Budismo II: Manual de Instrucciones

En el post-chapa… digoooooo el capítulo anterior, repasamos los conceptos teóricos básicos de esta religión, y hoy toca la aplicación práctica, o el día a día de como salirse del ciclo cósmico de Dharma (muerte y renacimiento). Otra vez os digo lo mismo: según las ramas, sectas, escuelas y linajes, se da mas importancia a una u otras prácticas, o se modifica el desarrollo, y a veces la evolución llevará a los adeptos a extraños parajes mentales rozando con el delirio

Hala, al lío. Según instrucciones del propio Buda, el Octuple Camino Noble, entre el desenfreno de las pasiones y el ascetismo que tanto se confundía con el exhibicionismo y el masoquismo (otra lujuria escamoteada), ofrece unas soluciones que sirven al creyente y a su comunidad, que se beneficia de su “buen comportamiento” aunque no todos sus vecinos sean budistas. Se habla en general de los «tres entrenamientos», los tres niveles de trabajo personal necesarios para progresar. Puedes hacerlo siendo laico, claro, pero es mucho mas sencillo si ingresas en una comunidad monástica. Según la fuente, estas prácticas se redibujan de una manera u otra, pero los bloques que la forman son:

1) Refugiarse en el buda, el dharma y la sangha. O sea:

a) aceptar y creer en Buda y la rueda del eterno ciclo de renacimientos de Samsara (el reino de la ilusión y el engaño “Pues toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”… Uy, aun la liaremos…), impulsada por el Karma, tus buenas o malas acciones: un espíritu de justicia y/o equilibrio que siembra semillas que germinan en la siguiente vida. Si sufres, es tu mal karma, si te va bien es tu buen karma, mira a ver lo que haces para cuidarte en la siguiente vuelta del tiovivo.

 b) la existencia de una «ley y orden cósmicos», aunque también se aplica a las enseñanzas de Buda dadas para alcanzar el nirvana, y con ello la liberación del samsara. Este corpus de enseñanzas se organiza en sutras (enseñanzas del Buda Siddharta Gautama mismo); vinaias (reglas monásticas proporcionadas por el Buda); y abhidharma (comentarios y discusiones sobre los sutras y vinaias por los sabios de períodos posteriores).

 c) aceptar la existencia de la shanga, la comunidad de personas que han sido ordenadas como monjes o monjas, (o en sentido amplio toda la Iglesia budista, incluidos los laicos), responsable de mantener, traducir, hacer avanzar… vamos, la cabeza rectora de todo el movimiento budista (no puedes ignorarlos o mandarlos a escaparrar)

A su vez, los participantes de la sangha de los discípulos benditos (Sravakas), o sea los que tienen que dar ejemplo y dirigir, están comprometidos a practicar el buen camino; practicar el camino honrado; practicar el camino concebible o lógico; practicar el camino apropiado. Esta sangha de discípulos benditos es: merecedora de obsequios, merecedora de hospitalidad, merecedora de ofrendas, merecedora de saludo reverencial

2: Vale, lo de aceptar a Buda y andar arriba y abajo pidiéndole apoyo es un buen comienzo, pero si te pasar por el forro de la túnica sus consejos no cuela. Es necesaria la observancia de los preceptos morales y mayormente, los pāramitās (perfecciones o virtudes) – Dāna parami: generosidad- Sīla parami: virtud, moralidad, honestidad, conducta apropiada- Nekkhamma parami: renuncia- Prajñā parami: sabiduría- Viriá (también escrito vīriya) parami: energía, esfuerzo –Kshanti parami: paciencia, tolerancia, receptividad-Sacca parami: sinceridad-Adhitthana (adhitthana) parami: determinación, resolución-Metta parami: bondad, amabilidad-Upeksa (también escrito upekhā) parami: ecuanimidad, serenidad. (Esto lo firman el bueno del Emperador Aureliano, el Papa de Roma y el más estricto tutor victoriano)

