Cine histórico en zapatillas (bueno, babuchas)

A veces me quedo mirando los catálogos de “otras cinematografías” y me pregunto cómo serán sus películas… Y casualidades no tan casuales, empiezan a aparecer ejemplos en forma de clips o fragmentos, a veces ilustrativos, otras desopilantes. Por el mar de las redes sociales circulan chascarrillos como “la peor escena de muerte en una película”, y las luchas con tractores en el cine indio han dejado momentos inolvidables (grabados a fuego, oyes, ni con terapia se pueden olvidar). Pero bueno, que digo yo que, con un poco de suerte, y si la historia hace tilín en los muy patrióticos ojitos de los inversores locales, algo visible se podrá conseguir. Aunque bajemos el listón en nuestra crítica (aceptando que los medios y los actores no pueden ser muy p’allá) y nos llamen mas la atención por su exotismo que por sus valores cinematográficos. Si encima se pueden meter como películas “de época”, y bien sabemos que muchos países de estos tienen una riquísima historia detrás (que se lo digan al British Museum), pues hijo, hay que echarle un ojo a riesgo de pillarse un ataque de hipo de los desbarres. Oye, igual sacamos ideas de cómo hacer una película de época antigua y asunto histórico. O de lo que NO hay que hacer, so pena de caer en el ridículo

Princess Khutulun (the Wrestling Princess; la Princesa Guerrera): Aiba, Una película mongola. Que si, que en ese país de yurtas y yaks también hacen cine. Poquito, claro: la mayoría de películas que podemos encontrar son producciones de otros países (incluida España, tócate la boina) rodadas en Mongolia(con mas o menos participación de actores y quipo técnico local, como El Perro Mogol) o en otras localizaciones haciéndolas pasar por Mongolia (como Gengis Khan de 1965, rodada en Yugoslavia, o la radiactiva El conquistador de Mongolia de 1956 en Utah.). Alguna hemos conseguido espigar de los listados, y pueden dividirse en a) películas localizadas en el mundo de los pastores nómadas, sus luchas y conflictos sobre el mundo moderno b) las biografías de Gengis Khan c) historias “modernas” de terror, policiacas etc d) películas históricas que no tienen que ver sobre Gengis Khan. En este último grupo y como única representante tenemos esta “cosa rara” sobre un personaje real, la princesa del título, sobre la que escribieron Marco Polo y Rashid al-Din: ejemplar de magnífico virago (que ojo, el término no era un insulto en la época, sino muy al contrario alabanza de mujer fuerte que no necesita un hombre a su lado y sólo acepta a uno si es capaz de competir A SU LADO, nada de dominarla o subyugarla.).

En la versión occidental, el personaje fue reinterpretado como Turandot (si, si, vencida por el amor… menuda pájara, por el camino se carga a la dulce y fiel Liu. Hala, quédate con el príncipe Calaf, que es un guapito sinsorgo), pero en Oriente siguió siendo una figura de mujer fortísima e independiente, como Mulan. Sobre ella se han escrito muchas historias y cuentos, con abundantes títulos (muchos de ellos dirigidos a niños, aquí igual se desmayaban las actuales almas de violeta, espantadas de ver una figura femenina tan violenta)

La película se basa en la novela Khotol Tsagaan Gunj de la escritora mongola Baatarsuren Shuudertsetseg, y tiene como argumento el trabajo épico (los caminos del HEROE) dedicado a la recuperación del Libro de oro, el ídolo de Kaidu Khan (el padre de la criatura), y todo lo que sale al paso: ataques del enemigo, Contrincantes formidables, Mundos mágicos, ciervos de cuernos plateados, peleas de zorras, traición, lealtad, amor entre la nieve … de todo hay en la historia de esta señora de armas tomar (literalmente).

No se si la parte histórica está bien o mal recreada porque no piloto demasiado esa época. Muchas cosas parece que sí, otras son de un fantasy que pican los ojos. La parte cinematográfica, esa sí, es muy anticuada. En vez de una película del año 2021, parece que nos han metido un revival de los años 80. Igual es porque el equipo técnico del que disponían era de esa época. O porque la mayor parte eran aficionados o becarios que no daban par más. Aquí hay de todo: mezclas caóticas y extrañas de iluminación, falta de desenfoque en el fondo (¿estaban empeñados en mostrarnos el escenario?

