La posada de los espíritus

El Viaje de Chihiro (Spirited Away; Sen and Chihiro’s Spirited Away; Sen to Chihiro no Kamikakushi): Va pasando el principio de año, y ya bien dice el refrán que, en Febrero, busca la sombra el perro. Y el chucho no sé, pero yo ya venteo en el aire avisos de primavera. Nos daremos una sesión de belleza y educación estética de cara al renacer de la Tierra, que tanta fealdad acaba volviendo grises los calcetines y el alma. Sigamos pues con los ciclos domésticos de buen cine de siempre, y puesto que el santo varón que me acompaña no había visto en su momento esta película, nos decidimos a verla como toca, de cabo a rabo y sin molestias. Un placer para la vista y para la inteligencia, que anda aborrecida de tanta estupidez y ñoñería falsaria de la supuesta “nueva fantasía”. Ese día estábamos desayunando en el bar tranquilamente, y por tener entretenida a la clientela de horario infantil (mamás en tertulia cafetera y nenes aburriiiiiiiidos), el camarero había conectado la tele y sintonizado un canal de esos “para los niños”, que salen unos dibujos más feos que una coliflor con dientes pintada de fucsia. Ni poniéndome de espaldas conseguía yo evitar el impacto visual, porque reflejaba la pantalla en el cristal de la ventana. Mi Paco se frotaba los ojos y me decía: oye, pero viendo estos dibujos cómo van a salir normales los niños… ay madre, que negra veo mi jubilación-  (afortunadamente, los herederos del futuro estaban más interesados en atropellar dinosaurios con los camiones de Playchoni y no hacían ni caso). Impactados salimos de la circunstancia. Ni siquiera la ración de croquetas de jamón pudo amortiguar el golpe feísta. Por la tarde-noche, móviles apagados, mantita en las piernas, y ahí que nos fuimos a pasear por los mundos sutiles. ingrávidos y gentiles de Studio Ghibli.

Hágase la luz y la palabra.

21 añitos ha cumplido la película, y está tan fresca y luminosa (tanto en imagen como en guión) como el día de su estreno. Como mucho, y por ponerse picajosos, ha decaído un poquito la música, o más bien la sincronización con las escenas, pero eso igual es un problema de la copia doblada. La historia, mas que un relato de aprendizaje externo (con el héroe encontrando a uno o varios maestros), es un camino de perfección con la introspección y el autoconocimiento. La heroína, Chihiro, es una niña bajita, canija, timorata y petardilla, que lleva bastante mal lo de tener que cambiar de casa. Como a Alicia o a Dorothy, algo pasa que la obliga a intentar sobrevivir en un lugar mágico y recuperar a sus padres, sus raíces y hasta su propio nombre y su ser, robados por la bruja que la ha renombrado como Sen. Ojito al sitio donde ha ido a parar, que estamos en una realidad alternativa donde seres fantásticos y mitológicos del Antiguo Japón van a tomarse un respiro a un lugar especial. Si, la película tiene una enorme carga simbólica del folklore japonés Sinto-Budista (ya sabemos que en su momento apareció una corriente sincrética de ambas espiritualidades), pero no por ello te pierdes en la trama. Simplemente, aceptas la trama y las situaciones. Luego, en sucesivas revisiones (porque la vas a volver a ver unas cuantas veces, ya te lo digo desde ahora), vas escarbando en la biblioteca para enterarte de todas las referencias, y le pones una velita a Umberto Eco.

Un guardián entre el helecho

Otras son tan diáfanas y universales que llegan sin problemas. Los padres de Chihiro, cegados por la gula, empiezan a zampar, y acaban convertidos en cerdos. Ecos de la griega Circe, convirtiendo a la tripulación de Ulises después del banquete, y también el repetido aviso de que no hay que consumir alimentos en los reinos de las hadas u otros seres sobrenaturales, ya que los trasgresores pueden quedar atrapados en ese mundo paralelo para siempre . Eso por no hablar del tremendo tabú que existe en algunas religiones sobre consumir “los alimentos de los dioses” sin permiso expreso, que lo menos que te puede pasar es que te fulmine un rayo

No hay amor romántico pero si amor de los humanos por sus Kami, y a la inversa. Y nunca, nunca, nunca cojas las cosas sin permiso. El modesto onigiri ofrecido por Haku contrasta con los banquetes donde se han rebozado los glotones

Y como esta, muchas otras escenas traen ecos que rebotan en las circunvalaciones de nuestro cerebro hasta interconectar los más dispersos recuerdos de lecturas, cuentos, mitos y refritos. ¿Pero qué mundos interiores tiene Hayao Miyazaki -escritor del guión y director dentro de su cabeza? Sea lo que sea que fume, beba o coma, le sienta estupendamente, vistos los resultados. Porque mira que estaba el hombre pasando una época tremenda cuando peleó este proyecto: problemas económicos, un amigo fallecido por agotamiento, sensación de incomprensión…menos mal que, desde Estados Unidos, el productor John Lasseter trabajó codo con codo para que esta maravilla se lanzara a través de Disney, y el milagro se produjo. La película es una de las 20 mejores de todos los tiempos, sigue teniendo record de recaudación, sacó a Studio Ghibli de la bancarrota y el marasmo, se reestrenó en cines japoneses el año pasado con gran alegría por parte de los buenos fans, y debería ser de visionado prohibido en todos los colegios. Digo prohibido porque ya se sabe que en la adolescencia no hay nada como prohibir algo para que los alumnos se lancen a leerlo o practicarlo, y así promoveríamos su visionado

Clientela selecta, claro que si

Hay muchos personajes que o bien se les ha dotado de una representación visual (que no tenían en el folklore original, como el Kami del Nabo, ese me ha encantado, si no fuera tan grande lo adoptaría) o bien directamente han sido creados por el director.

