, el trasplante de ojos enteros no es posible), el guión psicológico se diluya en una cuestión didáctica y ética (¿realmente las armas de libre acceso van a aumentar la seguridad de los ciudadanos?) y tenga un “final feliz” mas falso que un euro de pichiglás.

Tiene este hombre un aire de Cristo descendido en esta imagen…

Mas que para un visionado en casa, un material de base para un debate en plan La Clave. Dos grupos usarán las armas sin dudarlo: los grupos criminales mas descerebrados, y los infelices mas humillados. Para una sociedad sin armas de fuego y con una presión social en punto de ebullición, el grupo mas peligroso es el segundo. Porque todos tenemos un “gatillo” en nuestro interior, y si lo aprietan, estallaremos. Y aquí o cambia TODO el sistema o no hay quien lo pare.

Para lo que me queda en el convento….

El malote burlón y nihilista sin nada que perder es el personaje mas complejo. En el fondo, entiendes perfectamente sus razones. O no. Pero morbazo, morbazo… todo el que queráis. Un actor (Kim Young Kwang) que curiosamente aun no nos habíamos cruzado. Y otros actores que son ya de la familia, id haciendo el juego de la identificación cada vez que uno de ellos sale en pantalla (pista: muchos ya se conocían de antes)

9 Puzzles (Nueve piezas del Puzzle;  Nain Peojeul ; Nine Puzzle): otro thriller psicológico de buena factura, aunque IMVHO algo descompensado en la creación de los personajes. Todo el peso se distribuye entre la protagonista (una perfiladora criminal que es sospechosa del asesinato de su tío, con el que se había criado, y que recibe las piezas de un puzle que están conectadas con sucesivos asesinatos) y el protagonista (un policía mas raro que un perro verde, desastrado y tozudo, sin demasiadas habilidades sociales pero muy bueno en lo suyo).

Es de agradecer que entre estos dos no haya un romance explícito, Quizás en cuatro o cinco temporadas más… pero ella tiene un aspecto demasiado “infantil” para emparejarse con el poli, aunque se divierta tocándole las narices.

Si el personaje masculino nos parece interesante, del femenino acabamos hasta el gorro, porque en vez de ser una extraña investigadora acaba resultando una petarda estomagante. ¿Culpa de Kim Da Mi? No necesariamente, ella es una mandada. Solo nos interesa cómo sus jueguecitos de manipulación producen reacciones del hosco investigador, encarnado por Son Suk Ku, que lo borda. Ay, cuanto se parece su personaje al que andaba aguantando las paradojas del asesino. Con ellos, un puñado de caras conocidas, no digo mas pero funcionan de maravilla. Vaya cambio con sus otros papeles…

S Line (S Rain): una serie breve, breve,  que para mí y para muchísima gente empieza estupendamente, tiene grandes posibilidades y en el último capítulo se despeña miserablemente con extrañas escenas en plan “pero que profundo y artista que soy, cachisdiez”. Como si la productora hubiera visto alguna cosa de esas de arte y espasmo (que malo eres, Pumares, pero qué fino olfato tienes) y quisiera darle un toque qualité.

Basada en el webtoon «S Line» (S라인) de Little Bee (꼬마비), el original tiene mas intriga y está mas desarrollado. Porque ya os digo que la serie es una chapuza, pena, penita , pena… Que dicen que esta miniserie es mas bien una precuela al webtoon. Yo que me sé…

Que no hacia falta caramba, que con la idea original había de sobra. Un personaje otaku (esos que encierran en casa y no salen para nada) que tiene un superpoder y ayuda a un policía que investiga unos crímenes.

Esta profe sigue sin catar varón. Ni dama. Ni ná de ná

El superpoder es la capacidad de ver las líneas S: unas líneas rojas que salen de la cabeza de la gente y conectan con las personas con las cuales tienen o han tenido relaciones sexuales. No discriminan entre relaciones gays o heteros, actuales o pasadas, consentidas o no, y sólo desaparecen cuando uno de los muere. Cuidado cómo las interpretas, porque la realidad es compleja, muy compleja.

Uno de los toques de ácido humor es ese plumero de líneas que ondea sobre la cabeza del policía. El Verde Galán, a su lado, un aprendiz, caray que Follardín de los Bosques

Los actores están mas que estupendos en sus papeles. Desde ese flaco y agobiadísimo Lee Soo Hyuk (con ese toque morbosísimo y ambiguo que ya lucía en el Inframundo, y puntazo malvado de ladrón de oleoductos) que aquí choca con una sobrina adolescente a su cargo (Lee Eun Saem la representa fenomenalmente, en lucha contra el mundo) hasta una adolescente rara que desde siempre puede ver las dichosas líneas y por su “culpa” se desencadenó un drama familiar (Arin, otra cantante reciclada que sobre todo ha trabajado en shows de TV). Pero chico, no se puede luchar contra un guión lleno de incoherencias, absurdos y cabos sueltos.

Mercy for None (Gwangjang ; Plaza Wars ; The Square): Si no os habíais quedados saciados con tanta sangre, aquí os traigo una cisterna entera. Esta breve serie tiene enjundia en los guiones (las luchas de poder y las manipulaciones y mentiras entre clanes mafiosos) y peleas a tutiplén. Muy bien filmadas y coreografiadas, como es costumbre en las producciones coreanas. Vamos, un producto excelente

Adaptado del webtoon «Plaza Wars» (광장) escrito por Oh Se Hyung (오세형) e ilustrado por Kim Kyun Tae (김균태). Por lo menos esta vez no han hecho una chapuza como en el anterior

Hace 11 años, hartos de seguir dando vueltas en una rueda infernal de violencia e inestabilidad, dos grandes clanes hicieron un “pacto de no agresión” para repartirse el territorio y los negocios. Como pieza sacrificada, se comió el marrón uno de los luchadores principales de la guerra, que se aparta de la escena a vivir mansamente en un camping con un tendón de Aquiles cortado. El cojo retirado tiene un hermano que continúa en el negocio, y que ha ido ascendiendo en la escalera. Algo se remueve en los cimientos, el hermano aparece asesinado, y el cojo cabreado vuelve a vengarse. Follón habemus. Cuanto mas investiga, mas turbio es todo el asunto, nada es lo que parece, y el alcanzará su venganza en esta vida o en la otra (uppsss ya me he liado).

Los actores, brillantes (es que los personajes tienen chichaaaaaa chichaaaaaaaa). Empezando por el protagonista (So Ji Sub, que fue bronce en unos Juegos Nacionales de Corea como nadador profesional y está metido en coproducciones), siguiendo por los jefes (Huh Joon Ho , si si, el de los fantasmas, y Ahn Kil Kang, el que quería la tienda para el solo, qué dos pilares), el superintendente eminencia gris (Cha Seung Won, buah, gánster en el paraíso, dios en el apartamento… ¿sabiaís que tiene el título de ingeniero?)… y ojo, que ser guapo y jovencito no es garantía de naaadaaaaaa

Publicado por directoraymas

Apasionada por la fotografía. Mas de 40 años viendo cine de todo tipo y últimamente decidida a hacer sus incursiones en el asunto. Viajera siempre que puede, pudo y podrá. En la mesa lo mismo puede haber una tortilla de patatas que un wok de verduras o una selección de mezzes... Con semejantes antecedentes, solo podía organizar un blog ecléctico entre la curiosidad y el desparpajo

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