
Que ya ha llegado la primera ola de calor del verano, y no había ganas de nada. Ni de encender el ordenador para escribir. El spleen total, ahí tirados en el parque con cara de asfixiados… A los coreanos también les ocurre, y hay tres días al año (los sambok) que pasan por ser los mas caniculares. Generalmente caen en Julio y Agosto, y sus fechas exactas varían de años en año: el chobok (al comienzo; este año toca el 11 de Julio), el jungbok (diez días mas tarde) y el malbok (veinte días después). Y en estos tres días los coreanos se lanzan a los restaurantes a comer samgyetang, la sopa de pollo con arroz y jengibre de la receta de hoy. La vimos referenciada en algunos k-dramas (como el de la taberna de medianoche, master master) y decidimos probarla.

Lo primero, recopilación de ingredientes para cocer el animalito: un pollito limpio y vaciado, media taza de arroz glutinoso (que lavamos y dejamos en remojo con agua fría unas horas previas), dos raíces de ginseng (upppssss no había ni frescas ni secas… las sustituimos por dos cápsulas de ginseng en polvo coreano que había por casa), dos dátiles rojos secos (buenoooo… un puñadito, que estas cosas nos gustan), media cabeza de ajos pelada, una cucharadita de raíz de astrágalo, unas cebolletas (aquí tocó los rabos verdes de unas cebollas que habían germinado), sal, y pimienta molida,

Para la salsa de sésamo: una cucharadita de sal, otra de sésamo tostado, un pellizco de pimienta negra, buen chorretón de aceite de sésamo

Para la salsa de soja agridulce: 3 cucharadas de salsa de soja, 2 cucharadas de vinagre blanco (o de manzana), una cucharadita de miel, media cebolleta en trozos y una guindilla fresca,


Las salsas se preparan con calma para que vayan tomando sabor. Simplemente, se mezclan todos los ingredientes (si hace falta, se pican o trocean guindillas y cebolletas)

Con el arroz escurrido, mezclamos el cereal con los dátiles, los ajos, el astrágalo, la sal y la pimienta.


Rellenamos los pollos con la mezcla y, si tuviéramos la raíz de ginseng, también meteríamos un tozo por pieza. Cerramos los pollos con un cordel de hilo de cocina (o sea, los bridamos) para que no se escape el relleno y los ponemos en una olla con agua fría. Si sobra arroz del relleno, lo echamos también a la olla.


Cocemos los pollos a fuego alto durante media hora con la tapa puesta, que se cocine con alegría, y luego se baja a fuego medio otra media hora para que termine de hacerse. De vez en cuando se levanta la tapa y si falta agua, se añade más agua
Cuando ya casi esté, se retira un poco de caldo, se mezcla con las cápsulas de ginseng y se vuelve a añadir a la olla.

Para servir el pollo, se puede sacar la olleta a la mesa o poner el pollo con el caldo en un cuenco grande. Se adorna con la cebolleta picada por encima y si hay algún amante del picante, se le da un pase de pimienta negra molida.

Cada comensal puede ir tomando trozos del pollo y untándolos en las salsas, o añadirlas a los trozos de pollo ya desbaratados y sin cordel. Se recomienda añadir un cuenco con sal aparte, por si el arroz ha quedado soso. De postre, melón muy frío. Y como la receta no lleva ni grasa ni aceite, la siesta va a ser plácida y amorosa. A Paco le encantó, y se relamía los bigotes medio dormido… «mmmm sesamoooooo»

Con salsa de sésamo simplemente deliciosa y no digo más a disfrutarlo
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Se hace la boca agua 😊
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