
Onoda, 10.000 noches en la jungla: Con el verano, llega el calor, y con el calor llega “la caló”, y con “la caló” llega el insomnio para pegarse la noche abanicándose y matando mosquitos a zapatazos. Que mejor ocupación de la noche tropical que ver una película del género bélico ambientada en las junglas procelosas del Pacífico. Si encima te pones un vaso alto con hielo y agua de coco, con o sin ron, se puede aguantar. Así que, ahora que se ha estrenado esta película en España (por fin, porque es del año 2021), volvemos a nuestros años de ciclos de cine bélico sin complejos en la tele: Objetivo Birmania, Tora, Tora, Tora, Guerrilleros En Filipinas, Arenas Sangrientas, El Arpa Birmana, Los Desnudos Y Los Muertos, La Condición Humana II, Fuego En La Llanura, Infierno en el Pacífico… Sobre todo, esta última, porque su argumento parte del mismo hecho histórico: los soldados japoneses que fueron asignados para hace guerra de guerrillas en la selva y siguieron allí después de la rendición de Japón. Si la película americana parte de un relato de Reuben Bercovitch, esta que hoy revisamos toma de partida la novela de Werner Herzog El crepúsculo del mundo y sobre todo la autobiografía del protagonista, No Surrender: My Thirty-Year War (Sin rendirse: Mis treinta años de guerra). Si, mas que película de guerra este es un biopic que sigue el detalle cuidadosamente, porque la realidad es mas alucinante que cualquier invención. Efectivamente, el soldado Hirō Onoda fue un oficial de inteligencia del Ejército japonés que había sido reclutado y entrenado para formar parte de un grupo de saboteadores durante la II Guerra Mundial en el frente del Pacífico, enviado a la Isla de Lubang en Filipinas junto con un arsenal de armas y municiones y ordenado estrictamente ni rendirse ni suicidarse, pasara lo que pasara. Total, que entre el desbarajuste del final de la guerra, la imposibilidad de contactar con ellos y unas cosas y otras, va pasando el tiempo, va pasando el tiempo… y ahí se queda Onoda haciendo de hombre salvaje en la selva, al principio con tres hombres a su cargo, al final solito, esperando a un enemigo que nunca llega o a unos refuerzos fantasmales, o a los bárbaros, o a Godot…La cosa es que la espera se hace eterna, y mientras tanto el sigue con su misión, provocando actos de resistencia contra el enemigo (en realidad, fastidiando a los paisanos: quemando cosechas, robando cosas, matando gente -entre veinte y treinta asesinados-…)

La película va deslizándose durante tres horas para contarnos esos casi treinta años de supervivencia, que me río yo de Bear Grylls. La primera hora se hace un poco morosa, pero luego le vas cogiendo el tranquillo. Si os aburrís, haced como yo, entre plano de cocotero y plano de cocotero id mirando en Internet sobre este caso (y otros), y os vais documentando. Endo Yuya como Onoda joven y Tsuda Kanji como Onoda maduro lo bordan, y en general todos los actores están fabulosos (muy lejos de ese aire de teleñeco histérico que suele ser habitual en la escuela de interpretación nipona). Toda la película tiene un aire de “peli de los 50” por su fotografía, su utilización de planos y objetivos, los movimientos de cámara, su etalonaje, su grano… Que no es reproche, ojo, solo curiosidad. La producción es una Joint Venture de Francia, Italia, Alemania, Bélgica, Japón y Camboya (donde se ha rodado), y en algunos sitios la veréis identificada como japonesa y otros como cine europeo

