Buscar el oro te helará el corazón… y los pies

Golden Kamui: ¿Quién dijo que a las damas sólo nos gustaban las rom-com con más o menos dramón, a veces salpicadas de suave erotismo, a veces con chorretón de mamiporno? Pues no, mireusté,  las damas también gustamos de historias de acción (sin nada parecido a una historia romántica), con personajes tremendos y tremebundos, protagonistas berroqueños…

Criaturitas celestiales, tan cariñosas ellas… las duras tierras salvajes del Norte

… Criminales horripilantes, mandos militares japoneses con agenda propia, luchas entre soldados y veteranos de guerra, ambigüedad moral, la culpa del superviviente, el honor, la penitencia, la ética y la moral, mucha hemoglobina y mondongos… Buah, como un tobogán gigante, que no levanten el pie del acelerador.

Estaba yo refitoleando mangas, y me di de morros con esta delicia. A ver, vamos a darle una oportunidad… dos horas mas tarde ya estaba enganchada cual salmón del Pacífico. Si, es la fuente original de la historia: una serie manga escrita e ilustrada por Satoru Noda, y con parte de los diálogos (en lenguaje Ainu) supervisada por Hiroishi Nakagawa, lingüista de la Universidad de Chiba. Son 314 capítulos individuales recopilados en 31 volúmenes tankōbon (volumen compilatorio de una serie en particular), lanzados entre el 19 de enero de 2015 y el 19 de julio de 2022. Se dice que este manga está inspirado en historias del bisabuelo del artista, quien fue enviado como ex legionario a la Guerra Ruso-Japonesa y luchó en la Colina de 203 Metros
Del manga salió un anime de 4 temporadas y 49 episodios (de momento) que sigue al pie de la letra el manga. También devorada con placer gracias a mis ahem ahem… rinconcitos favoritos

Evidentemente, cuando anunciaron que se estrenaba una película live action, ahí estaba yo al acecho cual oso recién salido de la hibernación. Clavadita al manga y al anime, Golden Kamui se localiza en la posguerra de la guerra Ruso-Japonesa (8 de febrero de 1904 – 5 de septiembre de 1905) en Hokkaido y las regiones fronterizas. El protagonista, Saichi Sugimoto (apodado “Sugimoto el Inmortal” por su capacidad de supervivencia), un veterano de la Batalla de la Colina 203, trabaja como buscador de oro y explorador geominero en Hokkaido para (censurado por spoiler). Anda que no pasa miserias el tipo… Todo el mundo corriendo cual pollo sin cabeza detrás de la fiebre del oro en el Norte, y el apenas saca para subsistir y ahorrar pepita a pepita. Entre nieve, hielo y movida de cedazo, se entera de que existe un mapa que indica donde se esconde el oro de los Ainus. Y a por el tesoro que se va, aliado con una adolescente Ainu que es como Dersu Uzala pero en chica

El problema es que a) el mapa ha sido tatuado en la espalda de un puñado de prisioneros que se han fugado de una espantosa prisión y b) que hay un puñado de tiparracos detrás del mapa. La única manera de completarlo es ir cazando uno a uno a los prisioneros y despellejarlos. Eeeeeeeekkkkksssssss
La película se continua con una serie de tv, Golden Kamuy: Hokkaido Shisei Shujin Sodatsuhen (2024), que como aun no la he encontrado ni doblada ni subtitulada me tiene en un ¡ay! Repiten los actores y sigue el manga al pie de la letra

¿Que si está bien documentada? Pues si, y eso le viene de origen. Los detalles en los aspectos culturales, políticos, sociales y tecnológicos del Japón Meiji por un lado y de las tribus Ainu por otro son exquisitos. Algunas partes clave del argumento son versiones ficcionalizadas de personas y eventos reales (como la mencionada batalla, o el personaje de Hijikata Toshizo, una figura histórica y reivindicado como uno de los últimos samuráis vivos). La exploración de la cultura Ainu y su colisión con el mundo moderno, atrapados cual jamón del bocadillo en el conflicto territorial ruso-japonés y las disputas internas del propio Japón, es totalmente realista

Los actores lo bordan, ole ahí. Empezando por Yamazaki Kento (Sugimoto), que con sus 30 añitos es un poco mayor que el personaje, pero con esa cara de niño puede parecer “demasiado joven”. Ni caso, está perfecto. Acostumbrado a los papeles de gran acción física (fue Xin en tiempos de los Reinos Combatientes), ya sacó un doblez oscuro con su libreta de “gente eliminable”. Asirpa (Yamada Anna, un CV construido pasito a pasito), la adolescente que forma equipo con el exsoldado, es una chica dura, dura, dura, pero totalmente confiable.
Un aliado circunstancial que ni es malo, ni es bueno, ni es confiable, ni es traidor… pero es muy divertido. Shiraishi el desnortado, que gusta del alcohol, el juego y el dinero de los demás
Uno de los villanos que están en la carrera. Nos encanta odiarlo, definitivamente

El resto del elenco, sólido y totalmente creíble. En el aspecto técnico, un producto impecable, con excelente fotografía en exteriores (y mira que es complicado equilibrar luces y sombras en la nieve, no veas cuando los uniformes y casi todas las figuras son oscuras), etalonaje natural y atractivo, ambientación estupenda….