Pues muchas escenas están rodadas en pantalla verde con fondos de escasa calidad), actuaciones rígidas (escuela china a lo bestia), grandilocuencia, personajes con extraños comportamientos, mucha épica con desastrosas realizaciones de peleas, escenas metidas con calzador…. Bueno, relajaos y disfrutad de los detallitos que molan: los caballitos, la ropa de la gente “normal” (las de los protagonistas son de traca), las yurtas…

Mohenjo Daro: aquí yo vi esa palabra, a Kabir Bedi en el reparto (SANDOKAAAAAAANNNNN SANDOKANNNNNN) y me la tragué sin dudarlo. Aunque nuestro actor indio provocador de las mas calurosas reacciones femeninas (y algunas masculinas) se haya quedado amojamado, pobrecito. Igual que el guión, que es una chuminada apestosa a naftalina, absurdo sin ser gracioso. Y mira que como es una fantasía sin base histórica (ni siquiera una leyenda o relato literario) podían hacer lo que quisieran. Pero los que ponían la pasta debieron asustarse muchísimo cuando vieron el avance, y obligaron a organizar todo sobre un argumento tan viejuno,infantiloide y ñoño (ÑOOOOOOÑOOOOOO) que da vergüenza ajena.

Por si fuera poco, han calzado lo típico de Bollywood, las escenas de baile y canto tan horripilantes que yo las pasaba a toda velocidad, y las escenas de peleas (como esa pelea en un “coliseo” estilo pseudogladiator) daban hasta mal rollo. Ni siquiera que el protagonista fuera un tipo supermusculoso, rubio y de ojos azules (¿un ario puro?) me distraía. Paco se partía el pecho con las melonadas… La parte técnica es meh, aunque los meneos de cámara parece el zoom de Lazarov,

La ropa es un desastre: los actores principales van disfrazados de sabe dios qué, y los figurantes de indios modernos. Si si… esa ropa NO SE USABA. Algo, algo sabemos de la Civilización del Indo, y desde luego no gastaban pantalones ni mangas, solo rectángulos d ropa más o menos graciosamente colocados sobre el cuerpo. En los escenarios canta muchiiiisimo que han sido construidos con materiales modernos. Jorrrrr que las casas llevan PUERTAS MODERNAS, y los ladrillos son placas de MSD que ni siquiera se han molestado en poner los que imitan adobes (que los hay en catálogo). Los actores son muy teleñecos, flojos flojísimos, con esa escuela de interpretación falsaria y llorona típica

Que si hallazgos arqueológicos que si tal y cual… pero lo primero, la lucha del superprotagonista con el megacocodrilo (que francamente, es el que mejor trabaja. No, el protagonista, el megacocodrilo, lástima que sale poco en escena). Empezamos bien. Por si acaso se ponen el disclaimer: “Esta película no apoya o promociona ninguna interpretación del origen, carácter o declive de la antigua civilización del Indo. Los arqueólogos e historiadores pueden tener diferentes opiniones e interpretaciones que aun deben ser confirmadas en posteriores estudios. La escritura Sindhu sigue estando sin descifrar, y nadie conoce el nombre de las ciudades en aquella época, así que hemos usado la denominación actual”

¡Pero tócate los pies! ¡La túnica del sacerdote es totalmente histórica, sacada de una estatuilla! ¡Y los carros de una sola rueda! Y alucina pepinillos, el tocado que lleva la pava en algunas escenas, excepto por las plumas, es igual a uno hallado en las excavaciones (aunque de diferentes materiales, obviamente)

Se tiran el pegote de tener diversos grupos humanos hablando en lenguas antiguas (?): Antiguo sumerio, antiguo acadio… y aquí Paco ya se tiraba de risa por los suelos. Ay señor señor, cuantas posibilidades echadas a perder por la gazmoñería de los inversores. Hasta la cornamenta del venerable Sandokan les hubiéramos perdonado con benevolencia si se hubieran arriesgado en una historia mas sólida. Pena penita penaaaaa penaaaaaaa