Todas las críticas que he ido mirando repiten el mantra de “la locura y el fanatismo”, como si el culpable de haber llevado a sus hombres a la muerte y haberse negado a creer a las expediciones que intentaban sacarle de allí fuera Onoda, y hay quien reprocha al director haber dado cierto barniz épico y heroico al tozudo japonés. Vaya por Dios, si les hubieran hecho caso antes de hacer el guión… Es evidente que estos críticos no han investigado la mentalidad japonesa de ese periodo, ni cómo funciona la mente de alguien que ha sido formado en la sociedad de preguerra, que tenia marcado a fuego en el alma de los ciudadanos el código del Bushido en su aspecto mas estricto. La glorificación del honor, el sacrificio, la devoción aun emperador divino, el nacionalismo expansionista creador de un Imperio que dominaría todo el Pacífico… Si leísteis un poco sobre el Bushido en la entrada sobre GARO, hoy os amplío el asunto del nacionalismo japonés de los años 40. Denominado Estatismo en el Japón Shōwa (reinado del Emperador Hirohito, -1926-1989-), este movimiento aparece como un sincretismo político de ideologías japonesas de derecha e izquierda (nacionalismo japonés, imperialismo, militarismo y capitalismo de estado), que fue propuesta por un número de filósofos y pensadores políticos contemporáneos en Japón. Tras las victorias sobre China y Rusia en sus respectivas guerras, Japón se convierte en potencia imperialista, y desarrolla políticas muy agresivas. Curiosamente, no es la pobreza y la derrota lo que convierten al país en incubadora de huevos de serpientes, sino el triunfo y la corrupción de los políticos, donde la riqueza generada “podría ser aun mayor si mandaran los militares, que no están corruptos”. Y allá que empieza a formarse una idea de “fascismo japonés” que se alimenta de la represión que ejerce el Gobierno. La nostalgia del shogunato, los contactos con la Alemania de la época, la romantización del espíritu Samurai, la idealización y adscripción del Bushido y las artes marciales en el espíritu nacionalista… todo acaba confluyendo, y así un escritor como Seigō Nakano buscaba producir un renacimiento de Japón a través de una mezcla de ética samurái, neoconfucianismo y nacionalismo populista modelado en base al fascismo europeo. Hala pues, buena mezcla. Y como muchas corrientes proclamaban el papel rector del Emperador sobre una clase militar al mando, pues en Palacio tan contentos (anda, como Primo de Rivera y Alfonso XIII… la historia se repite cambiando garbanzos por sushi) . No todo el mundo estaba por la labor de aguantar a un señorito que no habia hecho mas que abanicarse en palacio y dejaba el trabajo duro a los militares agrupados en clanes, y no todos los intentos de golpe de estado de los años 20 y 30 tenían en mente dejar al Emperador de jefe… pero mientras tanto, pues a lo suyo, a montar el Imperio (suena aqui en nuestras cabezas la Marcha Imperial , tu tu tu tututuuuu tututuuuuuu). Hasta que no entraron en el Eje en la II Guerra Mundial y acabaron llevándose bofetadas hasta el cielo de la boca, las élites japonesas no pararon de enredar y meterse en tareas imposibles, embriagados por una hýbris que dejaría chica a la soberbia del arquitecto de la Torre de Babel. Normal que un soldado criado en esos años, al cual le han dado instrucciones de “no parar”, y que encima ha recibido entrenamiento de cómo hacer contrainformación e Intoxicación Informativa, no se fíe un pelo de discursos por megafonía, periódicos, radios… y exija un mando confiable para aceptar órdenes. Si, como los últimos de Filipinas, no te puedes fiar ni de tu abuela, y ojo que los enemigos intentarán TODO para sacarnos de aquí y matarnos.

Por cierto, el señor Onoda (os recomiendo encarecidamente que os leáis su biografía aunque sea en la Wikipedia), no fue el último combatiente. Siete meses mas tarde se rindió el soldado taiwanés Teruo Nakamura. Antes que el, habían ido saliendo otros rezagados como Shoichi Yokoi. Por lo menos Onoda pudo reengancharse a la vida, aunque fuera deprimido y dolido por la derrota japonesa. No todos pudieron superar la sensación de vergüenza y fracaso, como soldados y como parte de una nueva sociedad sin valores ni honor

Se calcula que unos 4000 japoneses se quedaron rezagados en el armisticio. Unos fueron saliendo poco a poco, otros dejaron los huesos en los bosques de jazmines y orquídeas. Aquí os dejo un enlace con mas información al respecto
Hay que admirar la capacidad de aguante de los soldados japoneses por un lado y el de los indígenas por otro para aguantarlos 30 años de robos, trapacerias, boicots y requisas aparte de matar a 30 personas y no ser capaces de montar una cacería del japonés. Asombrado me quedo.
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Cuando lo leí me acorde de los famosos cultos de cargo,, no se q peli vi del tema, pero me eché unas buenas risas 😏
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eisn? pero si Onoda es un dramón
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