3) como cualquier creador de doctrina sabe, cumplir los preceptos de su religión en el mundo lleno de tentaciones y enfrentamientos es muy complicado, si no imposible. Por eso todas las religiones serias acaban desarrollando el monasticismo, la creación de un espacio donde el discípulo puede desarrollarse con todo a su favor. El vinaya es el marco regulador de la sangha o comunidad monástica del budismo, basado en los textos canónicos Vinaya Pitaka. Es una palabra pali o sánscrita que significa «disciplina». El corazón del vinaya lo componen un conjunto de reglas conocidas como patimokkha o pratimoksha. En la tradición Theravāda hay 227 reglas para los monjes y 311 para las monjas. Otras tradiciones tienen un número diferente de reglas (la explicación es que al estar mas expuestas las monjas al peligro en sus deambuleos mendicantes, había que diseñar más protecciones). A diferencia de los laicos, las transgresiones de los monjes invitan a sanciones. La expulsión total de un sangha sigue a cualquier instancia de asesinato, participación en relaciones sexuales, robo o afirmaciones falsas sobre el conocimiento de uno. La expulsión temporal sigue a un delito menor. A los cuatro preceptos comunes de laicos y monjes (no matar, no robar, no mentir y no intoxicarse) los monjes deben añadir cuatro más (No realizar actividad sexual; Abstenerse de comer en el momento equivocado, o sea después del mediodía; Abstenerse de joyas, perfumes, adornos, entretenimientos; Abstenerse de dormir en una cama alta, y a veces también abstenerse de aceptar dinero.). Un laico puede acudir a un monasterio y hacer vida de monje durante una temporadita, o simplemente añadir los preceptos de la vinaya durante los días significativos (p.e. el nacimiento de Buda)

5 La meditación es una parte importante de la práctica budista. Hay muchas y variadas técnicas de meditación budista dependiendo de cada tradición y escuela, si bien todas se basan en dos componentes llamados samatha (calma mental, tranquilidad) y vipassana (conocimiento directo, intuición). Se describen en el Canon Pali como estados pacíficos de plena conciencia sin ningún deseo. Una de las formas de meditación son las artes marciales que tanto impacto han tenido en Occidente, fijándose sólo en su espectacularidad y no en su objetivo de disciplina y meditación en movimiento (bueno, lo de saber defenderse sin armas en un mudo complicado también les vino muy bien a los monjes vagabundo)

6: La devoción es una parte importante de la práctica de la mayoría de los budistas. Las prácticas devocionales incluyen la oración ritual, la postración, las ofrendas, la peregrinación y cantar.

Ojo al detalle: hay ramas exotéricas y esotéricas (se transmiten siempre de maestro a discípulo directamente). Es en esta transmisión donde se matizan algunas enseñanzas que o no se entienden, o si las entiendes es peor. Las enseñanzas exotéricas fueron transmitidas por el buda histórico en la India, y son transmitidas de forma imperfecta y adecuada al nivel de cada oyente porque son métodos aproximativos hacia algo ilimitado y si forma, mientras que las esotéricas provienen del buda universal y se “absorben” por la integración con el propio Buda. Los aprendices de las enseñanzas exotéricas pueden necesitar varias vidas y aun eones para progresar paso a paso (muchas veces, tropezando a lo largo de sus renacimientos), mientras que en la vía esotérica (vía de la mano izquierda) puedes alcanzar la budeidad en esta vida y en este cuerpo con un solo pensamiento (ichinen) o en u instante (ichijo) como alcanzado por un rayoLas ramas esotéricas (la mano izquierda) a veces llevan a los practicantes a realizar prácticas extravagantes y a incurrir deliberadamente en “pecados” o agresiones contra el Dharma. Un ejemplo directo sería el budismo tántrico, en el cual originalmente los adeptos (grupos de yoguis errantes llamados mahasiddhas) se reunían periódicamente en fiestas tántricas (ganachakras) a menudo en sitios sagrados (pitha) que incluían bailes, cantos, ritos sexuales y la ingestión de sustancias tabú como el alcohol, la orina, la carne, etc. Los mahasiddhas obtenían siddhis (poderes mágicos como el vuelo y la percepción extrasensorial, así como la liberación) como el que va adquiriendo armas extras en un videojuego. Justificaciones de este comportamiento voluntariamente “contra el dharma” las hay a cual mas alambicada, y a algunos se les ve de lejos el plumero de ser la justificación de la liberación de los muy bajos instintos de los gurús. Si, también el cristianismo sufrió algunos de esos picos de oro, que insistían que cuanto más pecadores, más nos quiere Dios o más nos tiene vigilados Buda, como el niño malcriado que hace daño a su entorno para asegurarse la atención de sus desesperados padres