
Estamos en el pico de la producción de calabacines, madurados a toda prisa con las olas de calor, y nos salen por las orejas. Crudos, cocidos, en ensalada, en pastel, salteados, en pseudolasañas… Vamos a meternos con una receta coreana, a ver si aprovechamos el montón de ejemplares que nos miran socarrones desde el cajón de las verduras y que compramos en una oferta seductora en la frutería.

Empezamos por preparar el caldo. Aquí he usado una pastilla, pero también puedo aprovechar una caja, los restos de caldo casero o incluso el agua de lavar arroz (en la cocina asiática se suele lavar en varias aguas, haciendo un reposo, así que podemos guardar la segunda para hacer un fondo de sopa con un poco de cuerpo). Ponemos dos tazas generosas al fuego en la cazuela y disolvemos la pasta de chili y la de soja.



Añadimos la cebolleta picada fina (o podemos añadirla posteriormente) y el ajo picado para hacer la sopa básica


Picamos el resto en trozos pequeños y añadimos primero la patata a la olla, que se cueza unos minutos. Después, a la olla que van los calabacines, la guindilla y el pimiento remojado, y a hacer chup chup suavemente hasta que se cueza la verdura (unos veinte minutos)

Nosotros lo hemos cocido hasta que ha quedado muy blandito. Mmmmm demasiada guindilla… la próxima vez, nada de guindilla fresca, la mitad de gochujang y a ser posible, el pimiento que sea ñora. Eso si, de sabor estupendo. La próxima vez no dejaré que la verdura quede tan hecha y permitire que luzca más caldo. Se sirve con un bol de arroz cocido, que según lo que se use en cada casa puede ser jazmín, mezcla con silvestre y rojo, integral… Bomba no, por favor, no lo uséis en platos orientales, y el japonés de sushi tampoco, aunque os quede un puñadito en la despensa.

¿qué le pasa a los calabacines? No te metas con ellos, bien ricos están y combinan con lo que te apetezca, aprovechalos, y la receta te saldra de rechupete con poco que le hagas. A mi me encantan y sé apreciarlos. Disfrutalos.
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