SinRostro/Noface, el espíritu melancólico de la insatisfacción que intenta llenar su vacío con comida cuando el sólo quería tener amigos, es ya un icono de la cultura popular.

Basado en los Noppera del folklore, este paria impasible no es malo (de hecho, intenta ayudar a Chihiro como puede, y se deja llevar por ella mansamente), aunque su incontinencia desesperada ponga a todos en apuros.

La bruja Yubaba puede ser terrible, pero tiene un lado maternal con su enorme Bebé (¿un trasunto de las cargas de la maternidad?), y desde luego cumple lo prometido

Haku, el dragón-ayudante de la bruja, protege a Chihiro, aunque a ratos no lo parezca, y si hace cosas reprochables es por su condición de esclavo de la Bruja, que le ha robado su nombre y sus recuerdos; uno de sus encargos le lleva a una casi mortal lucha con los shikigami, de la que sale vivo por los pelos . Otros personajes tambien se mueven en la zona gris de la moralidad. De su origen y significado tenemos algunas pistas aqui, y aqui, y una profesora española, Marta García Villar, ha escrito un interesante ensayo sobre la película y su intrahistoria

los Susuwatari , las pelusas animadas que ya conocimos cuando visitamos a Totoro. Deben ser parientes de las que corretean por mi casa, pero las de aqui no pegan chapa

Muchos de los temas básicos nos recordarán a la Princesa Mononoke (ella siempre será una de nuestras Princesas, junto con Leia y Buthercup): la destrucción de la Naturaleza, la pérdida de la identidad como sociedad y como individuo, la necesidad de la aceptación, el peligro de la codicia… no hay problema, pueden volver a contárnoslos tantas veces como haga falta hasta que los avisos se nos metan en la cabezota

A trabajar se ha dicho

La localización principal de la película es una casa de baños japonesa y la enorme variedad de criaturas no humanas que acuden a relajarse, bañarse, divertirse… La idea surge una vez más del mundo sintoísta, donde se dice que en los rituales del Solsticio (no sé si de Invierno, de la Primavera o ambos) los habitantes de los pueblos y villas llaman a los Kami locales y les invitan a disfrutar de sus baños. Estos establecimientos, tan típicos de Japón, se denominan Onsen (si tiene aguas termales) o Sento (cuando usan agua no termal). Aquí os dejo mas información sobre la cultura termalista en Japón, para que os animéis a visitar un establecimiento si vais por allí o, en plan pobretón, os montéis un paraíso en la bañera de casa.

 En la película, los ejércitos de Yokais Y Kappas atienden a los huéspedes

Algunos de los edificios de la película están basados en construcciones de la vida real. Así, el Museo al Aire libre de Arquitectura Edo-Tokio en Koganei, Tokyo, el estilo pseudooccidental de los edificios de la era Meiji, y cómo no las casas de baños- posadas como la taberna tradicional Notoya Ryokan (能登谷旅館), en la prefectura de Yamagata, el pueblo-balneario Dōgo Onsen cerca de Matsuyama y la posada Sekizenkan Ryokan. No son las únicas que presumen de haber servido de inspiración para la película, pero sospecho que el observador Miyazaki tambien cogió ideas de muchas otras (más grandes, más pequeñas) que se distribuyen por todo el país.

De todas las maravillosas imágenes de la película, aqu tenemos una aparentemente «sosa» pero muy bien diseñada. Las dos figuras principales se colocan en los dos lados de la imagen, compensándose. El jersey de Chihiro, iluminado por alguna fuente que está fuera de escena, la destaca (la «empuja») sobre el fondo oscuro (el despacho de la bruja es caótico, y mantenerlo a oscuras es una manera de simplificar). La lámpara de la izquierda ilumina a la bruja y a las tres cabezas rebotantes, que repiten el color crema (el pelo de la bruja) y el verde (las cabezas) del jersey. Un poco de iluminación lateral con un foco que no vemos compensa la zona de sombra de la cara de la bruja, para darle volumen. Toda la composición está en un cono con el vértice en la bombilla que ofrece volumen (se percibe el espacio de la habitación), y la mirada de derecha a izquierda (lectura oriental) y nos hace sentir, como a la niña, observadores de la vieja cabezona agazapada tras el escritorio al fondo del despacho como una araña en la tela

Publicado por directoraymas

Apasionada por la fotografía. Mas de 40 años viendo cine de todo tipo y últimamente decidida a hacer sus incursiones en el asunto. Viajera siempre que puede, pudo y podrá. En la mesa lo mismo puede haber una tortilla de patatas que un wok de verduras o una selección de mezzes... Con semejantes antecedentes, solo podía organizar un blog ecléctico entre la curiosidad y el desparpajo

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4 comentarios

  1. ah, si, un clasico, y la belleza de todas las producciones de studio Ghibli. Que pena que ahora el anime este tan pasado de moda. Recuerdo cuando viaje a Taiwan que Jiufen estaba lleno de turistas japoneses, y unas filas impresionantes para hacer fotos de noche con los farolillos encendidos y las casitas de té y sus linternas de luz por las calles oscuras. Y tomamos el té tradicional japonés en la casa mas fotografiada.

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  2. Una «Alicia en el país de las maravillas» pero en modo sintoista, muy recomendable, entretenida y deliciosa. De obligada visión.

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