Peleas y muchas peleas. Aqui, encima de una troika al galope.

Hala, que si no os divertís con esa película, iros a flagelar un poco

Descansando en el poblado Ainu con la tía abuela de Asirpa

Los Ainus (“humanos”, como se denominan a sí mismos) son un grupo étnico asentado mayoritariamente al sur de la isla de de Hokkaido (arriba en el norte) y algunos de ellos también están presentes en las islas Kuriles y Sajalín, al este de Rusia. Se estima que habitan esta zona desde el origen de los asentamientos humanos en el archipiélago japonés, cruzando el puente de mar helado que existió entre Asia y América al congelarse en la época glaciar, en un periodo que oscila entre los 110.000 y 10.000 años a.C. Es por ello que se les define como etnia aborigen. Sus características genéticas son distintas de la etnia yamato (la mayoritaria en las islas, el “típico japonés”) Muchos de ellos tienen el pelo ondulado y de color castaño, ojos claros o una altura superior a la talla media del resto de los japoneses y gran cantidad de vello corporal Actualmente, el censo oficial de personas Ainu (cuyos padres, o al menos uno de ellos, pertenecen a esta etnia) es algo más de 25.000 personas, aunque extraoficialmente se estima que puedan llegar a ser en torno a 200.000. Tradicionalmente, los hombres portan grandes barbas y bigotes. Practican el animismo y se han mantenido en equilibrio con su entorno. Hábiles pescadores y cazadores-recolectores, las oleadas de colonos que avanzaban desde el sur (sobre todo en el s XIX) les fueron arrinconando

El tatuaje era una practica muy antígua de la etnia Ainu. Exclusivo de las mujeres, indicaba su estado conyugal. Las mujeres comenzaban a tatuarse la boca, los brazos, las manos, los dedos, los órganos genitales externos o la frente una vez entraban en la pubertad. Era una técnica muy dolorosa, y para la «tinta» utilizaban ceniza de corteza de abedul como colorante que se introducía en la dermis cortando con la hoja de un pequeño cuchillo sobre la que se aplicaba la pasta de ceniza caliente. Imagen antígua: Charles H Carpenter (Japón, 1904)

Los Ainus han sufrido discriminación y ninguneo desde que otros pueblos fueron llegando desde China y Corea. Solo en 2008, después de una serie de reivindicaciones públicas y manifestaciones en Tokio, se aprobó una resolución en la que, por primera vez en la historia, se reconocía formalmente al pueblo ainu, como «pueblo indígena con idioma, religión y cultura propia». Eso no quiere decir que dejaran de estar socialmente discriminados, sólo que no se podía hacer público el desprecio, y lo han transformado en la supuesta “protección” de la cultura en parques temáticos (lo cual tienen evidentemente enfadados a muchos interesados). La mayoría de los Ainu viven en condiciones de extremada pobreza y prácticamente en el olvido, a pesar de vivir en la tercera mayor potencia económica del mundo. Con la excusa de la “necesidad energética”, en 1993 les construyeron una presa en el río Saru, con las montañas sagradas a la espalda y en el corazón de la comunidad ainu. Saberes ancestrales convertidos en intercambio comercial y turístico, y los aborígenes condenados a sobrevivir con las limosnas que les dan los turistas urbanitas: la realidad, y sustento, de muchos pueblos indígenas.

Y diréis… comentaremos esta bonita foto de un contraluz en el paisaje nevado, con su dominante dorada-rosada sobre un paisaje casi monocromo, su enfoque en todos los planos…
Naaaaaa, toca esta cuidada composición en un plano cenital, el la cual se han dispuesto los elementos (figuras muy oscuras) sobre el fondo de nieve como letras sobre el papel. La rama del árbol forma un triángulo con el rastro de sangre del oso, y su despojo oscuro y masivo se complementa con el soldado muerto y colocado en el árbol. Mas sangre aparece a la izquierda de la imagen, bajo los dos soldados muerto y combertidos en bultos oscuros. Sugimoto, qe haciendo honor a su apodo ha sobrevivido a desastre, se mueve tambaleante para coronar la composición.

Publicado por directoraymas

Apasionada por la fotografía. Mas de 40 años viendo cine de todo tipo y últimamente decidida a hacer sus incursiones en el asunto. Viajera siempre que puede, pudo y podrá. En la mesa lo mismo puede haber una tortilla de patatas que un wok de verduras o una selección de mezzes... Con semejantes antecedentes, solo podía organizar un blog ecléctico entre la curiosidad y el desparpajo

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